Opinión
Gaza no es el problema
"Gaza nos muestra algo que no queremos ver, pero sabemos desde hace mucho", escribe José Ovejero
Una de las experiencias más frustrantes, e incomprensibles, para quienes huyeron de Alemania durante el auge del nazismo fue que las autoridades de países con democracias parlamentarias también los persiguiesen, les pusieran mil trabas burocráticas y, en muchos casos, incluso los devolvieran a Alemania o a los países ocupados por los nazis.
Los exiliados no conseguían entender que se tratara así a quienes se oponían a una dictadura que amenazaba la paz y la seguridad de los países a los que habían huido. La mismísima Hannah Arendt fue encerrada en un campo de internamiento, ya antes de que el régimen de Vichy colaborara con los nazis. Lisa Fittko, a quien mencioné en mi artículo anterior, relata las vicisitudes de varios de esos exiliados, incluido su marido Hans, que tenían que vivir bajo la amenaza de ser devueltos a Alemania por las autoridades de cada país al que llegaban.
Lo que estaban experimentando entonces es solo una versión del comportamiento histórico de las democracias cuando la decencia, la libertad y los derechos humanos obstaculizan sus intereses, algo que vemos hoy de forma descarnada en Gaza. Es decir, que los estados democráticos lo son solo cuando les conviene, cuando -dejadme que lo simplifique así-, los poderosos no se ven amenazados por los principios y los valores que se suponen esenciales al sistema.
¿Quién nos iba a decir que podrían prohibirse manifestaciones pro palestinas en Francia y Alemania y que se iba a presionar, y castigar, a artistas que se expresaran contra la masacre de civiles realizada por Israel? Es verdad que no sorprende a nadie que Estados Unidos se haya opuesto incluso a un alto el fuego. Eso era de esperar. Pero tampoco debería sorprendernos lo primero.
Gaza nos muestra algo que no queremos ver, pero sabemos desde hace mucho. Igual que cuando un anuncio de un banco nos asegura que es el banco que nos cuida, o que le importa nuestra familia; o el de una empresa de automóviles manifestando su preocupación por el medio ambiente; sabemos que es mentira, pero tiene un efecto tranquilizador. No lo creemos, pero aun así deseamos creerlo. Lo mismo sucede con la democracia.
Una y otra vez, representantes políticos, periodistas, gentes de la cultura ensalzan los derechos y valores de la democracias, y es el suyo un discurso arrullador, balsámico. Pero sucede como en el banco en el que te reciben con educación y sonrisas hasta el día que te desahucian o te engañan con un producto financiero inadecuado. Nuestros países mantienen su discurso virtuoso hasta que las cosas se ponen feas. Entonces se quitan la máscara, y lo mismo organizan una guerra sucia contra quienes supuestamente amenazan la estabilidad o apoyan a dictadores y asesinos. La Historia está llena de ejemplos; el presente también.
Gaza no es el problema. El problema es que las democracias occidentales pueden ser tan bestiales como la peor de las dictaduras. Y el problema es también que aceptamos la publicidad del banco, del seguro, del Gobierno… no solo porque es más cómodo, también porque a menudo no sabríamos qué hacer en un sistema que se escapa a nuestro control. Gaza es un síntoma, otro, terrible, de nuestra impotencia.
El domingo, antes de que se publique este artículo, habré salido a manifestarme por el fin del comercio de armas y de las relaciones con Israel. Sé que será inútil; la manifestación no va a cambiar nada: se tomarán las decisiones que ya estuviesen tomadas antes de la manifestación, a menudo por motivos que nunca conoceremos. Manifestarse es solo la expresión de un deseo y de una impotencia. Y, además, una contradicción: poder manifestarnos más o menos libremente confirma que vivimos en una democracia. La inutilidad de nuestros esfuerzos, la convicción de que la matanza va a continuar, muestra los límites del carácter democrático de nuestros sistemas.
Incluso un Gobierno crítico con Israel, como lo es el nuestro, ha seguido exportando de tapadillo la munición que se usará contra una población indefensa. Incluso un Gobierno que mantiene un discurso moral sobre cómo debe ser nuestra sociedad, abandona a la población saharaui o negocia con dictadores que pisotean los derechos humanos porque hay en juego millones de euros y puestos de trabajo.
No estoy diciendo nada nuevo. Es tan obvio que incluso dudo del interés de publcar este artículo. Si decido de todas formas hacerlo es para que, por lo menos, de vez en cuando una interferencia atraviese las sonrisas perfectas de los anuncios publicitarios.
QUE NO, QUE NO, QUE NO PUEDE SER, CHAVALES A LA CARCEL Y FASCISTAS AL PODER…
NUEVO PRESO POLITICO DEL PROCESO.
Ultimátum al militante madrileño anarquista Dani Gallardo para que ingrese en prisión.
Gallardo pasó ya trece meses en prisión preventiva después de haber sido detenido durante las protestas en Madrid contra la sentencia del proceso, y ahora el tribunal quiere que cumpla los dos años y once meses que quedan. Todo ello por haber participado en la manifestación en solidaridad con los presos políticos catalanes y haberse interpuesto entre un grupo de antidisturbios que había capturado violentamente a una amiga suya, el 16 de octubre de 2019.
“Como anarquista no creo en las fronteras ni en los estados. Seguramente todo parece muy contradictorio, pero sí creo en el derecho a decidir de la gente”, explicó Gallardo a VilaWeb cuando salió de la cárcel preventiva, tras el juicio. “Además –añadió–, entiendo ese pensamiento del pueblo catalán de no querer pertenecer a España. España folla puta vergüenza, tiene una historia de mierda y el estado sigue orgulloso de sus fundamentos fascistas. La causa catalana es una causa justa y vale la pena defenderla.”
https://insurgente.org/ultimatum-al-militante-anarquista-dani-gallardo-para-que-ingrese-en-prision/
La democracia del monarcofranquista reino de España está esperando en cunetas y descampados a que el pueblo la rescate del olvido, de la mendacidad, de la injusticia.
Es necesario conocer el pasado para comprender el presente y construir un futuro justo.
Siembra gobiernos de progreso y recogerás Koldos.
El problema son los amos del mundo, que actúan como tal y aún si fueran buenos amos…
El problema somos los millones de seres que engordamos a esos tiburones y además les permitimos que nos sometan, que nos maltraten y que de distintas maneras nos maten.Cornudos y apaleados.
Y no llevamos trazas de despertar, al contrario, cada día estamos más evadidos y enganchados a alguna adicción, la última, las redes sociales basura.
La vida es eso que sucede mientras miras Instagram.
A las democracias aún se las espera, José.
Creo que aún no se han instalado en este Planeta Tierra. Es propia de planetas más evolucionados.
Dicen lxs entendidxs en la materia que el Planeta Tierra es como una escuela de parvulitos entre los mundos que pueblan las Galaxias.
«Dime de que presumes y te diré de que careces». Nosotros, los occidentales, sometidos o formando parte de la más genocida de las dictaduras, la del capital, que opera, destruye y extermina a nivel global, nos autoproclamamos como la democracia siendo la peor de las dictaduras.
De que te sirve manifestarte si no te hacen caso. Ahí tienes la ley mordaza para que te manifiestes hasta dónde no molestes al sistema y para hacerte creer que esto es la democracia.
Ahí tienes a los 6 de Zaragoza, ect.: (Javitxu Aijón, uno de los seis de Zaragoza y uno de los cuatro que podría entrar en prisión. Javitxu reconoció haberlo pasado mal durante este tiempo, sobre todo al principio, hace ya cinco largos años. Sin embargo, «empecé a denunciar el caso. Empecé a dar cara, nombre y apellidos a una injusticia que están cometiendo» y «a día de hoy me siento más acompañado que nunca». Tampoco quiso olvidarse de otros casos similares, nombrando a las seis de la Suiza, a los 14 de Pego, a los jóvenes de Altsasu o el caso de Adri de Badalona «El de los seis de Zaragoza solo es uno más»,remarcó)
Los gobiernos occidentales no sirven al pueblo sino al capital.
Que habría sido del mundo si nadie denunciara a quienes lo destruyen, a quienes destruyen al ser humano, a quienes atentan contra sus derechos y sus libertades. A mí tu artículo me da la fuerza que te transmite tu compañero aliado. Muchas gracias por tu artículo.
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En Israel, la academia es militar, por eso hay que boicotear
Hay 58 instituciones de educación superior reconocidas oficialmente en Israel. Tras rastrearlas todas, AraInfo presenta el resultado: cada institución académica israelí tiene al menos un convenio con el Ministerio de Defensa.
https://arainfo.org/en-israel-la-academia-es-militar-por-eso-hay-que-boicotear/
El problema es que, precisamente en eso, consiste la democracia. Lo que decida la mayoría, ausencia de principios morales, voluntad popular, o como se le quiera llamar, tiene como consecuencia la democratización de la sociedad. Hoy estás defendiendo al gobierno que vende armas a Israel porque con ese dinero construyen hospitales y carreteras (Tito Berni, ley Solo Sí es Sí, indultos, amnistías, Koldo…) Y al día siguiente te manifiestas contra la venta de armas.
Contra la venta de armas a Israel, por supuesto. Que muera gente inocente en las guerras es bueno o malo dependiendo de quiénes los maten.
Ahora bien ¿Qué derecho tiene un demócrata a quejarse de que se mate en contra de sus intereses? ¿Acaso su voluntad es más valiosa que la de los asesinos? ¿Son mejores personas que los asesinos? Si son mejores que los asesinos ¿Por qué votan a quienes venden armas a los asesinos?
La sociedad española no está en condiciones de dar lecciones de moral a nadie.
Muchas gracias José Ovejero,
Cada mañana, el día se despierta con un color y nuestra adaptabilidad nos acoge para vivirlo de la mejor manera posible.
Bien comentas al final de tu artículo que no estás diciendo nada nuevo, tan obvio que incluso dudas del interés en decirlo.
Y es que el ser humano trae consigo como especie tal diversidad de caracteres y comportamientos que abarca desde lo maldito a lo bendito, catalogando de una manera simple.
Y aunque naciese hace medio siglo, la historia muestra que esta diversidad es consanguínea con nuestra especia, desde siempre hasta siempre.
Ahí vamos, remando
Suerte y Salud