Internacional
El triunfo conservador en Baviera da alas a Merkel
La CSU, partido hermanado de la CDU de la canciller alemana, arrasa en Baviera con la mayoría absoluta a una semana de las elecciones federales. Pero el fracaso de los liberales, abre la posibilidad de que Merkel tenga que buscarse otro socio de gobierno.
El triunfo de los socios bávaros de Angela Merkel en las elecciones regionales de este domingo es un importante empujón para la campaña de la canciller alemana a una semana de los comicios federales. La Unión Socialcristiana (CSU), partido hermanado de la Unión Democristiana (CDU), arrasó con el 49% de los votos, según los primeros resultados del escrutinio, y recupera la mayoría absoluta en este land, donde lleva seis décadas en el poder.
Pero no todo son buenas noticias para Merkel porque el liberal FDP, su socio de gobierno en Berlín, sufrió un auténtico varapalo y, con tan solo el 3%, se ha quedado fuera del parlamento de Múnich. Si se repite este fracaso a nivel nacional, la CDU, que lidera todas las encuestas con alrededor del 40%, tendrá que buscarse otro aliado para que Merkel pueda continuar en la cancillería. A estas alturas la posibilidad de una gran coalición entre democristianos y socialdemócratas (SPD) coge fuerza.
Para la oposición, los comicios en Baviera, el segundo estado federado más poblado de Alemania, han sido una decepción. El SPD solo logró mejorar ligeramente su resultado de hace cinco años con un 20%. Y esto que esta vez su candidato fue el popular alcalde de Múnich, Christian Ude, que lleva muchos años gobernando en la capital de esta región que es el mayor feudo de la derecha.
Los verdes incluso perdieron votos y se tienen que conformar con el 8,5%. Ninguna encuesta prevé que SPD y verdes puedan lograr una mayoría en las federales del próximo 22. Puesto que ambos partidos descartan cualquier acuerdo con la formación de izquierda Die Linke –que se quedó con el 2%- la gran coalición se perfila como la única alternativa posible al actual Gobierno de CDU y FDP.
Los liberales llevan meses rozando el umbral del 5% necesario para tener representación parlamentaria tanto en el Bundestag como en las cámaras regionales. Pero tiene motivos para la esperanza. El rotundo fracaso en la próspera Baviera, sede de varias multinacionales como Siemens o BMW, se debe en parte a los Freie Wähler, un partido centrista regional que le habrá arrebatado bastantes votantes al FDP para sumar el 8%. El domingo que viene no tendrá que competir con este rival.
El presidente del FDP, Philipp Rösler fue el primer dirigente en tomar la palabra. “Es una derrota dura. Pero ahora hay que pelear más que nunca”, dijo.
El fracaso liberal en el sur también puede servir como revulsivo para que votantes desencantados con el nefasto papel del FDP en el Gobierno de Merkel ahora se lo piensen dos veces y les votarán el domingo que viene con la nariz tapada. Mientras la CDU optará seguramente por la campaña del llamado “voto útil” e instará a sus seguidores a apoyar a los liberales en las federales. Los alemanes tienen dos votos, uno para el candidato de su distrito, algo que suelen repartirse los dos grandes CDU y SPD, y una segunda papeleta para un partido que computa a nivel nacional. Los simpatizantes del centroderecha así pueden dividir su apoyo entre CDU y FDP- Es, una estrategia que ha funcionado muchas veces en el pasado.
El presidente de Baviera, Horst Seehofer, celebró la recuperación de la mayoría absoluta que la CSU había perdido hace cinco años por primera vez desde los años 60. «Es una éxito tremendo. Hemos vuelto y el año 2008 ya es historia».
Los socialcristianos bávaros son, junto con los liberales, los más euroescépticos y ejercen un presión brutal sobre el Ejecutivo de Merkel para que los rescates de los países europeos en crisis no le cuesten demasiado caro al contribuyente alemán. Con cierta coherencia. el gobierno de Seehofer se queja de que Baviera contribuye demasiado dinero a otras regiones de Alemania y pretende un nuevo sistema de financiación.