Opinión
La deshumanización del trabajador y el privilegio de tener derechos
La promoción del enfrentamiento entre iguales es necesaria para que no se extienda entre la clase trabajadora la unión y el pensamiento de que las acciones que ponen en cuestión el statu quo del sistema son legítimas
El pasado jueves, un hombre de 61 años moría tras haberse prendido fuego a lo bonzo en la avenida de la Liberta de Murcia. Otro hombre desesperado que no vio otro final para su existencia que morir sufriendo de manera pública, metáfora de su existencia.
En la noticia de La Opinión de Murcia que contaba los hechos, se incluía un párrafo en el que narraba cómo una dependienta de Zara Home, referencia que después se eliminó, negaba una manta para que auxiliaran al hombre que ardía a escasos metros. La dependienta dijo que no podía hacerlo.
Puede que no lo hiciera porque se vio sorprendida por la petición y no acabó de comprender lo que sucedía o porque tenía asumido en su fuero interno que en verdad no podía dejar una manta que se iba a echar a perder. No sería justo juzgar a quien actúa en un momento de emergencia de manera equivocada.
El hecho es que la noticia recoge que la dependienta declaró que “no podía”, no sabemos las motivaciones que había tras esas palabras, sólo sus declaraciones. La dependienta se encontró ante la dicotomía de cumplir las reglas laborales o las humanas. A falta de tiempo para el análisis eligió las laborales.
La sociedad es un conjunto de reglas. Dependiendo el entorno en el que nos movemos estamos sujetos a distintas regulaciones que tenemos que cumplir para desarrollarnos como un ente aceptado dentro de los esquemas que esa sociedad nos marca como individuos. También el entorno laboral tiene unas reglas específicas de obligado cumplimiento para que mantengas ese puesto y puedas desarrollarte laboralmente.
Cuando existe un contexto laboral como el que vivimos en España el sometimiento a las reglas laborales somete a otras reglas de comportamiento social. El miedo a la perdida del empleo se antepone a otras cuestiones de carácter humanitario y se produce la deshumanización.
Individualismo y deshumanización
Frederik W.Taylor ideó en 1911 un proceso de producción industrial, posterior al fordismo, que eliminaba el control que el obrero podía tener en los procesos de producción. Se basaba en la plena mecanización de los procesos que el obrero tenía que realizar para aumentar la productividad.
Este proceso industrial limitaba las capacidades de los obreros para que se comportaran como meros instrumentos que no debían tener capacidad de movimiento, los aislaba y los convertía solamente en individuos disociados de sus compañeros. Charles Chaplin en su película Tiempos Modernos explicaba de manera brillante el proceso deshumanizador que este tipo de organización laboral ocasionaba en los obreros.
La organización laboral neoliberal busca estos parámetros que el taylorismo introdujo. Necesitan una organización laboral en la que prime la deshumanización y el individualismo. Lo contrario a lo que el concepto de lucha obrera propone; solidaridad y unión. Esta organización laboral y social es la que desde las grandes empresas, medios de comunicación y políticos conservadores intentan implantar aprovechando el miedo que provoca en la sociedad una crisis como la que se vive en la actualidad.
Este modelo organizacional se consigue de diversos modos y desde muchos frentes. La criminalización de los sindicatos y la promoción de los enfrentamientos entre trabajadores son sin duda el instrumento más utilizado para la consecución de estos fines.
Promoción del enfrentamiento entre trabajadores
En agosto de 2012, varios miembros del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT) entraron en un supermercado para llevarse varios carritos de alimentos como protesta por la situación precaria de muchas familias en Andalucía. En el transcurso de la acción, una trabajadora del supermercado se interpuso para evitar que los miembros del sindicato se llevasen los alimentos. La trabajadora fue empujada y finalmente la acción pudo llevarse a cabo.
Uno de los elementos en lo que más se incidió en los medios conservadores fue precisamente en esa acción de la cajera del Mercadona. La promoción del enfrentamiento entre iguales es necesaria para que no se extienda entre la clase trabajadora la unión y el pensamiento de que estas acciones son legítimas. Acciones que van al origen del problema y ponen en cuestión el statu quo del sistema.
Criminalización de los sindicatos
La mejor manera de fomentar el individualismo laboral es acabar con las organizaciones sindicales. Esto se produce con un ataque sistemático al sindicalismo escudándose en algunos lamentables casos de corrupción y con el clasismo propio de la España conservadora que considera que el jamón sólo es para la burguesía y la aristocracia.
Detrás de esta estrategia de propaganda se esconde una intención de desmovilización de la clase obrera. Se busca promover un sentimiento de traición y rencor entre los trabajadores contra las asociaciones sindicales en general, que existen para la defensa efectiva de los derechos de los trabajadores. Esa desmovilización deja indefensos a los trabajadores frente a la merma de derechos que llevan a cabo los mismos que criminalizan a los sindicatos. La eliminación de la negociación colectiva en la reforma laboral es el corolario de esta actitud conservadora.
Las huelgas generales son un perfecto ejemplo de esta técnica de propaganda. Los medios conservadores siguen un patrón similar en cada huelga general. Los días previos se intenta desmovilizar enfrentando a los trabajadores entre ellos, atomizando el apoyo y buscando disensiones entre los que deben ser beneficiarios de la huelga. Los días posteriores a ésta se minimiza el impacto de la huelga calificándola de fracaso y expresando lo inútil de la acción en el presente y para el futuro.
Derechos como privilegios
La denominación de “privilegio” a lo que son derechos adquiridos de la clase trabajadora es quizás el modo más efectivo para enfrentar a los trabajadores y disgregarlos para así fomentar el individualismo.
En diciembre de 2010, el gobierno de Jose Luis Rodríguez Zapatero usó los supuestos privilegios de los controladores aéreos para acabar con el conflicto laboral entre éstos y AENA militarizando al colectivo. Desde entonces han sido muchos los casos en los que se ha apelado a los privilegios de los trabajadores para eliminarles derechos o ganar la batalla de la opinión pública en un conflicto laboral o una huelga sectorial.
El primer paso para eliminar un derecho a un colectivo es trasladar a la opinión pública que los derechos adquiridos se llaman privilegios. Jamás se plantea conceder ese derecho al resto de trabajadores que no disponen de él, se le llama privilegio y a continuación ese derecho es eliminado. Esperanza Aguirre en su guerra contra los funcionarios ha usado muchas veces esa táctica, y le ha funcionado bien. En 2011 en plena ola de recortes de la Comunidad de Madrid dijo que era un privilegio que los funcionarios cobrasen el 100% de su sueldo al enfermar. Un derecho que ya han dejado de poseer.
Por eso, cuando el presidente de la patronal defiende eliminar “algunos privilegios” de los contratos indefinidos no tiene otra intención que enfrentar a los trabajadores temporales con los indefinidos para que estos vean bien igualar por abajo y que ninguno tengo los derechos que a todos debieran pertenecer.
La deshumanización, el enfrentamiento entre trabajadores y el individualismo aplicado a la organización del trabajo son explicados con maestría en una escena de El Salario del Miedo de Georges Henry Clouzot. La producción y la obligación no pueden detenerse por nada, aunque eso signifique pasar por encima de tu compañero y amigo.
El Opus Mei, perdón, Dei, es la organización económica/Política/religiosa, más cínica, criminal y peligrosa a nivel mundial.
La Razón no es un periódico, es el Departamento de Prensa de una organización criminal llamada Opus Dei. Una organización cuyo brazo político es el Partido Popular (PP) y que actualmente gobierna España de forma ilegítima, habiendo perpetrado fraude electoral al presentarse con un falso programa de gobierno.
Estamos gobernados por talibanes que no creen en la democracia y que se inhiben de usar «La Razón», practicando en su lugar ls «obediencia ciega» que según creen les conducirá a la Santidad.
Sus políticas se concentran en la consecución de 2 objetivos :
1) El «integrismo» religioso. Mientras el Papa Francisco entra al S. XXI y defiende la Laicidad del Estado, el opusPPdei quiere arrastrarnos hacia las cavernas que habitan. No tardarán en enseñar la pseudociencia del «diseño inteligente» en las escuelas públicas.
2) La creación de bolsas de dinero que entregan en bandeja a su entorno empresarial. Los oligopolios que legislan en lugar de los políticos.
Para atacar a quienes les plantan cara recurren a las estrategias más arteras. Nos llaman «nazis», «filo-etarras», «mal-nacidos»… Recientemente, González Pons decía que Luis Barcenas no representaba al PP, que quien mejor le representaba era alguien que murió a manos de ETA… Tiene sentido que González Pons no quiera representarse a si mismo?… Por qué no les representa él, alguien que mintió sobre el scratche a su vivienda?… Por qué no lo hace su secretaria general, la que habla de «finiquitos diferidos y lógicas retenciones a la seguridad social»… por qué no lo hace una Ministra de Empleo que encomienda la recuperación a la Virgen del Rocío, y que describe la trágica fuga de cerebros como «movilidad laboral»… O quizás sea mejor una Ministra de Sanidad corrupta hasta el tuétano que no se había dado cuenta que tenía un Jaguar en su parking?…
Dado que se burlan de nosotros con sus «eufemismos» y que nos insultan a placer, me voy a permitir 2 cosas: 1) rebautizarles y escoger a quien mejor les representa como partido y 2) Inventarme un «eufemismo» para demostrales que los ciudadanos también somos ingeniosos y «cachondos y que no les tenemos miedo.
REBAUTIZO
Quien mejor representa al PP es la ex-Ministra de Exteriores Ana Palacio, miembro del Opus Dei. Nadie olvida la celebre frase de esta señora en la que justificaba la acertada decisión de la guerra de Irak con el comportamiento del IBEX 35.
Rebautizamos al PP como LEGIONARIOS DEL IBEX.
EUFEMISMO
Según nuestros Parlamentarios, la fuga de cerebros no es tal cosa, se trata de «movilidad laboral».
Según la ciudadanía, el desplome de la cubierta del Parlamento por mal drenaje de agua y la consecuente defunción de un montón de ratas por ahogamiento se llama «regeneración democrática».
Faltaría la enajenación, en la que el trabajador se siente más identificado con clases más altas (en una valoración meramente económica) e incluso pensar que se pertenece a ella. Pero muy bueno el artículo.
sindicatos verticalesales-oficiales ccoo-ugt son parte del problema y con ellos no se puede contar basta ya de defenderlos por sus privilegiados y militancia ciega y cómplices de la situación actual
Gran artículo
Si, un buen artículo que pone blanco sobre lo negro en el precario mundo laboral
¡Qué articulazo! Dás plenamente en la diana Antonio.
Trabajé en una fábrica similar a la de «Tiempos Modernos».
Jefes y encargados, además, no podían soportar que hubiera unión y armonía entre lxs trabajadorxs. Se sabían todo lo imaginable y inimaginable para dividir y anularte como persona.
Así acabé: con incapacidad.
Hasta han conseguido, como tú dices, que los trabajadores le echen la culpa de su situación actual a los sindicatos. Esto se puede oir cada día.
Los sindicatos mayoritarios pueden que no hayan hecho las cosas bien, pero no son los responsables de la situación actual y mientras dirijamos nuestra ira contra ellos los verdaderos culpables, financieros, multinacionales y tiburones otros siguen tranquilamente devorándonos a los pececillos que vamos desunidos y desorientados por aquí y por allá.
*Alemania avala a Rajoy*
Dice el menda Marhuenda en La *Razón*.
Pero Mahru, los que tenemos que avalar al tipo ese somos los españoles, Alemania no le ha votado.