EEUU prepara un ataque relámpago a Siria de forma inminente

MADRID // El presidente de EEUU se enfrenta a un dilema de difícil solución: cómo castigar el supuesto uso de armas químicas por parte del régimen sirio sin entrar en una guerra en la que lleva dos años y medio -desde su inicio- , tratando de evitar involucrarse. Y todo ello logrando que el conflicto en el que han perecido ya 100.000 personas, según la ONU, no se extienda en Oriente Próximo, y sobre todo no afecte a su principal aliado en la zona: Israel.

De acuerdo con medios norteamericanos como el Washington Post, Barack Obama está evaluando una fórmula de compromiso que le permita no faltar a su palabra de castigar a Damasco si atravesaba lo que llamó «línea roja» de las armas químicas sin embarcarse en una nueva guerra.

Esta fórmula podría ser la de un ataque de corta duración con objetivos «concretos», asegura el diario,  que podría producirse dentro de pocos días. Citando «fuentes de la Administración norteamericana», el Post explica que la operación militar, efectuada en esos términos, «serviría como castigo y disuasión por el uso de armas químicas por parte de Siria, al mismo tiempo que evita una mayor implicación de EEUU en esta guerra civil».

Para lograr la pirueta de involucrarse en una guerra pero no demasiado, se está diseñando una intervención de sólo «dos días»-asegura el periódico norteamericano- y circunscrita al lanzamiento de misiles desde barcos norteamericanos, o bien bombardeos aéreos, contra objetivos estratégicos «no directamente relacionados con el arsenal químico de Siria»; es decir, instalaciones militares de todo tipo, puentes y otras infraestructuras o edificios gubernamentales.

Ese es el planteamiento. Los asesores de Obama analizan ahora cuál puede ser la respuesta del régimen sirio y, sobre todo, si ese ataque que se quiere aséptico puede iniciar una escalada militar.

El Washington Post sostiene que esta operación aún no está decidida -el rotativo asegura que el presidente norteamericano está esperando un informe de sus servicios de inteligencia que confirme si el régimen sirio usó armas químicas o no-pero las declaraciones del Secretario de Estado norteamericano, John Kerry, apuntan a lo contrario; a que sólo es ya cuestión de tiempo que Estados Unidos irrumpa en la guerra siria.

Así lo parecen indicar las declaraciones de Kerry, que no concede ninguna importancia a lo que pueda averiguar la misión de la ONU que está trabajando dentro de Siria para dilucidar quién estuvo detrás del ataque, supuestamente con gas nervioso,del pasado 21 de agosto en los suburbios cercanos a Damasco.

El gobierno sirio ha negado rotundamente haber utilizado ese compuesto, prohibido por la Convención para la prohibición de Armas Químicas y ha autorizado a los inspectores de Naciones Unidas a que investiguen sobre el terreno, un permiso que no ha aplacado en absoluto la tensión.

El equipo de investigadores de Naciones Unidas ha visitado hoy los tres suburbios de Damasco controlados por los rebeldes donde se informó del ataque. Previamente habían tenido que escapar de otra zona de la capital siria tras ser tiroteados por francotiradores.

La utilización de armas químicas denunciada por la oposición, y reflejada en unos vídeos que el régimen sirio tildó de «montaje», fue confirmada por organizaciones como Médicos sin Fronteras, que afirmó haber tratado a más de 3.000 personas con «síntomas neurotóxicos».

Intervenir pero poco

El ataque de EEUU puede abrir aun más la caja de Pandora de la violencia en Oriente Próximo y ese es uno de los escenarios que sopesa ahora la Admnistración Obama.

En un artículo publicado por The New York Times, el analista del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales Edward N. Luttwak asegura que «Obama debe resistir la tentación de intervenir de manera más contundente en la guerra civil siria». Y la razón que ofrece es que «la victoria de cualquiera de dos bandos en la guerra es igualmente indeseable» para Washington.

«La victoria del régimen del presidente Bachar al Assad sería desastrosa (…)El dinero y las armas de Irán así como los efectivos de[la milicia libanesa] Hezbollah se han convertido en factores clave en los combates. La victoria de Assad afirmaría de forma contundente el poder y el prestigio del chií Irán y de Hezbolá, planteando una amenaza directa a los árabes suníes y a Israel».

Una victoria del bando rebelde no sería más beneficiosa para EEUU, según este analista, que advierte de que ésta sería «extremadamente peligrosa para Washington y sus aliados en Europa y Oriente Próximo, a causa de los grupos extremistas, algunos identificados con Al Qaeda, que se han convertido en la fuerza más efectiva en Siria. Si esos rebeldes se las arreglan para ganar, seguramente tratarán de formar un gobierno hostil a Estados Unidos». El analista cita luego el riesgo que representaría tal gobierno para el vecino Israel.