Cultura

Tele K sortea el apagón por tercera vez

El apoyo social del que goza la emisora comunitaria del barrio de Vallecas fuerza a la Comunidad de Madrid a concederle una prórroga para hallar un nuevo centro emisor.

MADRID // La de Tele K es la historia de una televisión nacida con el ideal, olvidado por las cadenas comerciales, de poner la comunicación al servicio a la comunidad. Esta emisora vio la luz en 1993 en el barrio madrileño de Vallecas, aún entonces marcado por el estigma de la marginación, el paro y las drogas.

En estos años, Tele K no ha sido ajena a la transformación de un vecindario que hoy ha dejado atrás la etiqueta de conflictivo para pasar a ser un barrio de trabajadores activo y comprometido, en cuyos balcones abundan las banderas republicanas. Y sus vecinos le han devuelto con creces su apoyo. La emisora cuenta con un “gran respaldo social”, explica Paco Pérez, su director, una popularidad que ha sido decisiva para que esta televisión haya sorteado el apagón definitivo hasta en tres ocasiones.

La última de las amenazas de cierre se produjo en marzo, cuando la Comunidad de Madrid envió un requerimiento a la Torre de Valencia, el edificio desde el que se emite la señal de Tele K, instándole a desmantelar unas instalaciones que definió como ilegales, bajo la amenaza de una multa de hasta 30.000 euros diarios.

Este anuncio, cuya ejecución hubiera representado el cierre no sólo de esta televisión, sino también de Canal 33, otra emisora comunitaria, suscitó “una gran alarma social”, asegura el director de la televisión vallecana. La movilización del barrio fue inmediata y se convocó una manifestación que al final no ha sido necesaria pues la emisora ha llegado a un acuerdo con la Comunidad de Madrid, que le ha dado hasta el 31 de agosto para buscar otro centro emisor.

Aunque ya antes de que Tele K empezara a emitir en la Torre de Valencia existía una sentencia judicial contra estas instalaciones, lo cierto es que no pocos han visto en esta última amenaza un nuevo envite de un poder conservador para el que esta televisión local, que se financia con patrocinadores y aportaciones voluntarias, parece haber sido una piedra en el zapato.

Una TDT sesgada

Quedó claro en 2005 cuando se repartieron las licencias para los canales de la TDT de Madrid. Tele K quedó al margen y sólo se salvó del cierre por la aprobación de una disposición que amparaba a las emisoras comunitarias sin ánimo de lucro.

La cadena denunció entonces que el reparto de licencias se había hecho por criterios de afinidad política con el gobierno de Esperanza Aguirre, un panorama que no ha cambiado, pues la TDT madrileña “está copada por medios conservadores”, recalca Paco Pérez.

Entre tantas dificultades -en octubre tuvieron que cerrar y sólo volvieron a emitir en enero tras recaudar 35.000 euros entre sus telespectadores- Pérez asegura que esta emisora subsiste en un contexto en el que la información “se considera una mercancía”.

“ Hay un secuestro del espectro radioeléctrico por las grandes corporaciones y ya se está anunciando que ese espectro radioeléctrico va a ser acaparado por los nuevos servicios avanzados de telefonía”, deplora el director de Tele K.

Para empezar con buen pie esta nueva etapa, la cadena vallecana, que emite en el canal 30 de la TDT, ha anunciado que renovará su programación, con nuevos espacios, como un programa de humor político.

 

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