Sociedad
Barcelona sigue sin aportar soluciones a las personas que malviven en naves abandonadas
Esta mañana se ha celebrado el juicio que determinará el posible desalojo de una nave en el barrio del Poblenou donde se refugian hasta 300 personas
BARCELONA// Hasta 300 personas están pendientes hoy de un juicio que determinará el posible desalojo de una nave industrial en la calle Puigcerdà, en el barrio de Poblenou de Barcelona, donde malviven en condiciones precarias. La mayor parte de ellas son personas migrantes que subsisten recogiendo chatarra para luego venderla, a 19 céntimos el kilo. La Red de apoyo a los asentamientos, integrada por parte del tejido vecinal del barrio, muy implicado con la ayuda a las personas que ocupan las naves, ha reclamado al Ayuntamiento que cumpla el compromiso de establecer un itinerario sociolaboral para estas personas.
Y es que, según las cifras de la Administración, en Barcelona hay 62 asentamientos como el de la calle Puigcerdà, donde malviven cerca de 700 personas. Gran parte de estas infraviviendas se sitúa en el barrio del Poblenou, una antigua zona industrial con muchas fábricas y naves abandonadas. El paisaje habitual de la zona lo conforman carritos de la compra repletos de metales. Estas personas duermen en las naves en unas condiciones que distan mucho de ser higiénicas y seguras.
Hace unos meses, el ayuntamiento de la ciudad puso en marcha un plan para los asentamientos que, aseguró, ofrecería a los habitantes de las naves acogerse a un itinerario sociolaboral y, para aquellos que quisiesen, un viaje de vuelta a sus países con la promesa de encontrar trabajo allí. Manel Andreu, miembro de la Red de apoyo a los asentamientos de Poblenou, explica, sin embargo, que “no hay proyectos para darles trabajo más allá de los cursillos de inserción laboral, que no garantizan un empleo”. Tan sólo una treintena de personas se han acogido a estos itinerarios.
En la vista de hoy se dirimirá si se accede a la petición de la propiedad de la nave de la calle Puigcerdà, Fincas Riana S.L., de desalojarla. Ya se han producido otros desalojos en naves de la zona, en los cuales se ha denunciado la agresividad policial y el uso de gas pimienta, y en los que algunas personas fueron detenidas e internadas en el Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de la Zona Franca. Cerca de allí, en la calle Pere IV, otra nave está pendiente de ser desalojada. El problema, explican los vecinos que apoyan a los ocupantes, es que los desalojos sólo provocan que estas personas se vayan a otro lugar.
La zona donde se encuentran las naves es colindante al Distrito 22@, un espacio donde se ubican empresas de tecnología y comunicación. “Lo que pasa es que no queda bien, dentro de la ‘Marca Barcelona’, cuando se quiere que inversión extranjera venga al 22@, que haya personas de color en la calle recogiendo chatarra”, lamenta el abogado Andrés García.
“Lo que reivindicamos es tiempo para que desde la sociedad civil, con las administraciones, se dé una salida basada en los Derechos Humanos. Unos derechos que el relator de la ONU sobre racismo y xenofobia ya ha dicho que se están vulnerando de manera flagrante y que está habiendo una inactividad clarísima por parte de las administraciones”, explica el letrado. La asamblea solidaria contra los desalojos ha emitido un comunicado en el que pide que se regularice la situación de las personas que viven en la nave abandonada, y que el Ayuntamiento les ofrezca un espacio donde poderse realojar y seguir trabajando.
Sin agua y ahora sin luz
Los habitantes de las naves, con apoyo de los vecinos, reclamaron hace unos meses al Ayuntamiento que les proveyera de agua corriente en el edificio. El consistorio alegó que no puede hacerlo puesto, que se trata de un recinto privado que ha sido ocupado ilegalmente. Los habitantes de la nave se ven abocados a transportar garrafas de agua hasta las fuentes públicas para suministrar el agua para beber y para mantener unas mínimas condiciones de salubridad.
Siguen sin agua corriente en la nave y, desde hace dos días, se les ha cortado el suministro de la luz. Los vecinos organizaron un acto para apoyar la reivindicación y dar a conocer las necesidades de sus convecinos. El cartel de la convocatoria recogía una frase pronunciada por el relator de la ONU sobre racismo y xenofobia que visitó la ciudad meses atrás: “La situación de los inmigrantes en las naves del Poblenou es abominable”.
“Están muy cansados. Ellos tratan de subsistir y es como si continuamente les estuvieran poniendo un pie en la cabeza para que no sigan adelante. Muchos de ellos llevan ya cuatro, cinco, seis o diez años aquí. ¿Qué más hace falta para que los consideremos como parte de nuestra sociedad?”, expresa García.
Como siempre, los de abajo, abajo y los de arriba, arriba y rellenando sus bolsillos…
El acceso al agua es un derecho universal, ninguna sociedad puede negarlo porque negar el acceso al agua es sinónimo de muerte y países que mucho consideran, estúpidamente, como subdesarrollado lo tienen incluido en sus constituciones.
Vamos como el cangrejo, de c…