Opinión | Sociedad
Ana Mato, la ministra que no sabe, no contesta
La titular de Igualdad que no ha condenado que en cuatro días se haya asesinado a cuatro mujeres y que ha reducido el presupuesto contra la violencia de género un 27%, lo está haciendo "muy bien", según Rajoy
“Está haciendo las cosas muy bien y espero que lo siga haciendo durante mucho tiempo”, así se refería el presidente Rajoy a la ministra Ana Mato hace dos días. Lo dijo en Bruselas, en rueda de prensa. Unos días antes, el 31 de mayo, el portavoz del Grupo Popular en el Congreso, Alfonso Alonso, afirmaba sobre la ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad que “las mujeres que son engañadas por sus maridos no son tontas y no tienen que pagar tampoco por lo que ellos hagan”. Se refería Alonso al informe de Hacienda en el que se asegura que la red Gürtel pagó viajes de la familia de la ministra. Y añadía: “este es un tema de Sepúlveda, pero no es un tema de Ana Mato, que está haciendo una magnífica labor al frente del Ministerio de Sanidad”.
Ambas declaraciones, la del presidente del Gobierno y la del portavoz del Grupo Parlamentario Popular, se sucedían apenas una semana después de que la violencia de género se recrudeciera con una serie de asesinatos diarios. Asesinatos que no merecieron ni una palabra del presidente del Gobierno, ni del portavoz parlamentario, ni de la propia ministra.
Ana Mato es la ministra que está desmantelando el sistema público de salud (ministra de Sanidad), la que pertenece a un Gobierno con el que por primera vez en décadas se han detectado miles de casos de niños con desnutrición (ministra de Servicios Sociales) y la que tras cuatro asesinatos de mujeres en cuatro días no ha sido capaz de hacer una declaración pública al respecto (ministra de Igualdad).
Los elogios del presidente del Gobierno a su tarea llegaban también apenas una semana después de que la ministra compareciera en la Comisión de Igualdad donde no acudía desde febrero de 2012, un año y tres meses sin pisar por allí. Y en esa comparecencia, la ministra, efectivamente, dio muestras de que «está haciendo las cosas muy bien».
Respecto a las políticas de igualdad Mato aseguró que «no ha habido ningún retroceso, absolutamente ninguno; principalmente porque es una cuestión prioritaria para nosotros». Y añadió que para ella, al hablar de igualdad, lo importante es el empleo, es más, no le dio ningún pudor al decir que: «la reforma laboral, les diré que discrimina positivamente a las mujeres para que puedan conseguir un puesto de trabajo (…) Si hablamos de igualdad, yo me quedo con empleo (…) yo voy crear empleo».
Lo dijo con el mismo tono de voz con el que anunció, frente al aumento de los asesinatos de mujeres, una «Estrategia nacional para la erradicación de la violencia de género». Que no suena mal si no fuera porque es la misma medida que anunció en su primera comparecencia en la comisión de igualdad esa de hace un año y tres meses. Un año y tres meses para preparar una estrategia que aún no se conoce mientras que en este tiempo se ha reducido el presupuesto de violencia de género más de un 27% y, en concreto, la partida de asistencia social a mujeres víctimas y a sus hijos e hijas en un 20%. Un tiempo durante el cual el Partido Popular ha votado en contra de dar apoyo psicosocial y educativo a los huérfanos y huérfanas, de establecer exenciones de tasas educativas o la exención de la calificación mínima para que los hijos de las víctimas de violencia de género accedan a las becas. El partido popular también votó en contra de apoyar a las familias que se hacen cargo de esos huérfanos. Y durante este tiempo y a pesar de haber arrancado el compromiso de rectificación al ministro Gallardón, las mujeres víctimas de violencia de género siguen pagando tasas judiciales para divorciarse de su maltratador.
La ministra también insistió en su intención de cambiar la Ley Integral para incluir a los menores como víctimas (algo que ya recoge la ley) haciendo hincapié en su «preocupación» por estos niños y niñas. Sin embargo, tres de cada cuatro mujeres que tienen medidas de protección por violencia de género tienen hijos e hijas menores y tan solo se suspende el régimen de visitas en el 3% de las órdenes de protección como medida anexa. Es decir, la mayoría de mujeres tuvieron que dejar que sus hijos pasaran tiempo o convivieran con su padre maltratador. Sobre esto, la ministra no dijo nada.
Sí habló la ministra sobre la trata con fines de explotación sexual (tema que planteó como prioritario, por encima de la violencia de género y del aborto, el portavoz de UPyD, Toni Cantó). Y también dijo, tan tranquila, que «el Plan integral de lucha contra la trata con fines de explotación sexual 2009-2012 está siendo el instrumento principal para la lucha contra esa trata de manera coordinada. Como saben sus señorías su vigencia se ha extendido hasta finales de este año 2013». Lo que también sabían sus señorías es que el Plan, así como su prórroga durante 2013, quedó aprobado por el gobierno anterior.
La ministra, además, señaló ufana que tenía el honor de presentar el «Plan estratégico de igualdad de oportunidades». Lo de presentar es una forma de hablar porque a continuación añadió «que estamos ultimando». Tampoco está hecho. Y para rematar la faena, Mato afirmó que «es la primera vez que las mujeres víctimas de violencia de género no tendrán que pagar los honorarios de abogados ni de procuradores, ni las tasas». A lo que una diputada le recordó, sin esperar siquiera a su turno de palabra, que las tasas no existían hasta la reforma de Gallardón.
Las cuestiones concretas sobre las que se le preguntó, la ministra las despachó con desparpajo «se las haré llegar por escrito». Por último, Mato no tuvo más remedio que entrar en el tema del aborto -ante las preguntas de los portavoces de todos los grupos (incluso UPyD)-, que ni siquiera mencionó en su primera intervención. A la ministra de Sanidad e Igualdad le parece lógico que el aborto sea una cuestión del ministerio de Justicia. También aclaró con mucha «lógica» su postura sobre la modificación de la ley: «¿Vamos a modificar -le voy a dar mi posición- la ley del aborto? La vamos a modificar. ¿Por qué? En primer lugar, porque está en nuestro programa electoral, y los ciudadanos que nos han votado, que son la mayoría de los españoles, saben que vamos a modificar la ley del aborto y aun así ellos nos han votado».
No hacía ninguna falta que el portavoz parlamentario del Partido Popular nos dijera que las mujeres engañadas por su marido no son tontas, lo que no estaría de más es que se buscaran algún argumento mejor para defender a Ana Mato y que de una vez por todas se dieran cuenta, el portavoz, el presidente del Gobierno y la ministra Mato, que los ciudadanos tampoco somos ni tontos ni tontas.
Amén Nuria….
Besinos turoneses