Internacional
Rashid Khalidi: “Israel cree que puede ejercer una presión ilimitada sobre los palestinos sin que estalle”
El historiador y escritor de origen palestino-libanés Rashid Khalidi ha dedicado su carrera a estudiar lo que él describe como “proyecto colonial” israelí.
La guerra en la Franja de Gaza se acerca a su primer mes y ya es el conflicto más sangriento entre israelíes y palestinos desde 1948. Ese mismo año nació el historiador y escritor de origen palestino-libanés Rashid Khalidi, que ha dedicado su carrera a estudiar lo que él describe como “proyecto colonial” israelí. Con él tratamos de analizar qué intenta conseguir Israel con su ofensiva en Gaza, la reacción de los gobiernos frente a la sociedad civil y la falta de voluntad de conseguir una “solución de dos Estados”.
¿Qué cree que intenta conseguir Israel con su ofensiva en la Franja de Gaza?
Creo que intenta hacer parte de Gaza inhabitable. Si no puede expulsar a la población porque los países árabes no quieren acoger a refugiados palestinos, exprimirán a los palestinos en un área cada vez más pequeña. Otro de sus objetivos, totalmente inalcanzable, es destruir Hamás. Aunque destruyan la estructura militar de Hamás, se trata también de un movimiento político con ramas culturales, religiosas y sociales. Destruirlo por completo sería un genocidio total. Es inalcanzable, pero es lo que dicen que están intentando hacer.
¿Cree que el Gobierno israelí tiene un plan a largo plazo?
No estoy seguro de que entiendan lo que están haciendo. Es posible que no lo hayan decidido aún, incluso la prensa israelí especula sobre esta posibilidad. ¿Cuál es nuestro objetivo? ¿Hacia dónde vamos? ¿Qué queremos lograr? No lo sé. Creo que siempre han tenido estimaciones poco realistas de lo que pueden lograr en Gaza y contra los palestinos en general. Israel cree que puede ejercer una presión ilimitada sobre los palestinos sin que estalle. Lo que ha ocurrido demuestra que no es un análisis correcto.
No es la primera vez que una milicia palestina usa rehenes para pedir la liberación de palestinos encarcelados, pero la respuesta de Israel en esta ocasión es un poco diferente. En otros episodios han intercambiado a un rehén por decenas de palestinos encarcelados o han tardado hasta cinco años en negociar un intercambio, mientras ahora se niegan a negociar. ¿Cree que las circunstancias son distintas?
Sí que creo que es diferente. Israel ha librado todas sus guerras en suelo árabe, en 1956, 1967, 1973, 1982, casi todas las víctimas han sido civiles árabes. El ataque del 7 de octubre fue diferente porque se produjo en suelo israelí y los civiles israelíes fueron el objetivo. Los prisioneros y los rehenes representan algo completamente diferente. Es diferente en términos numéricos pero también psicológicamente porque tuvo lugar dentro de comunidades israelíes en una escala sin precedentes.
Se ha comparado la guerra en la Franja de Gaza con un segundo Nakba, la expulsión de palestinos de 1948. ¿Está de acuerdo con este término?
Muchos palestinos sienten que se trata de una continuación del Nakba, porque el esfuerzo por expulsar a los palestinos de Palestina o encerrarlos en áreas cada vez más pequeñas está en curso desde 1948. Creo que es lo que Israel está tratando de hacer en Gaza. Está forzando a la gente a que viva en áreas cada vez más pequeñas. Piden que los del norte se trasladen al sur. Que la gente salga del territorio hacia Egipto. Al final, mover y desplazar a los palestinos ha sido fundamental para la guerra demográfica que el sionismo, y más tarde Israel, ha librado contra los palestinos durante 75 años.
«Mover y desplazar a los palestinos ha sido fundamental para la guerra demográfica que el sionismo, y más tarde Israel, ha librado contra los palestinos durante 75 años».
Unos 150 palestinos han sido asesinados en Cisjordania desde el pasado 7 de octubre. ¿Cree que este territorio es otro frente de guerra?
Es parte de un plan, no son incidentes aislados. Es un intento organizado y dirigido centralmente para limpiar áreas habitadas por palestinos y reemplazarlas con colonos. Es una limpieza étnica, un proyecto colonial. En Cisjordania es un proceso lento, en Gaza es mucho más rápido y cada vez más violento, pero se trata del mismo proyecto. Se mueve a la población indígena tanto como sea posible y se comprime en un área cada vez más pequeña.
¿Le ha sorprendido el apoyo a Israel por parte de instituciones europeas y estadounidenses?
No fue sorprendente porque muchos de estos países siempre han apoyado incondicionalmente a Israel. El asesinato de israelíes se ha convertido en la única historia en gran parte de los medios occidentales. No hay duda de que esta matanza fue atroz. Tuvo un gran impacto en la opinión pública y en los políticos. Dicho esto, hay un racismo subyacente en este suceso porque muchos niños israelíes, mujeres y ancianos israelíes, civiles desarmados, fueron asesinados. Al parecer estas muertes tienen más peso que las muertes de palestinos. Un bebé israelí provoca más simpatía y apoyo político que un bebé palestino. La forma en la que Israel ha mediatizado, de forma muy astuta, el luto, la ira y la rabia, ha provocado que mucha gente piense que “los israelíes son como nosotros, somos como ellos”, esto es lo que está en juego.
«El mundo no es Inglaterra, Alemania, Estados Unidos. En países con enormes poblaciones como China, India, Bangladesh, Pakistán, la reacción ha sido diferente. Hubo conmoción y horror ante la muerte de civiles israelíes y aún más conmoción ante la matanza de miles de palestinos».
En varios de estos países que han mostrado apoyo incondicional a Israel, se han producido protestas multitudinarias contra su ofensiva en Gaza. ¿Cree que hay una desconexión entre la clase política y la sociedad civil?
Lo que contaba era la reacción de la clase política y de los medios. No es la reacción de sectores crecientes de la opinión pública. Tampoco en el resto del mundo. El mundo no es Inglaterra, Alemania, Estados Unidos. En países con enormes poblaciones como China, India, Bangladesh, Pakistán, la reacción ha sido diferente. Hubo conmoción y horror ante la muerte de civiles israelíes y aún más conmoción ante la matanza de miles de palestinos. Han reaccionado diferente de los medios occidentales.
¿Y cómo ve la reacción en Oriente Medio? Se han producido protestas multitudinarias que piden a sus gobiernos que rompan relaciones diplomáticas con Israel, mientras éstos intentan tomar una posición firme pero a la vez cautelosa.
Demuestra lo poco representativos que son estos gobiernos, lo poco que representan a su pueblo. La reacción desde Marruecos a los países del Golfo demuestra que todos los supuestos analistas que decían que a los árabes no les importa Palestina, no saben de qué están hablando, son unos ignorantes. Nadie debería volver a escucharlos jamás. Cualquiera que conozca algo de historia sabe que durante un siglo ha habido preocupación entre los árabes por Palestina antes de la Primera Guerra Mundial. Durante el mandato británico, durante la guerra de 1948 y cada período de la década de 1960, hubo preocupación por Palestina entre las poblaciones árabes. Los intelectuales, la gente corriente y los gobiernos no necesariamente representaban fielmente eso. Y en los últimos años estos gobiernos antidemocráticos han mejorado cada vez más sus relaciones con Estados Unidos e Israel y han ignorado los sentimientos de sus pueblos.
Muchos países insisten en la solución de dos Estados. ¿Le parece un enfoque realista en la situación actual o cree que se debería incidir en ello?
Una solución de dos Estados significa deshacer lo que el Gobierno israelí, con apoyo estadounidense y europeo, ha hecho en los últimos 56 años. Me refiero al proceso de asentamientos en Cisjordania, que comenzó en el año 1967 y ya supone más de 750.000 colonos israelíes ilegales en la Cisjordania ocupada y en Jerusalén Este. No se puede tener una solución de dos Estados sin revertirla. Israel ha tomado más del 60% de Cisjordania. Si lees todas las propuestas de los últimos años, desde Camp David a Oslo, ninguna incluye una completa soberanía palestina. ¿Se refieren a dos Estados o a un Estado y otro menos Estado?
«Una solución de dos Estados significa deshacer lo que el Gobierno israelí, con apoyo estadounidense y europeo, ha hecho en los últimos 56 años».
¿Cree que hay aún hay palestinos que creen en esta solución?
El movimiento nacional palestino no está unificado. No tiene un objetivo estratégico claro. ¿Quieren los palestinos dos Estados? Si es así, ¿cómo quieren lograrlo? Necesitan saber eso. Por otro lado, Estados Unidos no está realmente comprometido con esto. Hablan de ello pero financian construcciones de asentamientos mediante organizaciones caritativas. Todo esto tiene que cambiar. Para tener un Estado palestino soberano habría que vincular Gaza y Cisjordania, se tienen que retirar los asentamientos. Me parece que la gente habla como si los palestinos fueran estúpidos. Se les dice que sucederá algún día. Lo queremos ahora. Queremos un plan concreto, si no, no puede funcionar. Que se trace un plan realista con fechas: queremos el fin de la ocupación en 2026, el fin de los asentamientos en 2028 y un Estado en 2029.
«Me parece que la gente habla como si los palestinos fueran estúpidos. Se les dice que sucederá algún día. Lo queremos ahora. Queremos un plan concreto».
En el caso de que se produzca un alto el fuego. ¿Cómo cree que se debería proceder? ¿Quién cree que debería actuar como mediador en el escenario actual?
Suponiendo que Israel ponga fin a su operación militar y suponiendo que Hamás asuma un alto el fuego, quedan un montón de preguntas por responder. Una de ellas es: ¿quién controlará Gaza? ¿Quién será responsable de su seguridad? ¿Será el Ejército israelí? ¿Qué país árabe, europeo o del sur global querría enviar soldados en esta situación? Al final se trata de un problema político, no de seguridad. La seguridad depende de lo político. Tendrá que haber una visión política del asunto o no habrá solución de seguridad. Israel siempre habla de seguridad, se niega a hablar de política, de los derechos de los palestinos, de su soberanía e igualdad. Solo hablan de sus derechos, de proteger su territorio. Al final la guerra es una extensión de la política por otros medios. Tenemos que preguntarnos cuál es la cuestión política. Sin una respuesta, no sabremos cómo proceder.
No seamos hipócritas. Tanto escándalo por el ataque de Hamás y cuantos años lleva Israel exterminando al pueblo palestino. Está muy claro que quiere acabar con él.
(Resulta que el tigre está devorando al gato y si alguien defiende al gato es acusado de terrorista. Hipócritas, éso es el mundo occidental).
Genocidio inminente (El Salto):
¿Por qué nuestra clase política está tan empeñada en suprimir las críticas al régimen de apartheid israelí? La respuesta es obvia: los estados occidentales apoyan a Israel para mantener su poder en una encrucijada crucial del comercio mundial.
Nuestros gobernantes no sólo están dispuestos a permitir que Israel arrase Gaza, sino que incluso le proporcionan cobertura diplomática y suministros militares.
Lo que se interpone entre Gaza y el genocidio es la presión política, esto es, un movimiento internacionalista cuyo objetivo sea obligar a los gobiernos occidentales a frenar la máquina de matar israelí.
Tenemos la obligación colectiva de aumentar la presión sobre nuestros gobiernos y sobre Israel mismo para detener el genocidio y los desplazamientos masivos
Los sindicatos palestinos han hecho un llamamiento a los sindicalistas de todo el mundo para que muestren su solidaridad negándose a seguir suministrando armas a Israel.
¿Es Hamás una criatura de Israel? (El Salto):
En 2019, Netanyahu dijo ante la Knéset de su partido: “El que quiera bloquear la creación de un estado Palestino debe apoyar el crecimiento de Hamás y transferir dinero a Hamás. Es parte de nuestra estrategia: aislar a los palestinos de Gaza de los palestinos de Cisjordania”.
El periodista israelí Amnon Abramovich culpó en televisión a Netanyahu por “hacer la vista gorda ante Hamás en busca de sus propios logros políticos hasta que la ola lo ha sobrepasado, tratando ahora de contrarrestarla”
De Granada a Gaza: la UE y el enterramiento del derecho internacional. (El Salto):
Las referencias de los mandatarios de la Unión Europea al cumplimiento del derecho internacional y a la tradición de los “valores europeos”, con un genocidio en curso en Palestina, se han vuelto papel mojado.
Un año y medio después del estallido de la guerra en Ucrania, la Unión Europea continúa reforzando su deriva militarista.
Israel tiene derecho a defenderse y a borrar del mapa al pueblo palestino; Gaza, a recibir ayuda humanitaria después de una semana de bloqueo y miles de muertos. Así funcionan los “valores europeos”.
Si se da por buena la justificación del “derecho a la defensa” que está haciendo el Estado de Israel (con el apoyo de la UE), se abre la puerta para que el fascismo entre en nuestras sociedades hasta la cocina.
Los judios sionistas han inventado el cuento de que ellos son el » pueblo elegido» por su Dios Jahve. A partir de este argumento fantastico, deducen que tienen derecho a hacer con nosotros, el resto de los mortales del mundo: los «goyims» (cerdos) lo que les de la puta gana. Esta ideologia es mucho mas rasista y supremacista que la ideologia nazi- hitleriana. En efecto, Hitler nunca apelo a la Divinidad para justificar sus ideas racistas.
Con respecto a los pueblos palestino y arabe, los yihadistas nazi- judios de Netanyahu han decretado que los palestinos no son humanos y, por tanto, carecen de Derechos Humanos. La mayoria de los judios acepta esta ley judia, de ahi que, desde hace 75 años tratan a los palestinos , y a sus niños, como si fueran animales.
No es la primera vez que un judio – Netanyahu esta vez- decreta que una poblacion que se niega a aceptar los delirios supremacistas judios es inferior, animalica, carece de derechos y, por consiguiente, puede ser eliminada sin remordimientos. Ya lo hizo Lenin con los campesinos rusos que se oponian a la colectivizacion de sus tierras. Lenin decreto que esos humildes trabajadores eran » Kulaks», cerdos contrarevolucionarios, y liquido a unos 2 millones de ellos.