Internacional

Muath Hamed, periodista palestino en España: “Nos estamos convirtiendo en las voces de los que están allí”

Reporteros Sin Fronteras denuncia que los ataques de Israel en Gaza marcan un nuevo récord de periodistas asesinados. Esta es la vivencia desesperada de un periodista palestino exiliado en España ante la masacre en la Franja y Cisjordania.

Reporteros Sin Fronteras cifra en más de 30 los periodistas muertos desde el 7 de octubre en la Franja. MOSAB ATAYA

PORCAUSA* // Muath Hamed llega a la cita con cinco minutos de retraso, con el móvil en la mano y síntomas de nerviosismo. Hemos quedado para hablar de la situación de los periodistas en Palestina, su país, pero su atención está puesta en el teléfono. Este periodista palestino residente en Madrid abre la puerta mientras se reproduce el vídeo en el que aparecen cuatro hombres abriendo en canal a una mujer carbonizada para recuperar al bebé que lleva dentro y que sigue con vida. Son las cuatro y veinte de la tarde del martes 31 de octubre y, apenas unos minutos antes, Israel ha lanzado un bombardeo de grandes dimensiones sobre el campo de refugiados de Jabalia, el mayor de los ocho que hay en Gaza. Entre los centenares de muertos está la madre del vídeo.

“Mi vida es un caos ahora mismo”. Muath mueve las manos y abre los ojos mientras habla. Evita sentarse. En su teléfono saltan mensajes de audio ligeramente distorsionados de colegas periodistas que están en Gaza y Cisjordania. Explica que todos allí usan ahora una aplicación llamada Zello, que convierte cualquier teléfono en un walkie-talkie, porque consume menos energía y es ágil. Es una de tantas formas que usan los reporteros palestinos para amortiguar los cortes energéticos por parte de Israel. Las telecomunicaciones también están interrumpidas pero a veces sus colegas consiguen conectarse a la red de telefonía isarelí e incluso la turca.

Muath parece haber envejecido y estas últimas semanas su barba se ha llenado de canas. Se expresa en castellano pero cuando acelera, cambia al inglés. El objetivo de esta entrevista es hablar sobre la situación de los periodistas palestinos. “It is a fucking mess”, suelta. Explica que todos los amigos periodistas que tiene en Gaza están al límite: “Mientras cubren los bombardeos, dejan sus cámaras en el suelo para sacar a la gente de debajo de los escombros”.

Los reporteros palestinos son un objetivo declarado del Estado isarelí. Lo eran antes del ataque de Hamás del 7 de octubre. Sin ir más lejos, Muath fue interrogado y amenazado por el Mossad en dependencias de la Guardia Civil en Madrid pocos meses después de llegar a España. Estando en Cisjordania, las fuerzas israelíes dispararon contra Muath en seis ocasiones distintas. En una logró fotografiar al soldado en el preciso instante en que le disparaba, y recibió un premio en Turquía, viaje que aprovechó para pedir asilo. Desde entonces no ha vuelto a pisar su país.

Muath se sienta y empieza a narrar cómo crecen las rencillas entre algunos periodistas palestinos que cubren Gaza y los que informan desde Cisjordania porque los ataques en esta última tienen menos impacto mediático que los que sufre la Franja. “Es como si tuviéramos que redefinir el dolor, ¿cuántos muertos hacen falta para hablar de masacre?”, pregunta. Muath explica que desde hace años, los periodistas palestinos que cruzan alguno de los checkpoints de Israel están obligados a entregar sus teléfonos desbloqueados. Si no lo hacen, son enviados a la cárcel directamente (“prisión administrativa”, en el argot legal israelí). Si lo hacen y los militares descubren mensajes o imágenes a favor de la resistencia palestina o contra el apartheid, también son enviados a prisión. En total, Muath ha pasado 36 meses en cárceles israelíes y seis en prisiones de la Autoridad Palestina.

Ahora las autoridades israelíes no disimulan sus amenazas ni las lanzan en vano. Varios reporteros amigos de Muath reciben llamadas en las que un oficial israelí les da un ultimátum: o se van de casa o morirán. Israel cumple esas amenazas. Los ataques directos contra hogares de periodistas suelen producirse de noche, cuando estos han regresado de trabajar, asegura Muath. Apenas unas horas antes, el marido de la corresponsal de la cadena qatarí Al Jazeera Youmna ElSayed ha recibido una de esas llamadas. La periodista explica en directo que no sabe qué hacer. Se escuchan explosiones durante su conexión telefónica. Conducir hacia el sur de la Franja tampoco garantiza su vida y la de su familia, explica.

Muath es corresponsal de Al Arabi en España y colabora con otros medios internacionales. Estos días están siendo muy duros. Necesita seguir trabajando –de su sueldo dependen su esposa y sus dos hijos–, pero se siente incapaz. También se siente inútil, explica mientras su tono baja. “Los que estamos fuera hacemos lo que podemos”, dice, y esta vez su tono sube. Muath dedica buena parte de su tiempo a pedir contactos y hacer llamadas a organizaciones como Médicos del Mundo para tratar de facilitar la llegada de ayuda humanitaria a la Franja.

Muath repasa nombres de personas palestinas que ambos conocemos y enumera los familiares y amigos que han perdido. Mientras habla se detiene a responder mensajes a toda velocidad. Entre sus interlocutores hay varios periodistas españoles y de otros países de Europa a los que presta apoyo, contactos, contexto e imágenes que recibe en tiempo real de sus compañeros de Gaza y Cisjordania. Asegura que muchos de sus colegas en terreno están amenazados y no se atreven a firmar noticias ni a publicar en sus redes sociales por temor a las represalias.

Otro problema recurrente es la constante eliminación de posts en redes, especialmente en Facebook e Instagram. “Meta nos censura alegando violencia”, asegura Muath. “Nos estamos convirtiendo en las voces de esos reporteros”, explica. Él y otros periodistas palestinos repartidos por el mundo intentan hacer de intermediarios entre sus colegas en terreno y los medios extranjeros, con escaso éxito. Los enviados especiales a los que ayuda Muath prefieren no usar esas imágenes alegando que no pueden verificar su origen. Muath les responde que puede revelarles el nombre del reportero que las ha tomado e incluso ponerles en contacto, siempre que protejan su anonimato. Entonces esos mismos periodistas extranjeros encuentran otro argumento: son imágenes demasiado violentas. Demasiados niños muertos, demasiada sangre.

Más de 30 periodistas muertos

Una semana antes de esta entrevista, algunos de los profesionales extranjeros que suelen pedir ayuda a Muath participan en un encuentro a puerta cerrada organizado por el Ejército de Israel en un cuartel cerca de Tel Aviv. Un centenar de periodistas extranjeros –ni un solo periodista local, ni israelí ni palestino– escuchan al general Michael Edelstein y visualizan imágenes inéditas supuestamente del ataque de Hamás del 7 de octubre. Varios periodistas publican largos reportajes sobre ese encuentro que describen en detalle las atrocidades inhumanas de los milicianos de Hamás. Muath se queja de la doble vara de medir de muchos informadores que se pliegan a la propaganda israelí, incluso en sus formatos más descarados, mientras esquivan o rebajan lo que define como “genocidio” Craig Mokhiber, director de la oficina en Nueva York del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos. La dimisión de Mokhiber trasciende a los medios la misma tarde de nuestro encuentro.

Al menos 34 periodistas se encuentran entre los aproximadamente 10.000 palestinos exterminados desde el 7 de octubre, según los últimos datos de Reporteros Sin Fronteras (RSF). Esta organización ha presentado una denuncia ante la Corte Penal Internacional por crímenes de guerra contra periodistas cometidos por el Estado de Israel, que no reconoce la autoridad de ese tribunal. RSF señala que estamos ante el récord de periodistas asesinados en 15 días, con cifras que superan a las del inicio de las guerras en Irak, Afganistán, Yemen y Ucrania. Entre los profesionales asesinados estas últimas semanas está Roshdi Sarraj, amigo de Muath.

Sarraj, de 31 años, murió en un bombardeo israelí el pasado 23 de octubre. Un día antes había divulgado imágenes grabadas con su dron en las que se contempla la devastación de Gaza desde el aire. Muath estaba en Órgiva (Granada) grabando un documental para la cadena franco-alemana Arte cuando recibió la noticia. “Menos mal que un compañero de trabajo me ayudó y me dijo ‘graba esto, graba lo otro’, porque yo era incapaz de hacer nada”, recuerda.

Muath y su esposa están en vilo desde que comenzó la masacre. “Antes que periodista soy palestino, amo mi país y a mi familia y mi pueblo”, declara. En su casa hay dos televisiones encendidas todo el tiempo. No pueden desconectar de lo que está pasando en Palestina. “Me siento culpable de estar aquí, a salvo, mientras todos allí sufren”, afirma. Al anochecer tienen dificultades para conciliar el sueño y vuelven las pesadillas. La noche anterior Muath soñó con niños muertos. Su tono baja cuando dice: “Veo niños quemados vivos y después juego con mis hijos y me siento profundamente culpable de poder jugar con ellos”.

“Palestina que llevaba 20 años olvidada”, añade, y esta vez su tono sube. “Israel se creó para ser un lugar seguro para los judíos; si Israel no es seguro para los judíos, pierde su sentido”. En las variaciones de su voz aparecen de nuevo notas de angustia.

*La Fundación porCausa es una organización sin ánimo de lucro especializada en periodismo, investigación y nuevas narrativas sobre migraciones.

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Comentarios
  1. Gaza: Israel se encarga de que no haya observadores para evitar ser juzgado por crímenes de guerra (Joán Cabasés – El Salto)
    Las seis toneladas de plomo que Israel dejó caer sobre el campo de refugiados de Jabalia marcan el tono de la operación israelí iniciada el 7 de octubre. Demuestran que la cúpula política y militar del estado de Israel pisa el acelerador al límite con tal de conseguir sus objetivos.
    Según las autoridades israelíes, el comandante de Hamás que Israel aseguró haber eliminado durante el bombardeo de Jabalia justifica la muerte de los 200 civiles palestinos que perdieron la vida. Aunque existen dudas de que aquella operación tenga encaje en el derecho internacional, el paraguas de los EEUU mueve el debate. “No dibujamos líneas rojas para Israel”, repiten una y otra vez distintos líderes estadounidenses. Entre ellos John Kirby, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de los EEUU.
    Aunque la Casa Blanca se sienta con la potestad de dar luz verde para que sus aliados se salten las convenciones de los derechos humanos, lo cierto es que “las líneas rojas” ya están dibujadas en el derecho internacional. Y que se respeten esas líneas, que siguen vigentes en tiempos de guerra, es lo que piden los defensores de los derechos humanos de todo el mundo. También los que son residentes de la franja, como Raji Sourani, un destacado abogado y activista gazatí que se pregunta por qué el fiscal del Tribunal Penal Internacional, Karim Khan, envia una orden de detención contra Vladimir Putin por su ocupación contra Ucrania, pero no hace lo mismo durante la ofensiva contra Gaza.
    Israel, la “víctima” que comete crímenes.
    “El castigo colectivo que Israel está aplicando contra los civiles palestinos es un crimen de guerra”, denunciaba el miércoles Volker Turk, Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos”.
    La ausencia de observadores sobre el terreno y el asesinato de periodistas supone una dificultad para demostrar los crímenes perpetrados por Israel
    Sin observadores no hay rendición de cuentas.
    La ausencia de observadores sobre el terreno y el asesinato de periodistas supone una dificultad para demostrar los crímenes perpetrados por Israel. La continua muerte de los periodistas gazatíes, que son los ojos de la comunidad internacional, dañará la perspectiva palestina de conseguir que los hechos ocurridos estas semanas en la franja de Gaza puedan algún día ser investigados por algún tribunal.
    Esta semana se ha cumplido un mes desde el inicio de la guerra. La lista de muertes y de posibles crímenes es larga, y Netanyahu y el resto de dirigentes israelíes aseguran que esto no es más que el principio. La confusión informativa es cada vez mayor y la falta de testimonios harán muy difícil que ningún proceso de rendición de cuentas sea posible. Parece dudoso que Israel logre satisfacer sus objetivos militares y eliminar Hamás de la faz de la tierra. Pero parece probable que esta sea una guerra que la Historia, en mayúsculas, ya haya perdido.

  2. «Los nazis me hicieron tener miedo de ser judío y los israelíes tener vergüenza de ser judío», «Europa se está haciendo cómplice de otro holocausto, el del pueblo palestino», (palabras del profesor, autor y activista por los derechos civiles polaco, Israël Shahak, superviviente del Holocausto).
    «Entiendo la mala conciencia de Europa y de Alemania por los seis millones de judíos asesinados, pero eso no lo tienen por qué pagar las y los palestinos», ha lamentado el eurodiputado para quien «Israel busca hacer ver que la historia empezó el 7 de octubre y olvidar 75 años de ocupación de las tierras palestinas, de llevar a cabo una limpieza étnica, una política de apartheid y asesinar a los ciudadanos de manera indiscriminada». (Manu Pineda, eurodiputado de IU).
    «No se puede encontrar un lugar seguro en Gaza», advirtió Mussa’ab Bashir en declaraciones a AraInfo, en una microentrevista realizada al final del acto celebrado en Zaragoza. «Hasta que no acabemos con el capitalismo, será difícil ganar la guerra mediática», afirmó en una de sus intervenciones, haciendo hincapié en el papel de los medios de comunicación israelíes y occidentales. También alertó del apagón de las comunicaciones impuesto por el régimen sionista en la franja. «En estos momentos informarse es muy difícil, lo hacemos gracias a los periodistas palestinos que están en el terreno», jugándose sus vidas. (Mussa ‘ab Bashir, periodista palestino de la Franja de Gaza, del equipo de redacción de AraInfo, y analista de asuntos israelíes).
    https://arainfo.org/manu-pineda-europa-se-esta-haciendo-complice-de-otro-holocausto-el-israel-contra-el-pueblo-palestino/

  3. Los reporteros honestos y comprometidos son un objetivo declarado del sistema capitalista en todo el mundo, este sistema genocida no quiere testigos. No quiere que nadie cuente sus criminales actos que son su medio para obtener ganancias y poder.
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    Judías y judíos del mundo dicen «no» al genocidio en Palestina
    La Red Internacional Judía Antisionista hace un llamamiento a todas y todos las y los judías y judíos «de conciencia» para que «se levanten y actúen» contra el objetivo de Benjamin Netanyahu de una «solución final» para «el problema palestino». «Ninguna solución final en nuestro nombre. Nunca más, para nadie», denuncian.
    Algún tiempo después [de 1956] oí una noticia sobre israelíes que hacinaban a palestinos en campos de asentamiento. No podía creerlo. ¿No eran también judíos los israelíes? ¿No acabábamos de sobrevivir al mayor pogromo de nuestra historia? ¿No fueron los campos [de concentración] -a menudo llamados eufemísticamente «campos de asentamiento» por los nazis- la característica principal de este pogromo? ¿Cómo podían los judíos hacer a otros lo que les habían hecho a ellos? ¿Cómo podían estos judíos israelíes oprimir y encarcelar a otras personas? Tengo que decir al gobierno israelí, que afirma hablar en nombre de todos los judíos, que no habla en mi nombre. No permaneceré en silencio ante el intento de aniquilación de los palestinos; ni a la venta de armas a regímenes represivos de todo el mundo; ni al intento de sofocar las críticas a Israel en los medios de comunicación de todo el mundo… No permitiré que la confusión de los términos «antisemita» y «antisionista» quede sin respuesta. Dra. Marika Sherwood, superviviente del gueto de Budapest.
    Este último asalto a Gaza es coherente con la violenta colonización de Palestina durante los últimos 75 años y sus continuas políticas de apartheid, ocupación militar, asedio, limpieza étnica, creación de guetos y desplazamientos forzosos», añaden en el texto.
    Tras el cerco a Gaza de 2006, Hajo Meyer, superviviente de Auschwitz, advirtió: «Lo que está ocurriendo en Gaza es un genocidio a cámara lenta. Al principio los nazis nos metieron en guetos, luego nos trasladaron a campos de trabajo y de concentración. La solución final llegó más tarde. Es doloroso comprobar los paralelismos que observo entre mi propia experiencia en Alemania y la que sufren hoy los palestinos. Las diversas formas de castigo colectivo infligidas al pueblo palestino -gueto forzado tras un ‘muro de seguridad’; derribo de viviendas y destrucción de campos; bombardeo de escuelas, mezquitas y edificios gubernamentales; bloqueo económico que priva a la población de agua, alimentos, medicinas, educación y las necesidades básicas para una supervivencia digna, me obligan a recordar las privaciones y humillaciones que sufrí en mi juventud. Este proceso de opresión que dura un siglo supone un sufrimiento inimaginable para los palestinos».
    En este sentido, la Red Internacional Judía Antisionista denuncia que Gaza es «un campo de concentración» y «se está convirtiendo aceleradamente en un campo de exterminio. Las cámaras de gas y las líneas de fuego han sido sustituidas por bombas, tanques y fósforo blanco. Decimos nunca más para nadie».
    En el comunicado recuerdan las palabras de Talli Gotliv, legislador israelí, que exigió a Israel «disparar misiles potentes sin límite. No aplastar un barrio. Aplastar y arrasar Gaza. ¡Sin piedad! ¡Sin piedad!». Un deseo que Netanyahu está cumpliendo sobradamente.
    «Al solidarizarnos con la resistencia palestina, recordamos los levantamientos contra los nazis en los guetos de Varsovia y Vilna y en el interior mismo de los campos de concentración. Ambos son actos de resistencia contra regímenes fascistas. En ambos casos, es la lucha por liberarse del plan sistemático de aniquilamiento y la limpieza étnica, es la lucha por el derecho a existir como pueblo libre»
    La Red Internacional Judía Antisionista asegura apoyarse «en la historia de la participación judía en las luchas por nuestra liberación colectiva». «Estamos con el derecho del pueblo palestino a su autodefensa colectiva. Estamos en contra de todo genocidio, ya sea el genocidio que mató a muchas de nuestras familias, o, el genocidio del que estamos siendo testigos horrorizados. La mayoría del mundo está en contra de este genocidio», advierten. A nivel internacional, muchas y muchos se están manifestando y protestando, denunciando a Estados Unidos, al Reino Unido y a la Unión Europea, que «respaldan el plan genocida del Estado sionista de Israel con sus armas, su propaganda y su censura».
    «Estamos con la mayoría. Ningún genocidio en nuestro nombre. Decimos nunca más para nadie», concluye la Red Internacional Judía Antisionista invitando a a judías y judíos de «conciencia» a «unirse a nosotras y nosotros» para «exigir el fin inmediato de la escalada genocida en Palestina». Por ello, animan a personas y colectivos judíos a adherirse con su firma en este formulario.
    https://arainfo.org/judias-y-judios-dicen-no-al-genocidio-en-gaza-palestina/

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