Sociedad

Los teléfonos móviles: un riesgo para la educación

La UNESCO se muestra favorable a prohibir los 'smartphones' en las escuelas con el objetivo de evitar distracciones y mejorar la calidad de la educación.

, Países Bajos anunció que sacaría los teléfonos, tablets y relojes inteligentes de las aulas en 2024. MAEVA DESTOMBES / HANS LUCAS

Cuando la escritora y pensadora norteamericana bell hooks abogaba por la “educación como práctica de libertad” tras años dando clase en instituciones públicas y privadas, no podía imaginar que uno de los principales obstáculos a la hora de impulsar una pedagogía liberadora fuese la tecnología, específicamente los llamados teléfonos ‘inteligentes’. “El aula… sigue siendo un escenario de posibilidades” –afirmó en Enseñar a transgredir (Capitán Swing, 2021), publicado originalmente en 1994. Casi dos décadas más tarde, los ambientes educativos han visto mermado el aprendizaje del alumnado debido al uso de aparatos electrónicos conectados a internet.

Ahora, un nuevo informe de la UNESCO (la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) se muestra favorable a prohibir los smartphones en las escuelas con el objetivo de evitar distracciones y mejorar la calidad de la educación. Numerosos estudios respaldan esta medida, que ya han adoptado uno de cada cuatro países del mundo mediante distintas leyes o normativas, según dicho informe.

Menos concentración, peores resultados

Los teléfonos y, en particular, el uso de las redes sociales, disminuyen la capacidad de concentración y fomentan comportamientos adictivos en todas las franjas etarias, así que no es de extrañar que sus efectos sean aún más perniciosos entre los más jóvenes, que se encuentran en una etapa crucial de su formación. En el informe, la UNESCO advierte de las constantes interrupciones, los usos de la tecnología para fines no académicos, el impacto de estos aparatos incluso cuando están apagados, y cita varias investigaciones que ponen sobre la mesa la necesidad de proteger la privacidad de los estudiantes. «Prohibir la tecnología puede ser legítimo cuando la integración tecnológica no mejore el aprendizaje o si empeora el bienestar del estudiante», argumenta el informe, que destaca los riesgos de la tecnología para «la integridad física y mental… y la dignidad» de los más pequeños.

Además, también subraya las ventajas de la educación en persona sobre los métodos telemáticos: en Suiza, se demostró que los alumnos aprendían dos veces más rápido cuando las lecciones eran cara a cara, tanto en primaria como en secundaria. Otras conclusiones a las que llega el informe incluyen el riesgo que entraña depender de sistemas de Inteligencia Artificial como ChatGPT, que “puede reducir las capacidades cognitivas” de los estudiantes, entre ellas el pensamiento crítico, la creatividad, el razonamiento o la resolución de problemas, teniendo un impacto negativo asimismo en la motivación. Aunque se ha probado la utilidad de algunas herramientas digitales en el aprendizaje, si se encuentran integradas en el currículum –como ciertos juegos– o adaptadas a niños con discapacidad, en general, las advertencias son claras: la tecnología necesariamente no mejora los procesos pedagógicos; al contrario, puede perjudicarlos gravemente.»Hay poca evidencia sólida sobre el valor añadido de la tecnología digital en la educación» -asevera el informe, que advierte de que la mayoría de los estudios sobre los supuestos beneficios educativos de la tecnología provienen de empresas que tratan de vender sus productos digitales. 

No deja de resultar paradójico que, lo que los magnates de Silicon Valley –responsables directos de la omnipresencia de teléfonos y apps adictivos– vienen haciendo durante años, es decir, llevar a sus hijos a colegios sin pantallas, ahora se esté extendiendo entre una comunidad internacional que, en muchos casos, apostó erróneamente por la tecnología como sinónimo de progreso educativo. Recientemente, Países Bajos anunció que sacaría los teléfonos, tablets y relojes inteligentes de las aulas en 2024. Se suma a la lista de naciones europeas, como Francia, Italia y Suecia, que ya han puesto en marcha restricciones. Este último país destinará más de 100 millones de euros a “acelerar la vuelta de los libros de texto a las escuelas”, según reporta Le Monde. Intentan así impedir una mengua en las habilidades intelectuales que la ciencia ya ha constatado.

Una investigación publicada en la revista Communication Education y realizada con varios grupos de estudiantes concluyó que quienes no usaron el teléfono móvil durante la asistencia a una conferencia apuntaron un 62% más de información, recordaron mejor los contenidos y obtuvieron una nota más alta en un examen posterior que los que sí utilizaron el móvil. Estos resultados son coherentes con lo hallado por un estudio de la London School of Economics: los educandos de colegios donde se habían prohibido los smartphones sacaban mejores calificaciones, y los beneficios se notaban más en jóvenes con dificultades, con lo que limitar las pantallas contribuía a reducir las desigualdades.

Una cuestión de salud mental

Un buen número de investigadores se ha preocupado también por documentar el daño que las redes sociales causan especialmente en los adolescentes, lo cual pasa factura en su rendimiento escolar. En concreto, varios constataron un incremento drástico en casos de depresión, ansiedad y sentimiento de soledad ocurridos de manera simultánea en distintos países occidentales alrededor del año 2010, cuando la prevalencia de los teléfonos y plataformas como Facebook ya era notable. Aunque los distintos expertos coinciden en afirmar que es complicado aislar un solo factor –las redes sociales– a la hora de trazar la causalidad de estas dolencias, admiten la influencia negativa en el deterioro de la salud mental, que en Estados Unidos ha supuesto más suicidios y problemas de sueño. En este sentido, uno de los estudios que más repercusión ha tenido fue el liderado por Alexey Makarin, investigador del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT). Makarin examinó la introducción de Facebook en las universidades norteamericanas y concluyó que, no sólo empeoraba la salud mental del alumnado y se registraban más casos de rendimiento académico disfuncional, sino que la plataforma causó que el 2% experimentara depresión clínica, lo cual se tradujo en 300.000 jóvenes afectados.

Aprender a partir de libros, cuadernos y pizarras, como millones de personas lo hicieron antes de la ubicuidad del móvil y el control prácticamente ilimitado que ejercen las grandes empresas tecnológicas sobre nuestro pensamiento, quizá se aproxime más a esa pedagogía de la libertad que ansiaba hooks, centrada en la relación estudiante-docente y privada de toda digitalización.

Ampliación: 01/08/2023 a las 21:00h.

Tras la publicación del artículo y ver el debate surgido a raíz del mismo, se ha complementado el texto con afirmaciones extraídas del informe de la UNESCO. Asimismo, se ha cambiado el verbo «propone» por «se muestra favorable» .

Si te gusta este artículo, apóyanos con una donación.

¿Sabes lo que cuesta este artículo?

Publicar esta pieza ha requerido la participación de varias personas. Un artículo es siempre un trabajo de equipo en el que participan periodistas, responsables de edición de texto e imágenes, programación, redes sociales… Según la complejidad del tema, sobre todo si es un reportaje de investigación, el coste será más o menos elevado. La principal fuente de financiación de lamarea.com son las suscripciones. Si crees en el periodismo independiente, colabora.

Comentarios
  1. Pena me da ver por todas parte a cierta gente que lleva un móvil del que no mueve la vista. Es como el caballo que va con su morral. Es la alimentación espiritual de mucha gente. ¡Más vida propia y menos pesebrismo!

  2. En el artículo se cita a la UNESCO, pero no se proporciona la fuente. Además se hace una serie de afirmaciones como por ej, que la merma de los aprendizajes se debe a los dispositivos electrónicos. Me gustaría saber de dónde salen esas afirmaciones y qué investigaciones serias las soportan.
    Un artículo que me hace acordar a las conversaciones de Doña Beba y Doña Coca en el almacén, bla, bla, bla…

  3. No hace falta que lo diga las UNESCO, Azahara, es de sentido común.
    La tecnología merma la atención y la creatividad no sólo de niños sino también de adultos.
    A más tecnología y redes sociales menos gente en la calle defendiendo causas justas.
    Se trata de vivir el momento presente, de reflexionar; pues bien la tecnología, las redes sociales nos han dispersado de nosotros mismos, nos ha extraviado de nosotros mismos aún más de lo que estábamos.
    Vivir es más sencillo y hemos permitido que nos diseñen y nos compliquen la vida y ésto es sólo el principio, iremos viendo más resultados.
    Ninguna tecnología podrá nunca sustituir a la cercanía y calidez humanas y a la energía positiva que éstas nos transmiten e inyectan.
    Propio de los magnates: envenenan la tierra y el aire, manipulan y especulan con los alimentos; pero ellos, que se lo pueden permitir de sobras, compran alimentos de agricultura ecológica en las mejores tiendas del ramo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.