Medio ambiente

Inundar la costa de pellets sale gratis

La falta de normativa y de controles dificulta conocer qué empresas son las responsables de que estos materiales contaminen el litoral de Tarragona

Pellets de plástico encontrados en la Playa de La Pineda, en Tarragona, tras un día de lluvia en mayo de 2023. DAVIDE MANCINI

Jordi Oliva se empezó a interesar por el surf a los 18 años. Antes había practicado vela ligera y había navegado. Un estrecho contacto con el mar que desembocó en la creación de Good Karma Projects para fomentar la sostenibilidad en los deportes acuáticos y preservar así el medio marino, especialmente, el Mar Mediterráneo. Desde hace cuatro años, unas pequeñas bolitas de plástico del tamaño de una lenteja centran su atención y la de su asociación.

Transparentes, verdes, blancas, rojas, negras… estas perlas, a pesar de su tamaño, son capaces de inundar playas como la de La Pineda, en Tarragona. Un desastre que tiene consecuencias medioambientales pero no culpables. “A finales de 2018, surfeando tras los temporales del Levante, nos encontramos la playa como si hubiese nevado. Había pellets repartidos por toda la playa. Eran millones”, explica Oliva. Pellets es el nombre que reciben estos gránulos de plástico, la materia prima con la que se confeccionan la mayoría de objetos de este material.

Comenzaron las preguntas: ¿de dónde procedían esos millones de pellets? ¿Por qué acababan en la playa de La Pineda y en el Mediterráneo? “Como no hubo ninguna respuesta clara, decidimos empezar a investigar y a tomar datos de todas estas llegadas masivas”, afirma Oliva en conversación con lamarea.com. Las pruebas empezaron a señalar al Complejo Petroquímico de Tarragona, el mayor del sur de Europa. Allí, las compañías que forman parte de la Asociación de Empresas Químicas de Tarragona (AEQT) producen más de dos millones de toneladas de este material cada año, aunque tienen capacidad para llegar a hasta cinco millones anualmente. 

Según el Perfil Ambiental de España 2020, elaborado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), de entre todas las playas muestreadas entre 2016 y 2020 (más de 500 muestras en una decena de playas), “la de La Pineda (Tarragona) recibe la mayor proporción de pellets de pre-producción”. El documento es claro y señala la “proximidad” de esa zona “a una importante concentración de industrias del sector de la fabricación y transformación de plásticos”. 

Pero, ¿cómo es posible que los pellets que se pierden en el interior terminen en el mar y en la playa? Un estudio oficial elaborado por el Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas (CEDEX) para el Gobierno de España cifra en 5.710 toneladas la cantidad de este material que se estaría perdiendo en todo el país. En el caso de Catalunya, apunta a determinadas áreas de acumulación: las desembocaduras del Francolí, del Besós, del Llobregat y del Ebro y el Puerto de Tarragona.

El proceso, explican desde Good Karma Projects, es el siguiente: las lluvias arrastran los pellets perdidos en diferentes puntos de la cadena de valor hasta ríos y rieras, y estos acaban desembocando en el mar. Las corrientes y el viento terminan de hacer el trabajo y llevan los pellets hasta playas como las de La Pineda

¿Vertidos o pérdidas?

Desde la AEQT cuidan el lenguaje: “Cuando hablamos sobre los pellets, no hablamos de vertidos, porque esa palabra da a entender que se ha vertido algo voluntariamente. Nuestras empresas tienen pérdidas de pellets, y esto es importante entenderlo porque el pellet es una materia prima y no tenemos ningún interés en perderlo”, explica Maria Mas, directora gerente de la patronal, durante una entrevista con este medio. Como materia prima, estos gránulos plásticos no se ven afectados por la normativa actual, al no ser considerados residuos. A pesar de ello, Agents Rurals de Catalunya anunció a finales de abril de 2022 una investigación en varios puntos de la costa de Tarragona para averiguar “el origen de pellets plásticos por el grave impacto que suponen para el medio marino y biodiversidad”. En un tuit, el cuerpo de policía medioambiental aseguraba tratar de “determinar su procedencia” y así poder “actuar sobre los responsables”.

Desde la Delegació del Govern en Tarragona no aclaran en qué quedaron estas investigaciones, simplemente que las “irregularidades detectadas” fueron puestas en conocimiento de la Agencia Catalana del Agua y de la Agencia de Residuos de Catalunya. Este medio también solicitó una entrevista con algún responsable de la Agencia de Residuos, pero la petición fue denegada.

Desde la AEQT, por su parte, aseguran no tener “constancia” de sanciones hacia las empresas por vertidos o pérdidas de pellets, aunque añaden: “Tampoco expondríamos públicamente una sanción porque no podríamos entrar en detalles y sería dejar a alguien indefenso”. La patronal empresarial afirma tener el compromiso de que todas sus empresas asociadas se adhieran al programa voluntario Operation Clean Sweep, una iniciativa internacional promovida por la propia industria. La adhesión voluntaria implica tomar medidas preventivas para evitar pérdidas de pellets, aunque se trata de un programa no obligatorio que no conlleva sanciones por su incumplimiento.

El problema legislativo, no obstante, no es exclusivamente catalán ni español, sino europeo. Según datos de Plastics Europe, en Europa hay más de 50.000 empresas fabricantes que utilizan pellets, y solo el 5% se ha adherido al programa, que existe desde 1991. Según Rethink Plastic Alliance, un grupo de ONG que hace campaña por la regularización de este material, la Comisión Europea debería obligar a las empresas a comprometerse a presentar informes con datos reales sobre pérdidas, mayor transparencia y trazabilidad, e imponer medidas de prevención a lo largo de toda la cadena de producción, transporte y distribución de este material. 

Se calcula que cada año se vierten 160.000 toneladas de pellets al medio ambiente en Europa. Según Rethink Plastic, un reglamento sobre los pellets acercaría a la Unión Europea a su objetivo de contaminación cero por plástico, ya que un enfoque más estricto en la cadena de producción reduciría el vertido de unas 600.000 toneladas de plástico al medio ambiente de aquí a 2035.

En el caso catalán, la Delegació del Govern en Tarragona asegura que, a través de la Agencia de Residuos de Catalunya, y en el marco de la nueva ley autonómica de residuos, “se prevé una provisión de regulación relativa a determinados productos plásticos” para que los centros de producción, manipulación y transporte de pellets dispongan de “protocolos, equipos e instrumentos adecuados para prevenir, interceptar y recoger la fuga de estos”. Asimismo, se propone incluir como hecho sancionable “el incumplimiento de la obligación de recoger la fuga de pellets de plástico”.

La actual ausencia de normativa es lo que impide una trazabilidad del producto que termina finalmente inundando las playas y afectando a los ecosistemas. Según explica Joaquim Rovira Solano, investigador postdoctoral en la Universitat Rovira i Virgili, los pellets son dañinos por tres motivos: “Como objeto físico de entre uno y cinco milímetros presenta problemas, ya que si un animal lo ingiere le puede obstruir los conductos respiratorios o llenarle el estómago”, explica el investigador. Por otra parte, los aditivos y colorantes de los pellets también pueden actuar como disruptores endocrinos y ser cancerígenos.

Finalmente, determinados tóxicos y otros patógenos del propio medio marino pueden adherirse a su superficie y terminar en el organismo de los animales y provocar infecciones. “El problema es que los químicos que pasan a los músculos de los peces y a la cadena trófica te los acabas comiendo tú. Y tenemos químicos que son cancerígenos, o disruptores endocrinos que imitan la acción de determinadas hormonas. El plástico es un gran problema, y cuanto más pequeño es el plástico, más problemas da”, asegura Joaquim Rovira. 

La producción de esta investigación cuenta con el apoyo de una subvención del fondo IJ4EU. El International Press Institute (IPI), el European Journalism Centre (EJC) y cualquier otro socio del fondo IJ4EU no son responsables del contenido publicado ni del uso que se haga de él.

Si te gusta este artículo, apóyanos con una donación.

¿Sabes lo que cuesta este artículo?

Publicar esta pieza ha requerido la participación de varias personas. Un artículo es siempre un trabajo de equipo en el que participan periodistas, responsables de edición de texto e imágenes, programación, redes sociales… Según la complejidad del tema, sobre todo si es un reportaje de investigación, el coste será más o menos elevado. La principal fuente de financiación de lamarea.com son las suscripciones. Si crees en el periodismo independiente, colabora.

Comentarios
  1. Y lo más importante no es legislar sobre esto, que produce muertes , tanto a nivel autonómico, estatal y europeo, porque se legisla en contra de la ciudadanía, que además de ser más, somos los que» mantenemos el cotarro», pero gracias a los lobbys, se legisla en contra de la mayoría, porque a nosotros enseguida nos ponen reglas y a los que manejan el capital, que acampen a sus anchas.
    Eso si, es muy importante un referéndum de autonomía, que no digo que no tengan sus argumentos, pero si por culpa de estos pellets, no quedan catalanes, ¿ a ver quien va a votar el referéndum?
    Y no sé a qué espera la UE, para tomar cartas en el asunto, o ¿se creen que con imponernos un impuesto al plástico llega? Tenemos que pagar una bolsa de plástico para llevar las compras , que siempre se reciclan, pero estas empresas , pueden extender pellets por todas las playas, que nadie es responsable ni paga » un puto duro «. ¿Donde va el slogan, de que , el que contamina paga, o solo sirve para los paganinis de siempre?
    Señores políticos de la UE,» se les vé mucho el plumero».
    Y ya está bien de que siempre paguemos los desperfectos de otros. Los de siempre quedan con los beneficios y la mayoría con nuestros sueldos de mierda, socializamos y pagamos las pérdidas.

  2. El medio ambiente es una víctima más en este mundo lleno de humanos poderosos que no parecen tener alma ni sentido común; solo avaricia y adicción al dinero y al poder político o económico que manejan.
    Creo sinceramente que la Unión Europea debe dar una vuelta de tuerca más, para que los paises que la integran cedan soberanía a la Unión.
    Mientras que la UE no funcione como una unidad plena de hecho, y tenga la capacidad para ejecutar las políticas de verdadero progreso que son necesarias para cuidar del medio ambiente, cada vez nos envenenaremos más.
    Al paso que vamos (nos faltaba la maldita guerra de Putin) el futuro pinta oscuro, muy oscuro. Sí, porque si esto sigue así, con unas cuantas pandemias más todo el bienestar que tenemos los europeos lo podemos perder; y esperemos que Putin no tenga un mal día, que igual nos manda al cielo a todos de un pepinazo. ¡Que mundo! Ni dormir puede uno sin que le vengan a la cabeza tantas maldades.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.