La bandera LGTBI que dio el último aviso: “La gente se ha dado cuenta de lo que es el PP y la extrema derecha”

“Se personaron tres policías locales de la unidad de la línea verde, un oficial y dos policías. Primero se identificaron, como es lógico, y después nos notificaron que de, acuerdo a la ordenanza vigente que regula la Velá de Triana, debíamos proceder a la retirada de determinada simbología, entre ella la bandera arcoíris, que representa, como sabemos todas, al colectivo LGTBI. Les manifestamos que no, que la ordenanza, en su artículo 19, lo que contempla es la prohibición de colocación de banderas u otro tipo de enseñas en la zapata del río, es decir, en la parte trasera, la barandilla, colgado, haciendo voladura hacia el río”. 

Con un resultado electoral muy distinto al esperado el día en que los agentes acudieron a la caseta de IU y el PCE a pedir que se quitara la bandera multicolor, el concejal de Izquierda Unida Ismael Sánchez explica así cómo ocurrieron los hechos que se sumaron en Sevilla, justo la jornada de reflexión, a la lista de retiradas –o intentos de retirada– de banderas y símbolos LGTBI en toda España desde que la ultraderecha llegó a las instituciones. En la capital andaluza, desde las pasadas municipales, gobierna el PP con José Luis Sanz al frente, a quien VOX, que apoyó su investidura, ya avisó de que estaba ahí y no iba a renunciar a sus principios ni a los de sus «30.000 votantes”. El alcalde saliente, el socialista Antonio Muñoz, primer alcalde de una gran capital abiertamente gay, también fue claro: «El PP tendrá que decidir si quiere acuerdos con la extrema derecha o con nosotros».

Tres días después del sábado de Velá, y con unos resultados un tanto diferentes a los de las pasadas municipales –el PP ha bajado 4 puntos en porcentaje de votos en Sevilla, mientras que Sumar, que ha desbancado a VOX de la tercera posición y ha duplicado hasta el 14% el resultado logrado en mayo con la marca Con Andalucía (Podemos e IU)–, el alcalde conservador ha dicho que modificará las ordenanzas para “corregir los errores de interpretación que pueda tener la actual”. El artículo 19 dice así: “Estarán prohibidas las colgaduras de cualquier tipo que partan desde la trasera de la caseta hacia el río, cubriendo parte de la zapata. En concreto, estarán prohibidas las banderas, cualquiera que sea su tamaño o contenido, lonas, toallas, etc”. 

Eso ha ocurrido también otros años con la bandera republicana en la misma caseta. 

Sí, pero es una interpretación que no se ajusta a la ordenanza. De hecho, la propia policía reconoció que la situación era ilógica pero que ellos cumplían órdenes de arriba.

¿Eso dijeron los policías? 

Sí, textualmente. Ante la negativa de retirar la simbología porque, como digo, no se incumplía ningún tipo de ley, procedieron a tramitar un boletín de denuncia. Y nosotros, a su vez, también hicimos lo propio y denunciamos, en este caso públicamente. A raíz del eco y el gran impacto mediático que ha tenido y la gran movilización del colectivo LGTBI de nuestra ciudad, que desde el primer momento ha estado apoyando y denunciando este asunto, el delegado del distrito salió diciendo que se trataba de un error. 

El Ayuntamiento dice que no dio ninguna orden. 

Nosotros realmente no podemos saber lo que sucedió. Tenemos dos versiones. Una, la de la policía local, que dice que recibía órdenes desde arriba; y otra, la del delegado del distrito, que dice que esto es un error cometido por la policía local. Lo que pedimos es que comparezca el alcalde, que dé las explicaciones oportunas, se abra una investigación si es necesario y que se tomen responsabilidades. Si la responsabilidad es de la policía local, pues tendrá que asumir responsabilidades. Y si tiene un origen político, como me temo que es, pues igualmente alguien tendrá que asumir responsabilidades, porque lo que ha pasado es muy grave. 

El alcalde ha anunciado que modificará la ordenanza. ¿Está entendiendo el PP el mensaje lanzado en las urnas? Feijóo parece sorprendido de que le digan que no a su investidura.

Eso es una pregunta para el PP. Yo creo que deberían haberlo entendido. El mensaje no ha podido ser más claro y especialmente en la ciudad de Sevilla. 

¿Usted no ha hablado con el alcalde?

No. Pero es el alcalde el que debe hablar con nosotras y dar las explicaciones o comparecer públicamente. Por nuestra parte, hemos preparado la moción que vamos a presentar en el pleno de este jueves con carácter urgente para que se den las explicaciones y se proceda a la creación de una comisión, si es necesario, que permita modificar efectivamente esta ordenanza. Porque la realidad es que llevamos 10 años donde siempre hay un conflicto por una cosa o por otra. Esto hay que solventarlo. No se puede vivir una vez más una situación como la que se ha vivido este año porque es la más grave de todas. 

Ningún otro año han tenido problemas con la bandera LGTBI, ¿no? ¿Habrían acudido los policías en otro contexto?

La bandera LGTBI siempre ha estado colocada en la caseta. Siempre. De hecho, es que no hemos tenido ningún tipo de problema con la decoración, símbolos, banderas, colocadas en el interior de la caseta. El conflicto siempre ha sido con la bandera republicana colocada al exterior. Y desde hace años años ya no ponemos la bandera colgada porque efectivamente la ordenanza eso sí lo prohíbe. Lo que hacemos es colgar la bandera en un mástil, que eso no incumple ordenanzas. 

Por eso ha sido muy grave, porque, entre otras cosas, ya no es una cuestión quizá de interpretación ideológica, como pasaba con el conflicto de la bandera republicana, que unos pueden entender que es una bandera constitucional y otros que no. Y puede que esté sujeto de alguna manera a valoraciones. Aquí se nos ha denunciado por tener, entre otras, la bandera LGTBI, que es un símbolo universal, que es un símbolo mundial y que está mucho más allá de las peleas y luchas partidarias que pueda haber con otro tipo de simbologías.

Esa acción respondía a un discurso de odio, de homofobia y de transfobia que no tiene cabida en nuestra ciudad, pero el PP está condenado a este pacto oculto que tiene con VOX para poder mantenerse en el gobierno municipal estos cuatro años. Y está claro que esto tiene un precio que VOX se está cobrando desde el minuto uno en nuestra ciudad. La ciudadanía ha respondido en estas últimas elecciones diciendo que los discursos de odio, de intolerancia, que los ataques a los colectivos como el LGTBI no tienen cabida y han votado de forma importante para parar eso. 

¿Pudo entonces convertirse el intento de retirada de la bandera LGTBI en un aviso, otro más, de lo que podía ocurrir si se conformaba un gobierno con la derecha y la ultraderecha? Es decir, ¿pudo tener un efecto contrario del que se pretendía con esa acción?

Especialmente, en la ciudad de Sevilla los resultados para la izquierda han sido muy buenos. Se han doblado los resultados que obtuvimos en las municipales. La ciudadanía está viendo los primeros pasos que está dando el PP, acompañado y de la mano de la extrema derecha, y tenemos un ejemplo muy claro de lo que ha pasado en la Velá de Triana, en nuestra caseta. 

En apenas un mes y pocos días, la gente de nuestra ciudad se está dando cuenta de lo que simboliza un gobierno con el PP al frente y teniendo que pagar favores a la extrema derecha. La ciudad se ha dado cuenta y ha reaccionado en la primera oportunidad que ha tenido.  

Los colectivos también han pedido la convocatoria urgente de la comisión LGTBI en el Ayuntamiento.

Sí. Estamos hablando de que la colocación de esa bandera en la caseta significa que eso es un espacio seguro del colectivo LGTBI en la ciudad, libre de transfobia, de homofobia, donde estas personas pueden disfrutar de la Velá de Triana en unas condiciones de seguridad, porque, desgraciadamente, estamos viendo cada vez más ataques y no solo a este colectivo. Esta caseta también es un punto morado, y así está señalizado para que las mujeres entiendan y vean que eso es un espacio seguro. Pero este tipo de actuaciones por parte del gobierno de la ciudad va en contra de todo sentido común, debería promocionar lo contrario, que haya más casetas con esta bandera, que indique que Sevilla es una ciudad diversa, tolerante, abierta, donde cabemos todas. Estamos absolutamente sorprendidos de lo sucedido. 

¿Qué ha pasado con la denuncia finalmente?

Hasta la fecha, el boletín de denuncia sigue vigente. No nos ha llegado ningún tipo de notificación de que no se siga el trámite. 

Una de las primeras medidas del alcalde de Sevilla ha ido dirigida, como han denunciado también organizaciones que defienden a los colectivos más vulnerables, contra los migrantes manteros que venden ropa en la calle. ¿Es ese otro mensaje?

Ahí se están viendo cuáles son sus prioridades, que responden al pacto oculto que tienen con VOX, insisto. Sus prioridades han sido atentar contra el colectivo LGTBI y perseguirlo a través de la retirada de una bandera en una caseta; ir contra los manteros de la ciudad; eliminar todas las competencias en materia de memoria democrática e histórica desde sus distintas resoluciones de alcaldía; y, como explicó la portavoz de mi grupo en la ultima comisión de control y fiscalización del gobierno, Susana Hornillo, esconder las competencias de igualdad en el Ayuntamiento de tal forma que resulte prácticamente imposible encontrarlas. Estas son sus prioridades, las primeras cuatro decisiones que ha tomado el alcalde de la ciudad. 

¿Cuáles son las prioridades de Podemos e IU?

Diametralmente opuestas a las que se están desarrollando. Seguimos teniendo los barrios más pobres de España. Estamos liderando un vergonzoso ranking. Tenemos que transformar las rentas del capital en renta social y que se redistribuya la riqueza en la ciudad. Hay que plantarle cara de una vez a Endesa para que se evite que sigan sufriendo cortes de luz los mismos barrios de siempre, los más pobres, los más humildes, y que, de una vez, intervenga en las infraestructuras necesarias para permitir que ya no haya mas cortes de luz. Es un problema de inversión. Tenemos unos transformadores de hace 50 años, completamente obsoletos… Esas son nuestras prioridades, resolver los problemas cotidianos de la gente corriente.