Política
González Pons como síntoma
Los mensajes duros lanzados por González Pons, un perfil "moderado" en el PP, evidencian la estrategia de la mentira de Feijóo.
Hubo un tiempo en que Esteban González Pons iba y parecía gustarle mucho la RTVE. El 22 de mayo de 2020, cuando la pandemia fastidió –como tantas otras cosas– las presentaciones de su primera novela, el vicesecretario de Acción Institucional del PP y candidato al Congreso por Valencia leyó, a través de los micrófonos de la radiotelevisión pública, un extracto de Ellas (Espasa). “El amor no es un sentimiento de moda, por más que todos lo sentimos alguna vez en nuestra vida. El amor es más contagioso que el coronavirus, este sí que nos llega a todos, y también a veces es mortal”, dijo al inicio de la entrevista que le realizó Manuel Pedraz en el programa Historias de papel.
Hubo un tiempo, también, en que Esteban González Pons acudía a las tertulias y desayunos de RTVE con ese aire moderado con el que se le ha venido etiquetando incluso desde algunos círculos progresistas, muy similar a ese otro aire moderado que abandera su compañero Juanma Moreno, presidente andaluz con mayoría absoluta y el primer político que contó con el aval de la ultraderecha para gobernar.
A veces, González Pons ha llegado a ser calificado como “verso libre” dentro del PP. Y hay hechos que sustentan esta afirmación. Por ejemplo, en el Parlamento Europeo, donde ha estado en estos últimos años más a fondo –y por cuya labor recibió en 2017 el premio de la Asociación de Periodistas Parlamentarios–, votó a favor de retirar los fondos de recuperación a Hungría por las políticas homófobas de su primer ministro, Viktor Orbán, mientras sus compañeros de filas se abstuvieron: «Los políticos tenemos que defender siempre nuestras convicciones”, dijo después, en una frase que trae a la cabeza aquellos “principios” de los que hablaba también su compañera María Guardiola antes de pactar con VOX para ser presidenta de Extremadura.
Tirando de esa fama conciliadora, en su partido, además, Esteban González Pons fue elegido como la persona encargada de calmar las aguas en el trasvase de Pablo Casado a Alberto Núñez Feijóo, quien esta noche no acudirá al debate de RTVE con los candidatos Pedro Sánchez (PSOE), Yolanda Díaz (Sumar) y Santiago Abascal (VOX).
Hubo un tiempo, por tanto, en que González Pons parecía (o era) otro González Pons: recomendaba libros, escribía novelas de amor, poemas y sonreía con ternura. Tal día como hoy, un 19 de julio pero de hace sólo cinco años, mostraba su alegría ante la designación del poeta Luis García Montero como director del Instituto Cervantes: “Este nombramiento me parece un gran acierto. Celebro que la poesía escale puestos en el poder”, escribió en Twitter el dirigente de un partido que, en Madrid, trató como trató a la escritora Almudena Grandes tras su fallecimiento, y un partido que anda ahora censurando obras culturales, como la última protagonizada por Ana Belén.
Ese Gonzalez Pons, también reconocido fan de artistas como Serrat –uno de los firmantes, junto con García Montero y tantos otros y otras personalidades, del manifiesto que pide votar masivamente a partidos progresistas– es el mismo que ahora ha escrito este tuit de desprecio hacia la televisión pública: “Creo que @rtve va a perder las elecciones. Y espero que al día siguiente dimitan los dirigentes de ese partido, como se hace en todos los partidos cuando pierden las elecciones a las que se presentan. Mejor no ir. Yo ni la veo ni voy”.
La Asociación de la Prensa de Madrid (APM) ha rechazado estas declaraciones en un comunicado: “La APM no desea interferir en la campaña electoral que vive España en estos momentos, pero no puede dejar de denunciar mensajes como el emitido en su cuenta de Twitter por el vicesecretario de Acción Institucional del PP, Esteban González Pons, calificando a RTVE de partido político, después de que el presidente del PP y candidato a la Moncloa, Alberto Núñez Feijóo, pasara por momentos de incomodidad al tener que responder a las preguntas de la periodista del medio Silvia Intxaurrondo sobre sus afirmaciones acerca de la subida de las pensiones”. González Pons ya había tenido encontronazos con la misma periodista.
¿Dos González Pons o el mismo?
Tal vez haya sido éste el mensaje que ha denotado con mayor claridad la conversión iniciada por González Pons en su elegante trayectoria política y que, más allá de él mismo, evidencia la estrategia dura de desinformación, mentiras o «inexactitudes» marcada por Feijóo en el debate de Atresmedia, al único al que el candidato del PP –también considerado «moderado»– ha asistido. En muchos círculos se están comparando estas elecciones con las del bulo de Aznar en 2004. El mismo Pedro Sánchez ha insistido mucho en ello: «No nos jugamos la alternancia, nos jugamos la democracia».
Y resulta mucho más sintomático en el caso del eurodiputado y político valenciano porque hubo un tiempo en el que los bulldogs del partido eran otros. En el que eran otros los que se mofaban de las mujeres políticas. Por eso sorprende también que González Pons, caracterizado por su tono respetuoso y educado, se riera –como hizo el candidato valenciano de VOX– de la ministra Diana Morant cuando ésta le pidió en un debate que la llamara por su apellido, justo como lo estaba tratando ella a él: “Señor González Pons”. En una entrevista en ABC, el dirigente también ha abierto las puertas del PP a los «compañeros» de VOX que quieran volver.
Los tiempos, como advierte la campaña electoral que se está viviendo, cambian. Y parece que del tiempo tranquilo y amable del «moderado» González Pons queda poco. “Voy a ser un viejo hippy”, decía en una entrevista en El País en 2020. Hay, no obstante, quienes opinan que nada ha cambiado y que tanto él como el PP han sido siempre lo mismo. “A un político se le perdona más que mienta que decir coño, coño”, terminó diciéndole a la periodista Luz Sanchez-Mellado en la misma entrevista. El 23-J será un buen momento para comprobarlo.
RTVE no ha ganado las elecciones, pero la dignidad de Intxaurrondo ha ganado a la indignidad de Feijóo y los suyos.
Mi desazón es que a esta gente se le considere «moderada» sólo x contraposición al «progreso», y que se les consideren así exclusivamente x el ámbito económico (el ámbito político realmente pasa a un plano marginal).
¿Qué editoriales se ponen de acuerdo en querer relatar los hechos así para blanquear el nicho endogámico del poder?
Nos hacen elegir entre un bando u otro mientras se siguen mantendiendo en el puesto de poder: nos la siguen colando.
Se desdeñan las palabras cuando las usamos con el fin de convencer y no de entendernos. De moderados tienen poco: se sobrepasan y tampoco saben moderar, ¿por qué hubiéremos de llamarles tal, sólo porque son moderados económicamente?
Este pájaro del Pons : no es más que otro indeseable ( más………) .
A este formato de ejemplares habría que caparlos para que no contaminen con sus degenerados genes la también degenerada , especie humana .
Salud.
¡Si a estas alturas aún tiene dudas, quizás usted también esté entre las periodistas progresista que le siguen dando cancha y creyendo en que son democratas!