Cultura
‘Días simétricos’, de Bob Pop: la escritura de verdad
Edurne Portela escribe sobre los 'Días simétricos' de Bob Pop: "Lo que más me ha conmovido e impresionado es la capacidad de expresar su amor a la vida, su compromiso con ella, su deseo de ver lo bueno, de no rendirse ante el dolor y el desánimo".
“Escribir es mentira. Leer es verdad”, repite Bob Pop en varios momentos de sus Días simétricos. Tal vez Bob tenga razón, porque lo que pienso y lo que siento al leerle no puede ser más verdadero: amor, admiración, angustia, ternura, miedo… por él, por lo que es capaz de transmitir con sus palabras y sus silencios.
Leo con la guardia baja, como creo que es necesario leer, por lo menos a Bob. Solo puede haber verdad en la lectura si nos dejamos vapulear y agredir, amar y arropar por el texto, si dejamos de lado a la cínica o la descreída que llevamos dentro, si buscamos en la lectura aprender más que reafirmarnos.
Y al mismo tiempo, leyendo a Bob, no puedo darle la razón: hay tantísima verdad en lo que escribe… y en lo que calla, porque el silencio también se puede escribir y, por tanto, leer. No sé si habrá ficción en estos Días simétricos, pero estoy segura de que no hay mentira. Las casi cuatrocientas páginas que recogen entradas de sus diarios de hace veinte años, de hace diez, y de 2022, supuran belleza, honestidad y bondad. Donde están esas tres cosas, juntas y revueltas, no hay espacio para la “expresión o manifestación contraria a lo que se sabe, se piensa o se siente”, que es la definición de “mentira”.
Como ya hacía en sus Días ajenos, Bob ofrece una reflexión profunda sobre la vida a través de lo que vive y de lo que lee: la literatura como experiencia vivida, o como experiencia que nos enseña a vivir; nadie como Bob Pop lo ha sabido mostrar tan bien. Las palabras de Curzio Malaparte, Alejandra Pizarnik o José Ángel Valente, entre otras, abren la puerta a reflexiones (algunas realmente luminosas, para enmarcar o hacerte una camiseta) sobre el amor, el sexo, el abandono, la enfermedad, el dolor, la muerte, la escritura y la vida, también sobre el éxito, el fracaso, la creatividad, la palabra y el silencio, tanto en 2003 como 2012 o 2022, en una conversación constante en la que el Bob actual señala, con respeto y ternura, sus diferencias y parecidos con aquel quien fue.
Hay dolor en las palabras de Bob, como en la lista de 28 de abril de 2022 (que nada se parece a sus listas divertidísimas y cañeras de Hoy por Hoy) en la que nombra las cosas que todavía puede hacer solo. Y las cosas que ya no. Hay también humor y amor, cuando habla de sus amigos pasados y presentes, y sobre todo de Maridito, ahí hay mucho amor.
Pero tal vez lo que más me ha conmovido e impresionado es la capacidad de expresar su amor a la vida, su compromiso con ella, su deseo de ver lo bueno, de no rendirse ante el dolor y el desánimo. Hace 20 años: “Pero lo importante es que esta vez el brote ha supuesto un cambio: ha sido solo dolor. No ha habido pánico. Y eso es MUY bueno”.
En 2017: “Me conozco y sé que soy lo mejor que hay de lo poco que me queda. Por eso soy feliz, porque me apuro”. Después: “Hoy sé que todo lo aprendido, lo leído y lo amado me ha enseñado a vivir. Bien. A disfrutarlo”. En 2022: “He aceptado trabajar como director adjunto de La Marea… Me apetece muchísimo pensar que puedo ser bueno para el proyecto y que voy a tener el tiempo y el talento para hacerlo. De todos modos, ya solo poder verme y charlar con Magda, la directora, me parece un éxito en mi vida”.
Días simétricos
Bob Pop
Alfaguara, 2023
… la capacidad de expresar su amor a la vida, su compromiso con ella, su deseo de ver lo bueno, de no rendirse ante el dolor y el desánimo…
Una lección la que nos da Bob Pop para los que nos quejamos teniendo menos motivos que él.
Una bella y gran persona Bob Pop.