Economía | Medio ambiente
Proyecto Vendimia: 615 hectáreas de paneles solares que no molestan “porque el número de observadores es bajo”
615.000 placas solares inundan el paisaje del pueblo zaragozano de Almochuel, de 22 habitantes. En la declaración de impacto ambiental se justifica la elección del lugar porque el número de vecinos es bajo.
El Proyecto Vendimia, en Almochuel (Zaragoza), es paradigmático del modus operandi habitual en la instalación de plantas fotovoltaicas. Lo tiene todo: troceo de proyectos, ingeniería empresarial y una supuesta planta de Amazon, que, en realidad, no es suya. Este municipio tiene 22 habitantes (según los datos del INE) y está a 65,8 kilómetros de la capital aragonesa. Desde junio de 2021, un enorme mar de 615.000 paneles solares, distribuidos en más de 615 hectáreas, ocupa todo su paisaje frontal. La potencia instalada es de 247,5 MWp, y está dividido en cinco plantas de 49,5 MWp cada una.
No es baladí la baja cifra de habitantes de Almochuel. También en eso es ejemplo esta planta, que muestra sin matices algo que se lleva tiempo denunciando desde las comunidades que más están sufriendo la implantación de grandes instalaciones de energías renovables: el hecho de que la España despoblada sea la receptora de los molinos y las placas, mientras la habitada consume la energía.
En Aragón, las cifras no engañan: en 2022, se produjeron 15.297.838 MWh con renovables, pero la demanda total de energía de la comunidad fue de 10.227.796 MWh. ¿A dónde va esa energía sobrante?
Para más inri, la estrategia no se esconde. El siguiente párrafo, extraído de manera textual de la declaración de impacto ambiental (DIA), lo deja muy claro: “Considerando las características de la instalación fotovoltaica, así como la amplitud de la cuenca visual generada en torno a ella, cabe suponer la generación de afecciones sobre la fragilidad del paisaje del entorno. No obstante, la escasez de población en las localidades del entorno hace que el número de observadores sea bajo”.
El terreno donde se instalaron las placas es de secano y muy poco fértil, de ahí que los propietarios obtengan ahora mucha más rentabilidad. Los pocos vecinos que merodean las calles de Almochuel en una soleada mañana de sábado (el alcalde entre ellos) se muestran indiferentes: “Los que tenían tierras ahí están contentos, porque cobran, el resto…”. Se quejan de la poca información recibida, a pesar de que el Ayuntamiento dejó a la empresa promotora el pabellón durante un año para que diera formación a la gente que iba a empezar a trabajar.
Aun así, aclaran, no les molesta. Es más, el Consistorio ya está construyendo un bar y una tienda que se costeará con el dinero que reciban del IBI (Impuesto sobre Bienes Inmuebles).
Cinco plantas que son una
Forestalia (aunque lo hizo con diversas empresas del grupo) fue la primera propietaria de la planta. En octubre de 2019 se la vendió a Lightsource BP, y el 19 de enero de 2023, esta empresa anunció que había llegado a un acuerdo para la venta con Plenium Partners y Bankinter Investment. Un cambio de propiedad habitual en el negocio renovable, sometido a una creciente especulación.
Pero para conocer su verdadero origen hay que remontarse al 26 de julio de 2017, cuando a Desarrollos Fotovoltaicos Meridionales, S. L. (del Grupo Forestalia) se le adjudicaron 316 MW de potencia en la subasta estatal para la asignación de régimen retributivo específico a instalaciones de producción de energía eléctrica a partir de tecnologías renovables. Meses después, en enero de 2018, Fernando Samper Rivas, administrador único de Desarrollos Fotovoltaicos Meridionales, S. L., suscribió la solicitud de declaración de Inversión de Interés Autonómico de los proyectos de las cinco plantas.
Cada planta en las que se partió el proyecto tenía una promotora. En el caso de la que abastece a Amazon, denominada Híjar I, la empresa era Implantación de Fuentes Energéticas de Origen Renovable, S. L. (que fue la que hizo la petición para que se les concediera la autorización administrativa previa y de construcción). Física, visualmente, e incluso desde el punto de vista de la denominación, es claramente un único proyecto: Vendimia. Unas vallas y unos caminos de tierra separan los paneles solares de unas plantas de los de las otras. Un cartel las identifica por sus diferentes nombres.
En Forestalia lo niegan: “Se trata de cinco plantas, no de una. Cada una de ellas con su permiso de acceso y conexión”. El de Almochuel es uno de los proyectos destacados en la reciente investigación realizada por El País acerca de los parques eólicos y solares troceados para esquivar el aval estatal.
Según el Acuerdo de 14 de febrero de 2017 del Gobierno de Aragón, por el que se adoptan los criterios de interpretación para la declaración de Inversiones de Interés Autonómico en materias de Energías Renovables, una de las dos razones que pueden motivar esta proclamación es que los proyectos pertenezcan a empresas adjudicatarias en la subasta. Se encuentra ahí la explicación de por qué, a pesar de que cada planta corresponda a una empresa, la petición la haga conjuntamente la compañía matriz.
Como era de prever, el 6 de marzo de 2018, el Gobierno de Aragón declaró las cinco plantas como Inversiones de Interés Autonómico, alegando, precisamente, ese extremo. Desde el Ejecutivo autonómico, afirman que, en todas las solicitudes, “cuando no hay coincidencia entre el adjudicatario y el solicitante, se analiza la propiedad de la sociedad adjudicataria de la subasta y de las promotoras de los proyectos para los que se solicita la declaración. En este caso, las plantas eran propiedad del adjudicatario”. Los últimos trámites se completaron el 4 de octubre de 2018, con la resolución del Instituto Aragonés de Gestión Ambiental (Inaga), por la que se formulaba la declaración de impacto ambiental de Híjar I, y, el 11 del mismo mes, con la autorización administrativa previa y de construcción.
Respecto al hecho de que se consideraran de interés autonómico, antes de tener una declaración de impacto ambiental favorable, es “lo habitual”, apuntan en el Gobierno aragonés. Es más, subrayan, “la importancia de la declaración se pone de manifiesto en el inicio de la tramitación de los proyectos para que tengan el impulso preferente y se reduzcan los plazos a la mitad”. La declaración, agregan, “no exime al solicitante del cumplimiento de los requisitos legales exigidos para que se otorguen las autorizaciones necesarias, ni condiciona a la Administración en la aplicación de la normativa legalmente exigible”.
Seis empresas
La empresa que solicitó la declaración de interés autonómico, la que pidió la autorización para construir, la empresa matriz (Forestalia), la siguiente propietaria (Lightsource BP) y los últimos compradores: Plenium Partners y Bankinter Investment. Seis empresas y ni rastro de Amazon.
En Forestalia afirman que ellos sólo desarrollaron este proyecto hasta el punto de ready to build, por lo que desconocen por completo si Amazon tiene alguna implicación actualmente. El Gobierno de Aragón asevera que las plantas se han podido transmitir con posterioridad o adquirir las acciones de la empresa. O “también se ha podido llegar a algún acuerdo comercial de venta de energía”, resaltan.
Esa última opción, según diversos especialistas, es la alternativa más probable: hacerlo mediante un PPA (Power Purchase Agreement), que, como apuntan desde la Unión Española Fotovoltaica (UNEF), “es un contrato entre un consumidor y un productor de energía (de cualquier índole), entre un productor y un comercializador, o entre comercializadores entre sí para comprar electricidad a un precio prefijado, en unas condiciones acordadas y para un periodo de tiempo establecido previamente”. Con este tipo de acuerdos, detallan, los consumidores se protegen de la alta volatilidad del precio del pool.
Amazon en Aragón
La presencia de Amazon en Aragón es notable, y se multiplicó el 16 de noviembre de 2022, cuando puso en marcha tres centros de datos en Villanueva de Gállego, El Burgo de Ebro y Huesca. En el momento en el que estén a pleno rendimiento, necesitarán el 20% de la electricidad que demanda Aragón.
La multinacional estadounidense presume de que toda la energía que consumen en sus oficinas, centros logísticos, centros de datos y tiendas, será renovable y saldrá de sus proyectos eólicos y solares. No es fácil saber si las cuentas salen, ya que la compañía es muy poco transparente en cuanto a su consumo. Sin embargo, una operación rápida hace que, al menos, surjan dudas.
Cuando todas las plantas que Amazon tiene proyectadas en España estén en funcionamiento, concretan en la empresa, “generarán la energía equivalente al consumo anual de unos 850.000 hogares españoles”.
Según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía en España (IDAE), el consumo medio de un hogar en España es de 3,487 MWh al año. Por tanto, 850.000 hogares gastarían 2.963.950 MWh (que es, a tenor de sus propias previsiones, la cifra aproximada que generarían las plantas que tienen acuerdos con Amazon).
Pero… ¿cuánto necesita? Resulta imposible saberlo, pero sí se puede conocer la energía que deberá alimentar a los centros de Aragón, puesto que la propia empresa reconoció que equivaldría a un 20% de la demanda total de la Comunidad.
En 2022, con datos de Red Eléctrica Española –REE–, el consumo total en Aragón fue de 10.227.796 MWh. El 20% son 2.045.559,2 MWh (y ya se ha visto que el total generado por las plantas de la compañía será de 2.963.950 MWh). Si esa cantidad (que corresponde al 20%) se queda en Aragón para abastecer a los centros de datos, ¿será suficiente con la energía restante para surtir a todos los centros de Amazon en España?
Este reportaje forma parte de una investigación conjunta entre La Marea y el Investigative reporting project Italy (IRPI). Con financiacion de Journalismfund Europe.
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