Internacional
La guerra en el Donetsk
La situación del eje que parte de Bajmut será decisivo para la evolución de la guerra que inició Rusia en Ucrania hace un año.
Un soldado ucraniano otea el horizonte en la autovía que va de Chasiv Yar a Bajmut. A sus espaldas, un grupo de artilleros lanza proyectiles al tiempo que estos reciben su contraparte del lado ruso. Pese a sus esfuerzos, la batalla por controlar esta autovía por donde se abastece a la asediada Bajmut, se acaba de dar por perdida, quedando en manos de estos uniformados la última posición sostenible antes de enfilar la recta que da a una ciudad donde las muertes en ambos bandos ya se cuentan por miles.
¿Qué otras vías de abastecimiento les quedan a los soldados ucranianos que resisten en el interior de Bajmut? Ya solo una. La pista, casi rural, que va en paralelo a esta carretera, unos cuatro kilómetros más arriba. Robert, un camionero australiano que lleva meses transportando ayuda en esta región de Donetsk, ya no circula por esa ruta, pero asegura que hasta el pasado enero “era manejable”. Todo el resto de accesos han sucumbido a una estrategia rusa que, de no cambiar pronto las cosas, bien podrá calificarse de cerco.
¿Qué sucederá si esta última arteria rural termina siendo intransitable y las fuerzas de Kiev se quedan allí atrapadas? Es una pregunta incómoda que aquí nadie quiere escuchar, aunque off the record es la preocupación número uno de mandos y reclutas. “No se puede descartar que ya se esté pensando en una retirada táctica para evitar ese escenario del cerco como sucedió antes en Mariupol”, admite uno de los soldados, que, como casi todos, no puede hablar oficialmente.
En Chasiv Yar, la pequeña localidad por la que hoy se abastece de víveres y munición a Bajmut, la situación no es mucho mejor que en esta última. Los bombardeos son constantes, habiendo causado ya muchos estragos en vidas y propiedades. La gente que aún no ha querido marcharse vive en sótanos, sin agua corriente ni electricidad la mayor parte del día.
En una de las tres tiendas que aún permanecen abiertas, un hombre de mediana edad llamado Ziaur vende alimentos a las pocos centenares de vecinos que aún permanecen en el pueblo. “Aquí hace mucho que sabemos distinguir el fuego de llegada del de salida”, afirma satisfecho, y, según lo dice, se escucha un gran estruendo que hace volar a las palomas y correr a dos ancianas que han salido a tomar el fresco.
Para apaliar los estragos de la situación, las autoridades ucranianas han abierto unos precarios centros de auxilio en Bajmut y Chasiv Yar, pero a estas alturas los alcaldes invitan a todos a huir en sentido Oeste. Por el contrario, tampoco es ningún secreto que hay sectores de la población que prefieren quedarse. No solo por continuar en su vivienda de toda una vida –o lo que quede de ellas– sino por ver si terminan del lado de Rusia. Es otra realidad incómoda para los de Kiev, pero que también existe.
Konstantinovka es la ciudad que viene a continuación de Bajmut y Chasiv Yar. En las últimas semanas ha sufrido durísimos bombardeos en pleno centro urbano. Un hotel, una escuela y varios bloques de viviendas se vieron afectados de lleno, y su parte sureste tiene ya abierto un frente que la hace vulnerable. Es de esta población desde donde parten, a toda velocidad sobre una carretera repleta de hielo y socavones, los vehículos ucranianos que se dirigen a combatir en el Este, que dicho así suena lejano, pero se trata de un trayecto al que le bastan diez minutos para encontrase en primera línea de combate.
Circulan embadurnados de barro para eludir las miras de los drones y la artillería rusa. La práctica totalidad de todos aquellos que van y vienen son militares con el agotamiento y la tensión bien visibles en sus rostros. No es para menos. Desde antes de abandonar Konstantinovka ya se va escuchando, cada vez más cerca, el sonido de las explosiones a un lado y otro de la maltrecha carretera.
El presidente Zelensky, habitualmente optimista en lo que a la capacidad de sus tropas se refiere, ha hecho varias declaraciones que muestran lo preocupante de este flanco, calificando la situación de “difícil”. De caer el eje que va de Bajmut a Konstantinovka pasando por Chasiv Yar, las dos grandes ciudades que le faltaría a Moscú por conquistar quedarían servidas a la vuelta de la esquina. Se trata de Kramatorsk y Sloviansk. La primera, un importante centro industrial. La segunda, un lugar de gran simbolismo para Rusia y los ucranianos prorrusos, pues fue allí donde comenzó, en 2014, la insurrección de lo que terminó siendo la República Popular de Donetsk (hoy para el Kremlin, parte de la Federación Rusa).
Arreglando una trinchera en la ciudad de Kramatorsk, un grupo de operarios advierten de que los rusos no lo tendrán fácil. “Les ha costado meses comenzar a terminar su trabajo en Bajmut. ¿Se creen ahora que van a tomar Kramatorsk y Sloviansk en unas semanas?. Nada de eso”, cuestiona pala en mano uno de ellos.
Fortificadas desde hace años, estas ciudades son apuntaladas hoy de cara a una ofensiva rusa que aquí ya no se contempla como una hipótesis, sino como una realidad en marcha. Sin ir más lejos, el pasado jueves, y solo en la ciudad de Kramatorsk, se produjeron tres bombardeos letales contra áreas civiles. “Quieren aterrorizarnos”, denunciaba indignado uno de los bomberos que buscaba supervivientes en un bloque de cuatro pisos totalmente derruido. Junto a él estaba Natacha, una octogenaria que, pese a perder su casa en ese ataque, se consideraba afortunada de no ser una de las tres víctimas que se encontraron entre los escombros.
La guerra la inició Ucrania en 2014. Unos 14.000 muertos pro rusos causó hasta febrero de 2022 fecha en que según occidente empezó la guerra.
El partido comunista está, como no iba a estarlo, ilegalizado desde hace 8 años; pero también el partido socialista. Su secretario general está escondido pues van a por él. Todos los partidos que no sean de derechas y nazis están ilegalizados.
¿Qué derroteros están tomando los partidos socialistas occidentales, claro que de socialista sólo les queda el nombre, y sus falsimedias?
«¿Quiénes patrocinan el terrorismo?» Una intervención implacable de la eurodiputada socialista Clare Daly (vídeo) (Aún queda algun/a socialista honesta)
https://insurgente.org/quienes-patrocinan-el-terrorismo-una-intervencion-implacable-de-la-eurodiputada-clare-daly/