Opinión
#UnAñoFeliz (6) | Lo que nos falta para ser felices
"A veces no estaría mal que dejásemos un rato de refunfuñar por todo lo no conseguido y nos fijásemos en lo que sí se hizo", escribe Ovejero.
Este artículo pertenece a la serie de José Ovejero #UnAñoFeliz, cada dos semanas en La Marea.
A veces, lo que nos falta para la felicidad es mirar lo que tenemos, lo conseguido, incluso lo que no creíamos que fuésemos a conseguir y sin embargo ahí está, ante nosotros. Nos alegramos, claro que sí, pero solo unos momentos, unas horas, pocos días; y entonces nos escandalizamos por lo que nos falta, lo que no tenemos y deberíamos tener. El festejo por los éxitos dura mucho menos que el luto por los fracasos.
Ahora que, siguiendo el rito de todos los años, pasamos revista al que acaba de terminar, pienso en los hitos que han marcado 2022 y enseguida se me ocurren la guerra de Ucrania, los asesinados en la valla de Melilla, los cuarenta y nueve feminicidios oficiales en España (ese goteo de muertes que, por no darse juntas parece, sin serlo, menos terrible que otras tragedias), las subidas del precio de la luz, insoportables para tantas familias. Sería frívolo pretender compensar esos desastres con las buenas noticias del año. ¿Cómo pones en la balanza las muertes innecesarias y criminales frente a avances en la lucha contra el cáncer? ¿Podemos decir, en fin, una cosa por otra? Evidentemente no.
Sin embargo, cuando considero el estado de ánimo generalizado en la izquierda –más generalizado cuanto más a la izquierda–, sí creo que a veces no estaría mal que dejásemos un rato de refunfuñar por todo lo no conseguido y nos fijásemos en lo que sí se hizo, que guardásemos unos días en el cajón la vara de medir al verdadero izquierdismo –y la izquierda nunca dará la medida de lo necesario, porque, aparte de lo debido a las debilidades humanas, de eso se encargan los poderes económicos y sus sirvientes en las instituciones–. No, este año tampoco hicimos la revolución ni la haremos el que viene, y es probable que casi nadie lo desee. Las revoluciones resultan tanto más admirables cuanto más alejadas en el espacio o en el tiempo.
Hagamos ese ejercicio para empezar el nuevo año: ¿qué ha logrado en España en 2022 nuestro Gobierno de centro izquierda? Subir el SMI contra todas las resistencias y una reforma laboral que mejora la calidad y la seguridad de los contratos de trabajo, concesión de derechos a las trabajadoras del hogar, tope a las subidas de los contratos de alquiler, prohibición de desahucio a las familias vulnerables, leyes que aumentan la protección de las mujeres frente a las agresiones sexuales, medidas para la contención de los precios de la energía, mejoras en la persecución de los fraudes y abusos en las contrataciones, impuestos extraordinarios a las empresas energéticas, financieras y a las grandes fortunas…
Os imagino leyendo esta lista para nada exhaustiva de medidas que deberían alegrar el corazón izquierdista y mientras tanto pensando: sí, pero…
Me ocurre lo mismo. A casi todas ellas les encuentro algún reparo. Como se lo encuentro a un Gobierno que parece genuinamente preocupado por la protección de los más vulnerables pero al mismo tiempo puede olvidarse, de manera quizá criminal, de quienes no tienen pasaporte español, o abandonar a su suerte a los saharauis. Y está claro que no podemos empezar el año anegando nuestro sentido crítico en el cava de los festejos.
Pero sí estaría bien adentrarnos en estas fechas simbólicas alegrándonos por lo conseguido, por lo que nunca habría sucedido de haber gobernado la derecha, por esos pequeños logros que vuelven más llevadera la vida de muchas personas, y conceder el crédito que merecen los y las responsables de los avances. Tiempo habrá, tiene que haberlo, para seguir reclamando, criticando y exigiendo responsabilidades. Pero no nos olvidemos de brindar por lo que hace la vida soportable y, a veces, hermosa.
Siento ser un refunfuñón… el horno no está para bollos.
LAS CIFRAS DE LA VERGÚENZA (Oxfam)
76% de las emisiones mundiales de carbono proceden de los países del G20. Los 10 países más afectados por el cambio climático emiten tan sólo el 0,13.
123% ha aumentado el hambre durante los últimos 6 años en los 10 países más pobres.
1% de las personas más ricas de la tierra genera el doble de emisiones que la mitad más pobre.
26 millones de personas se ven obligadas a vivir en la pobreza por los desastres naturales cada año.
8 veces más fondos requiere hoy la crisis humanitaria relacionada con el clima extremo que hace 20 años.
2.800 millones de euros diarios de beneficios han acumulado los sectores del petróleo y el gas durante los últimos 50 años. Sus beneficios en menos de 18 días bastarían para financiar la totalidad de los llamamientos humanitarios de Naciones Unidas en 2.022.
CUANDO CALLAN A UN PERIODISTA CALLAN TU DERECHO A SABER.
Petición: Respeten los derechos del periodista Pablo González, detenido en Polonia el 28 de febrero.
https://www.change.org/p/respeten-los-derechos-del-periodista-pablo-gonz%C3%A1lez-detenido-en-polonia-el-28-de-febrero?recruiter=1261943633&recruited_by_id=f8f08ac0-be69-11ec-bb4f-11f643c93fb2&utm_source=shar
Genial muy interesante