Economía
Dossier LaMarea91 | ¿Tú también eres zombi?
Vivimos tiempos terroríficos y por eso hemos dedicado este número a reflexionar sobre los monstruos que nos rodean más allá de la ficción.
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Este 31 de octubre hemos enviado a imprenta LaMarea91, con Halloween en los talones, al borde de la taquicardia. Como sabéis, hemos lanzado un crowdfunding para seguir haciendo el periodismo que nos gusta –que no es otro que el periodismo ético, riguroso y de calidad–, sin que por esto tengamos que renunciar, paradójicamente, a vivir de ello, a llegar a fin de mes. Veremos si lo conseguimos. Quedan solo siete días. Pero no es esta noche la más terrorífica del año. En general, vivimos unos tiempos terroríficos y por eso hemos dedicado este número, que coincide con el último de 2022 (noviembre-diciembre), a reflexionar sobre los monstruos que nos rodean y que a veces solo vemos en las películas.
Hablamos de Drácula, de Nosferatu, de The walking dead, de filmes apocalípticos que nos mantienen con el alma en vilo delante de una pantalla. Pero hablamos de ellas en estas páginas para, como dice Ana Carrasco-Conde en su incordio, ponernos también frente al espejo. ¿Y si nos estamos zombificando? ¿Y si somos vampiros? ¿Y si estamos muertos y no nos hemos enterado? Decía Pedro Sánchez en una entrevista reciente que lo único que faltaba por venir, tras una pandemia, la explosión de un volcán, una guerra en Europa… era una invasión de zombis.
Si echamos un vistazo alrededor, a las políticas que se hacen día a día –y también a las que no se hacen–, podremos reconocer en ellas ideas que se repiten, que se van arrastrando como seres monstruosos que, al final, van contagiando a todo el que encuentran a su paso. A eso, el Nobel Paul Krugman lo llama ideas zombis. Y fruto de esos mantras, como que la bajada de impuestos a los ricos beneficiará a todo el mundo, o como que no hay dinero suficiente para una sanidad pública, una educación pública, nacen a su vez los zombis: personas que se quedan al margen, excluidas, como bien retrata la película de Juan Diego Botto; o esos sectores laborales cuyas reconversiones no terminan de llegar; o esos trabajadores y trabajadoras que acuden cada día como autómatas a su puesto en unas condiciones miserables…
No es muy ilusionante para acabar el año. Pero, permitidnos el gag, nos ha quedado una revista de miedo. Con portada de Carla Berrocal, el dossier, realizado por Olivia Carballar, está acompañado de reportajes y análisis de Pablo Batalla, Azahara Palomeque, Sonia Herrera y Eli Pallarés.
Además, El Periscopio, el suplemento cultural coordinado por José Ovejero y Laura Casielles, está dedicado también al terror, pero al terror como trauma. En sus páginas, María Fernanda Ampuero hace un repaso literario y literal por los distintos miedos a los que nos enfrentamos hoy en día. Y de víctimas y de miedo y de dolor habla también la cineasta Isabel Coixet en una entrevista que le hace Bob Pop. La ilustración de portada es de Miguel Robledo.
Y como no todo es Halloween en esta vida, en la revista encontrarás también otros reportajes de investigación y datos muy interesantes, como el que firma Guillermo Martínez sobre el mapa evolutivo de la extrema derecha en Europa. O el que escribe Óscar F. Civieta sobre qué han hecho los gobiernos con las residencias de mayores desde la pandemia. O el que envían, desde Guatemala, Mª Ángeles Fernández y J. Marcos sobre cómo los pueblos indígenas siguen resistiendo a las multipoderosas hidroeléctricas.
Desde Italia, Marina García Diéguez sitúa el feminismo como uno de los retos de la izquierda y la crisis por la que atraviesa. Desde Chile, Yasna Mussa explica el plan inédito del Gobierno para recuperar los cuerpos de la víctimas cincuenta años después de la dictadura. Y, desde distintas perspectivas, Juan F. Samaniego y Eli Pallarés escriben sobre la crisis alimentaria que ya tenemos encima: el primero, centrado en los suelos de Europa, y la segunda, desde el Sáhara occidental. También incluimos un fotorreportaje sobre el pueblo siríaco, de Agostime y Miguel Ángel Fernández; y un relato tras superar una depresión, de Eris Durán.
Ojalá te guste (y ojalá consigamos el crowdfunding para poder ofrecerte mucho más).
ANTONIO MANUEL RODRIGUEZ RAMOS (Plataforma Recuperando):
La gente debe saber que la Iglesia tiene más patrimonio que el Estado, y esto no sirve solo para que se lucren, sino también para afianzar su poder.
“Resulta paradójico que en pleno siglo XXI se estén vaciando los templos y nunca como ahora la Iglesia haya sido tan poderosa”.
Aquí, desgraciadamente, tenemos una derecha alineada con el nacionalcatolicismo, y eso es una anomalía en Europa. Uno de los principales problemas de España es el de no tener una derecha republicana, laica y federal.
RECUPERANDO convoca concentraciones por todo el Estado.
Serán el jueves 10 noviembre.
RECUPERANDO NUESTRO PATRIMONIO PUBLICO.
Jornada de denuncia del incumplimiento del gobierno para recuperar los bienes inmatriculados por la iglesia católica.
Estimamos que puede tratarse de 100.000 bienes inmatriculados, de los que únicamente una pequeña parte se conoce.
Por ello, desde la coordinadora estatal RECUPERANDO, hemos convocado concentraciones en más de 20 ciudades, para recordar a los gobiernos (central y autonómicos):
Que sigue sin conocerse la magnitud de todo lo inmatriculado.
Que no son 1.000 sino más de 100.000 los bienes que cuestionamos.
Que no se ha avanzado un ápice en la formulación de medidas legislativas que reviertan la situación, tal y como se indicaba en los acuerdos del actual gobierno de coalición y se comprometió el propio presidente del gobierno, Pedro Sánchez, en su discurso de investidura.
Manifiesto y ciudades convocantes:
https://laicismo.org/recuperando-convoca-concentraciones-por-todo-el-estado/271990
Mientras los ciudadanos del Estado español tiemblan aterrorizados como consecuencia de los cambios que están provocando a sus vidas cotidianas la disparatada elevación de las tasas de inflación, el Banco de Santander ha anunciado esta semana que hasta el pasado mes de septiembre había ganado la friolera de 7.316 millones de euros. O sea, un 25,1% más que el año anterior.
La entidad bancaria, presidida por la auto reconocida «feminista», Ana Botín, admitió públicamente que este «impulso» se debía principalmente al alza de los tipos de interés. O sea, al incremento sustancial que los millones de ciudadanos están pagando por el crecimiento de las hipotecas contraídas a través de los créditos solicitados a esa entidad bancaria.
Para la señora Botín, no obstante, no todo son alegrías. Lamenta mucho el incremento de las «insolvencias» que en lo que va de año ya han alcanzado la cifra de 7.491 millones. Sobra decir que la queja de la presidenta del Santander no la provocan los sentimientos que le suscita la estela de tragedia que conllevan este tipo de «insolvencias», sino que lo siente por los más de 7.000 millones de euretes que no van a ingresar en las cajas del Banco.
Con esta «fría naturalidad», la entidad bancaria recoge en su Informe de situación las dramáticas circunstancias que vuelven a caer como buitres sobre la economía doméstica de la inmensa mayoriía de los españoles.
Como sucediera en la crisis bancaria del 2008, nuevamente vuelve a repetirse una de las principales características de las crisis económicas cíclicas del sistema capitalista: lo que para los grandes magnates de la industria y las finanzas son pura alegría y beneficios, para millones de españoles esos datos se traducirán en pobreza e infortunio.
https://canarias-semanal.org/art/33424/la-nueva-crisis-repite-secuencia-beneficios-para-los-ricos-infortunio-y-miseria-para-todos-los-demas