Política

El dilema de los embalses ante la sequía

Los problemas actuales son debidos a un exceso de demanda, no a que haya menos lluvias, concluyen los especialistas consultados. Y se continúa sin tomar medidas.

Embalse de Linares del Arroyo, en Segovia. ÁLVARO MINGUITO

Dice la Ley de Aguas, de 2001, que los organismos de cuenca, es decir, las confederaciones hidrográficas, pueden alterar el aprovechamiento y el control de los caudales concedidos, sobre todo en situaciones excepcionales como “sequías extraordinarias, de sobreexplotación grave de acuíferos, o en similares estados de necesidad, urgencia o concurrencia de situaciones anómalas o excepcionales”. Esto significa que los embalses tienen unos usos, habitualmente hidroeléctricos y para regadíos, pero se pueden alterar, sobre todo, cuando ocurren los parámetros establecidos en los Planes Especiales de Sequía.

Dice el Plan Especial de Sequía de la demarcación del Tajo, de 2018, que uno de sus tres objetivos específicos es “garantizar la disponibilidad de agua requerida para asegurar la salud y la vida de la población, minimizando los efectos negativos de sequía y escasez sobre el abastecimiento urbano”.

“Berrocalejo está rodeado de agua, pero ha estado unos días sediento”. Así arrancaba el 8 de agosto de 2019 un reportaje en este medio, que contaba cómo el municipio cacereño estuvo unos días sin agua en el grifo mientras se turbinaba del embalse de Valdecañas para producir energía.

“Esta concesión supone que legalmente puede ejercer libremente ese derecho de explotación. Cualquier otro potencial usuario simultáneo del embalse podría acceder al recurso, pero sabiendo que debe disponer de infraestructuras de captación que le permitan tomar agua incluso por debajo de los 290 metros. En caso contrario, podría verse ante la imposibilidad física de captar agua”, fue la respuesta entonces de la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT), que no tomó medidas.

La bióloga y directora técnica de la Fundación Nueva Cultura del Agua (FNCA) Julia Martínez explica por teléfono que “una confederación está totalmente legitimada para modificar los usos con respecto a las asignaciones, es decir, aunque el agua de los embalses tiene una determinada concepción, por razones ambientales o de sequía, tiene toda la potestad del mundo para reducir los desembalses y para redistribuirlos de otra manera”. Eso sí, matiza, tienen que ser modificaciones temporales porque cambiar una concesión es un procedimiento más complejo, más largo y que puede estar sujeto a indemnizaciones.

Aquellos días de 2019, por cierto, había sequía prolongada, según la información de la CHT. Lo que no había era escasez, según la misma fuente. Y es que, sequía y escasez son dos conceptos o, mejor dicho, dos realidades diferentes. La sequía es una cuestión meteorológica, es decir, de lluvias. Por su parte, la escasez es una cuestión hidrológica y tiene en cuenta varios indicadores, entre ellos, el volumen de los embalses. Los planes de sequía, creados poco después del cambio de siglo y actualizados hace cuatro años, fueron los que determinaron ambos parámetros.

“En general no se está cumpliendo adecuadamente la prioridad del abastecimiento humano. Cuando hay situaciones de sequía, no se debe tocar los abastecimientos, hay que restringir los usos hidroeléctricos o agrarios. Y estamos comprobando que hay pequeñas y medianas poblaciones que no lo tienen garantizado en cantidad y calidad necesarias, precisamente, porque hay unos usos, sobre todo regadío y ganadería, que están impidiendo esa prioridad”, detalla la experta de la FNCA, que acusa a la Administración de permitirlo. En agosto de 2021, otros pueblos vecinos de Berrocalejo también tuvieron problemas de abastecimiento, como de nuevo contó este medio. Entonces no había sequía, pero sí alerta por escasez en la zona, según los datos de la Confederación Hidrográfica del Tajo. Tampoco tomaron medidas.

Este año (a 17 de junio) no ha habido problemas de suministros en la zona, tampoco hay sequía, pero sí hay prealerta de escasez en gran parte de la zona extremeña de la cuenca. Frente a estos parámetros de prealerta, las medidas aplicables “son esencialmente de comunicación y concienciación”, explica el departamento de comunicación de la confederación. Nada de cambios de usos. “La fase de prealerta no representa una situación preocupante en el contexto planteado por el Plan Especial de Sequía”, añaden desde el organismo.

Sequía excepcional

La cuenca del Guadalquivir atraviesa una “sequía excepcional” desde el pasado 2 de noviembre. Así lo considera la propia Confederación Hidrográfica. Entonces, ¿eso significa que hay problemas de lluvias? No, lo que hay es un problema de sobreexplotación de los recursos hídricos. Lo explica Leandro del Moral, catedrático de la Universidad de Sevilla: “Hay un problema de déficit de recursos, no estamos hablando de sequías extraordinarias o de sequía muy prolongadas, estamos hablando de una situación de sobreexplotación permanente”. Los propios datos del organismo de cuenca para esas fechas reflejaban dicha ausencia de sequía (es decir, no había problema de lluvia), al tiempo que señalaban emergencia por escasez.

Se usa más agua de la que hay disponible. Es lo que alertaron en 2018 once organizaciones, entre las que había sindicatos, sindicatos agrarios, organizaciones de consumo y ecologistas, al analizar el Plan Especial de Sequías del Guadalquivir. Según sus observaciones, la sequía excepcional “es consecuencia de una mala gestión de los recursos hídricos” disponibles.

“Es un problema muy complejo, social, político y económico. No han sido capaces de controlar las demandas, y estamos con unas demandas sobredimensionadas que provocan que, en un contexto de ausencia de sequía prolongada, haya una escasez generalizada”, incide el catedrático. En la misma línea, Julia Martínez subraya que los problemas actuales son debidos a un exceso de demanda, no a que haya menos lluvias.

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Comentarios
  1. CIRUEÑA (La Rioja) ¿NOS ROBAN EL AGUA?
    CUANDO PRIMAN LOS INTERESES PARTICULARES SOBRE LOS GENERALES.
    Ecologistas en Acción de La Rioja denuncia el uso de agua potable para regar un campo de golf y una parcela propiedad del alcalde de Cirueña.
    Ecologistas en Acción quiere denunciar estos hechos que considera graves. La sequía se debe a la falta de lluvia y se viene manifestando por los medios de comunicación en estos días que podemos llegar a tener problemas de abastecimiento, lo cual haga necesario establecer restricciones, incluso para el agua de boca. También hemos oído que los ecologistas tenemos la culpa de esta sequía, como también la tenemos de los incendios forestales. Ya solo falta que se diga que somos los culpables del cambio climático.
    La sequía, para los que nos acusan de ser los causantes, se debe a la falta de embalses y somos culpables porque nos oponemos a su construcción. Lo cierto es que por muchos embalse que se realicen, si no hay agua para llenarlos, se seguirán dando periodos de falta de agua. Pero el problema no se debe a que llueva menos, sino a que se ha producido en los último años un incremento extraordinario de los regadíos, lo que está provocando el vaciado de embalses para regar que es lo que da origen a la falta de recurso para otros usos o para el mantenimiento de los ríos. Como en el caso del lúpulo de Cirueña, el problema no es solo la falta de agua, sino la mala gestión que se hace de ella, primando los intereses particulares sobre los generales.
    https://www.ecologistasenaccion.org/206573/ciruena-nos-roban-el-agua/

  2. La memoria de las mujeres que sufrieron el desplazamiento forzoso por la construcción de pantanos
    Esto iba a ser una reseña del libro ‘Detendrán mi río’, de Virginia Mendoza, pero ha terminado siendo una especie de homenaje a las mujeres que lucharon contra la multinacionales energéticas, las que se rindieron y perdieron la esperanza y las que siguen haciendo bingos para sostener la lucha.
    Hay una frase del libro de Virginia Mendoza que dice mucho del Aragón que habitamos ahora: “No se entiende el éxodo rural español sin el hormigón”. Y es que, quienes creen que Francisco Franco se inmortalizó con la construcción del Valle de los Caídos, es que no ha rodeado con el coche los valles inundados de Aragón.
    En todo el Estado español hay 371 embalses, unos 81 se encuentran en Aragón. A fecha del 26 de julio había unos 2.860 hm³ de agua aragonesa embalsada, 24.260 hm³ en todo el Estado. El pasado y el presente de Aragón sigue atravesado por el interés extractivista de las grandes empresas multinacionales. Antes, lo fueron los embalses, ahora la instalación desproporcionada y no regulada de placas solares y aerogeneradores. De hecho, mientras se aprueban estos proyectos, hay quienes todavía siguen luchando contra los recrecimientos y la construcción de pantanos.
    Resulta imposible hacer una aproximación de todas las personas que han sufrido desplazamientos forzosos por la construcción de presas a lo largo de este planeta. Las hay que resistieron hasta el final y fueron desalojadas a la fuerza, las que fueron asesinadas como Berta Cáceres, las hay que han tenido que exiliarse para evitar ese destino y las hay que crecieron con el rumor y se marcharon para no ver cómo el agua llegaba al umbral de la puerta.
    Es un hecho que cuando las autoridades obligaron a desalojar los pueblos de los valles inundados la mortalidad se disparó, “los abuelos caían como moscas”, ya no tenían ningún motivo para permanecer. Se morían o se dejaban morir.
    Virginia Mendoza asegura que “ya no encontraban sentido a su vida. Han estado toda su vida en esa casa y de pronto con 70 años cuando ya no puedes trabajar te mandan a la ciudad y te encierran en un avispero sin tus animales, sin tu río… ¿qué haces?”.
    https://arainfo.org/la-memoria-de-las-mujeres-que-sufrieron-el-desplazamiento-forzoso-por-la-construccion-de-pantanos/

  3. Ecologistas en acción sostiene que «Más que sequía, lo que hay es un exceso de consumo» y que el problema de sequía se deriva de una mala gestión y consumo excesivo de agua, orientado a regadío, y no tanto a la falta de lluvias.
    https://insurgente.org/ecologistas-en-accion-sostiene-que-mas-que-sequia-lo-que-hay-es-un-exceso-de-consumo/

    En estas afirmaciones no puedo estar de acuerdo ni con E. en A. ni con los autores de este artículo:
    HAY INFINITAMENTE MENOS LLUVIAS, Pero si es que ya no llueve; POR FAVOR QUE SOY DEL CAMPO, NO ME DISCUTAIS ESTO. QUE LO VENGO OBSERVANDO CON ANGUSTIA CADA DÍA, CADA MES Y CADA AÑO.
    FALTA DE LLUVIAS YEXCESO DE DEMANDA.
    AQUI SE JUNTA EL HAMBRE CON LAS GANAS DE COMER.
    Y se continua sin tomar medidas, cierto, así es.

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