Sociedad
Los premios nacionales se conjugan en masculino
Desde 2011, el número de hombres galardonados en las distintas categorías de los premios nacionales es 1,5 veces mayor que el de mujeres reconocidas en estas distinciones.
MARÍA ÁLVAREZ DEL VAYO, ÁNGELA BERNARDO Y EVA BELMONTE // El pasado 24 de junio, el BOE publicó una orden para establecer el Premio Nacional de Patrimonio Cinematográfico y Audiovisual, dotado con 30.000 euros. Se une al listado de galardones que organiza el Ministerio de Cultura, como el Premio Nacional de las Letras Españolas, el Premio Nacional de Fotografía o el Premio Nacional del Cómic, por citar algunos ejemplos. La orden también prevé el aumento de la cantidad económica de algunas de estas distinciones, con el fin de ajustarla “a una cuantía más actual y acorde a otros premios, públicos o privados, otorgados en el sector”. Lo que no cambia, año tras año, es a quiénes suelen reconocer los premios nacionales.
En la última década, solo una mujer, Carme Pinós, ha sido la afortunada de conseguir el Premio Nacional de Arquitectura. Fue el pasado año y con él logró 60.000 euros. Solo dos mujeres más (Matilde Ucelay y Benedetta Tagliabue) han sido reconocidas con este galardón desde su creación en 1931. En el de Ingeniería Civil, fue Carmen de Andrés Conde la que acabó, en 2021, con diez años de hegemonía masculina. Estos casos no son una excepción: en muchos premios nacionales, la paridad brilla por su ausencia.
Los premios nacionales son condecoraciones que otorga el Gobierno en diferentes categorías, como la cultura, los deportes o la ciencia. A lo largo de los últimos diez años, la brecha de género es evidente: si tenemos en cuenta las 701 ediciones de premios que se han concedido en diversas disciplinas (ver metodología), el número de mujeres premiadas asciende a 184, una cifra 1,5 veces mayor en el caso de los hombres (279) y 1,25 veces mayor en el caso del número de organizaciones distinguidas (231).
En deportes, sin mujeres ni dinero
No hace falta hablar de cultura y ciencia ni de grandes cantidades de dinero para que las mujeres sean la excepción. Incluso en los premios relacionados con el deporte, donde el único reconocimiento es un trofeo, las mujeres siguen siendo minoría. Solo Yulimar Rojas y Cecilia Carranza han conseguido el Trofeo Comunidad Iberoamericana y otra mujer, Emma Villacieros, el Premio Nacional Francisco Fernández Ochoa desde 2011. Siempre nos quedará el Premio Reina Letizia, dedicado a la deportista española más distinguida.
De toda la larga lista de premios nacionales, el galardón con mayor importe económico es el de Arquitectura. Pero no siempre ha sido así. En realidad, la joya de la corona estuvo hasta 2014 en los Premios Nacionales de Investigación, con 100.000 euros por modalidad. Curiosamente, en plena época de recortes presupuestarios en ciencia, estos galardones se convocaron en 2011 y 2014 con esa cantidad y reconocieron el trabajo de especialistas como Joan Massagué (Biología), José María Benlloch (Ingenierías) o Ernest Giralt (Química). De nuevo, solo una investigadora (Violeta Demonte) recibió en 2014 el premio de 100.000 euros, esta vez en Humanidades.
Grandes disparidades económicas
Tras varios años de sequía en los Premios Nacionales de Investigación, todo cambió a partir de 2018: a la par que empezó a haber más diversidad en las personas premiadas, con el reconocimiento de científicas como Pura Muñoz (Biología), Susana Marcos (Ingenierías) o María José Alonso (Transferencia de tecnología), el importe se redujo de forma considerable, hasta los 30.000 euros por modalidad. Esta cantidad, no obstante, es similar a la de otros premios, como el de Sociología y Ciencia Política (25.000 euros) o el recientemente creado de Estadística (30.000 euros).
Lo que no ha cambiado es la denominación de estos premios, que honran solo a brillantes científicos, como Santiago Ramón y Cajal o Gregorio Marañón. Recientemente, el Ministerio de Ciencia anunció unos nuevos premios nacionales, dirigidos a jóvenes investigadores, que, según sus bases reguladoras, servirán de homenaje a grandes científicas como Margarita Salas, Gabriela Morreale o Ángeles Alvariño. La convocatoria oficial de los galardones llegó poco después.
El hermano pobre de los premios científicos, eso sí, tiene nombre y apellidos de una pionera: Victoria Kent. Esta distinción se creó para reconocer las mejores investigaciones en materia penitenciaria, aunque, a diferencia de los anteriores galardones, depende del Ministerio del Interior. Su última convocatoria, de 2022, asciende a 5.000 euros, repartidos en un primer premio de 2.500 euros y dos segundos de 1.250, cifras muy inferiores a las de los otros galardones.
Estas diferencias también se ven en los premios relacionados con la Literatura, cuya cuantía ha permanecido constante durante la última década. La excepción es el Premio de las Letras Españolas, el que más dinero otorga, que está dotado desde 2022 con 50.000 euros, diez mil euros más que en las convocatorias anteriores. Los que menos ofrecen, al ser honoríficos y, por tanto, no tener una dotación asignada, son el de Mejor Labor Editorial Cultural y el de Fomento de la Lectura.
En un escalón intermedio encontramos los Premios Nacionales de Televisión, Circo, Música, Danza, Cómic o Ilustración, cuya cuantía asciende a 30.000 euros desde la convocatoria actual. Es la misma cantidad económica del Premio Nacional de Tauromaquia. Desde su creación en 2011, sin haber sufrido variación económica, se ha concedido cinco veces: tres de ellas a toreros y las otras dos a la Fundación del Toro de Lidia y al Foro de Promoción, Defensa y Debate de las Ferias de Novilladas.
Donde sí se han notado los recortes, y mucho, es en los Premios Nacionales de Artesanía, que en 2011 tenía un importe de 14.000 euros Y se ha visto reducido a la mitad, el mismo tijeretazo que algunas de sus categorías, como el Premio Emprendimiento o el Premio Producto, que han pasado de los 7.000 a los 3.000 euros actuales.
Otros, sin embargo, han visto cómo sus cuantías económicas iban en aumento con el paso de los años. El caso más evidente está en los Premios Nacionales de Innovación y Diseño: en 2022, la modalidad de innovación a la pequeña y mediana empresa y la modalidad de diseño a profesionales cuentan con 50.000 euros cada uno, duplicando casi el importe de la convocatoria anterior, de 2021. Este último solo se ha dado a una mujer en la última década: a Marisa Gallén Jaime en 2019.
Unos no quieren y otros no lo necesitan
El dinero no lo es todo y eso que con el Premio Nacional de Música, en la categoría de interpretación, venían 30.000 euros. Jordi Savall decidió rechazar esta condecoración en 2014, como recoge el BOE, en desacuerdo con la política cultural del entonces ministro Jose Ignacio Wert, según contó El País. Por razones semejantes, Isabel Steva Hernández Colita decidió no aceptar el Premio de Fotografía de ese mismo año, valorado en otros 30.000 euros, aunque esta vez no hay ni rastro de ello en el BOE. Un par de años antes, en 2012, fue Javier Marías, con su obra Los Enamoramientos, quien rechazó el Premio Nacional de Narrativa y con él, los 20.000 euros asociados.
Quienes sí aceptaron los premios, aunque en este caso sin asignación en metálico, fueron Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola, y Juan Miguel Villar Mir, presidente del Grupo Villar Mir. Ambos fueron galardonados con el Premio Nacional de Innovación en la categoría de trayectoria innovadora. Desde 2011, esta distinción se ha concedido en nueve ocasiones. En ninguna de ellas se ha premiado a una mujer como merecedora de semejante reconocimiento.