Internacional
El ‘bonus psicólogo’ llega a Italia
La ayuda económica nace como respuesta a una situación de emergencia tras los preocupantes datos en materia de salud mental.
“Los jóvenes han presionado mucho, han obligado casi al Gobierno a atender las necesidades en cuanto a salud mental de la sociedad. Nos dijeron: ¿Lanzáis una ayuda para comprar mosquiteras o un patinete eléctrico con fondos europeos y no para ir a terapia? Y tenían razón”. Habla Filippo Sensi, diputado del Partito Democratico italiano y artífice de la enmienda que finalmente hizo que se aprobase el llamado ‘bonus psicólogo‘.
Se trata de una ayuda que nace para suplir una situación de emergencia tras la pandemia, que ha dejado en mínimos la salud mental y que supone la gran sombra alargada de una crisis sanitaria ya suficientemente dura por sí sola. El Gobierno italiano ha destinado 40 millones de euros para este bonus y, también, para reforzar un sistema sanitario público deficiente en la prevención y pronto diagnóstico de problemas mentales.
No obstante, antes de llegar a esta primavera de 2022, en la que el portal donde podrá solicitarse el servicio está a punto de ponerse en marcha, esta ayuda tan solicitada ha tenido que superar varios baches.
Uno de ellos fue cuando, antes de terminar el año, parecía que iba a quedarse fuera de los presupuestos. Una prórroga lo hace ahora factible. El ministro de Sanidad italiano, Roberto Speranza, así lo anunciaba en una rueda de prensa hace unos días. Funcionará con una página en la que estarán disponibles todos los profesionales que se han lanzado a formar parte de esta propuesta.
No necesitará prescripción médica previa y quienes ya siguen una terapia por la privada podrán continuarla ahora con esta ayuda, que llegará a cubrir hasta 12 sesiones. Se calcula que cada sesión cuesta unos 50 euros. El único requisito es tener una renta por debajo de los 50.000 euros anuales. La ayuda final sumará unos 600 euros en total. Los cálculos del ministerio dicen que llegará a cubrir las necesidades de entre 16.000 y 20.000 personas.
El presidente de la Orden Nacional de Psicólogos, David Lazzari, realiza un diagnóstico de la situación actual. “En las consultas privadas ha subido la demanda más de un 40%. Eso daba dos mensajes: la gente estaba mal y la red de la sanidad pública era escasa. El bonus no es una respuesta perfecta, es una ayuda, pero es una señal muy importante porque significa que el Parlamento italiano ha reconocido la necesidad de cuidar el malestar psicológico de sus ciudadanos”, explica.
La medida, además, surge entre dos mundos: el de la gente joven, que comienza a concienciarse sobre sus propias necesidades; y el de una generación para la que ir al psicólogo en Italia es aún un tabú. Según las estadísticas, en el año 2020, 17 millones de Italianos tenían problemas mentales, pero más del 70% de la población creía que era inútil ir al psicólogo.
Giulia, Beatrice, Valentina, Sofia, Ilenia y Melissa tienen entre 20 y 30 años, la franja de la población que ha resultado más dañada tras la pandemia según varios estudios, entre ellos, uno del Instituto Europeo de Igualdad de Género, que decía que más del 34% de las mujeres jóvenes ya sentían al inicio de la pandemia soledad y malestar, frente a un 18% de los jóvenes hombres.
Como explican, todas han probado en el pasado o han pensado que necesitaban hacer terapia y, hasta ahora, el tema económico ha sido determinante para decidir dar el paso. Beatrice asegura que tuvo que pedir ayuda, Melissa no pudo permitírselo, Giulia lo hizo solo cuando su sueldo mejoró. Todas representan diferentes niveles económicos y profesiones, pero la preocupación sobre la salud mental de su generación es compartida. Sofía cree que el ‘bonus psicólogo’ es un pequeño paso hacia un progreso real. “Muchas veces los problemas mentales están considerados como una cosa secundaria. Se cree que es una responsabilidad del individuo y no de la sociedad y eso es erróneo. Durante 20 años mis padres me han tenido que pagar la terapia y me preguntaba: ¿por qué mi salud mental no es prioritaria para el Estado italiano?”, relata.
Algunos sectores de la sociedad, sin embargo, encuentran esta medida “anecdótica”. Desde el Gobierno, enfocan un mensaje claro: “Es un punto de partida”.