Opinión
Por un 8-M donde visibilicemos todas las violencias contra las mujeres
"En este 8 de marzo no hay que perder de vista que la cuestión de género y el patriarcado son una realidad que no puede ir separada del sistema económico capitalista", reflexiona la autora.
Es curioso que de nuevo el tribunal de justicia de la Unión Europea ponga la cara colorá –y sí lo digo en andaluz– al Estado español por la situación que durante décadas han venido sufriendo las empleadas del hogar. En efecto, hablo en femenino porque es un sector donde el 99% son trabajadoras que se dedican a los cuidados y servicio doméstico.
La sentencia del tribunal de justicia de la UE ha venido a interpretar las directivas de igualdad y no discriminación tanto en el acceso como la formación en el mercado laboral de las mujeres.
Es curioso que, a cien años de la creación de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), hoy sigamos hablando de trabajo decente y de servidumbre doméstica; y sean cuestiones incluidas en los objetivos de desarrollo sostenible Agenda 2030 de la ONU.
Llamemos a las cosas por su nombre. Las empleadas del hogar han cobrado muy por debajo del salario mínimo interprofesional y, además, si son internas y no tienen “papeles”, tienen más posibilidades de sufrir factores múltiples de discriminación y otras consecuencias como accidentes laborales sin reconocimiento, lesiones y cuadros de ansiedad y depresiones, desarraigo y síndrome de Ulises….
En este 8 de marzo no hay que perder de vista que la cuestión de género y el patriarcado son una realidad que no puede ir separada del sistema económico capitalista y debe trabajarse de manera conjunta por todes, desde todos los ámbitos que luchan por la mejora de condiciones de trabajo de las personas. Si las mujeres accediéramos en condiciones de igualdad al trabajo, si ocupásemos en condiciones de igualdad puestos de poder y si, en definitiva, pudiésemos criar en condiciones de igualdad y en corresponsabilidad con las instituciones, otro gallo cantaría y otra sociedad más justa e igualitaria también.
En 2022, clamamos por un 8-M donde se visibilicen todas las violencias, no solo en el ámbito de relaciones de pareja, sino también todas las violencias que sufrimos las mujeres por el hecho de ser mujeres. La lucha por los derechos es una tarea incesante del pueblo, decía Ihering. Pues bien, es importante reivindicar en este día que llegue a buen término el anteproyecto de Ley Orgánica de Garantía Integral de la Libertad Sexual, un trabajo acorde a los principios de derechos humanos dando cumplimiento a los tratados internacionales ratificados por el Estado español. Eso no se hubiera logrado sin el esfuerzo de parte del pueblo español durante años de luchas en las calles e instituciones.
Queda mucho trabajo por hacer desde todos los ámbitos; entre otras, hay cuestiones primordiales que aún quedan por visibilizar, debatir y combatir: la prostitución es una forma de violencia de género, los matrimonios forzados son una forma de violencia de género, los atentados contra los derechos de libertad e indemnidad sexual a las mujeres es una forma de violencia de género, violencia vicaria es violencia de género, violencia de género es el consumo de pornografía, violencia de género son las agresiones sexuales que sufren las mujeres en todos los ámbitos. Con todo esto hay dos pasos que esperemos se cumplan pronto:
1. Que se revisen las competencias de los juzgados especializados en violencia de género para incluir todas las violencias contras las mujeres.
2. Que las mujeres tengan derecho, en las mismas condiciones que las víctimas de violencia de género, en el ámbito de las relaciones de pareja.
Lo anterior, son cuestiones que están en camino, y para eso sirve la utopía, para caminar.
8M: Visibilizar y poner en valor a las mujeres del sector primario.
Con motivo de la celebración del 8 de marzo, Ecologistas en Acción pone la mirada en las mujeres que trabajan en el sector primario.
Mujeres hortelanas, mariscadoras, ganaderas y jornaleras. Desde tiempos inmemoriales han jugado un papel clave en la alimentación y en la relación con el territorio, compartiendo estos trabajos con la crianza, el cuidado de mayores y el tejido de las relaciones comunitarias. Reconocer su valor y aprender de ellas puede ser una de las claves para nuestro futuro.
El sector primario reúne todas esas actividades que se vinculan directamente con la tierra, con los ríos y mares, con los bosques, las minas, las fuentes y los campos de cultivo, en definitiva, aquellas actividades que permiten el abastecimiento imprescindible para la vida. La crisis socioambiental coloca a las personas frente a la fragilidad de esos sistemas vivos y la sobreexplotación y el deterioro al que están siendo sometidos. La destrucción de la capacidad reproductiva de la tierra es una amenaza que se extiende entre los seres humanos a gran velocidad.
A pesar de su centralidad, las personas que trabajan en el sector primario sufren menosprecio, olvido, precariedad y abandono, a veces de forma extrema, como es el caso de muchas temporeras migrantes carentes de redes de apoyo y expuestas a abusos de todo tipo. Es urgente denunciar estas condiciones con contundencia.
Ecologistas en Acción destaca que la cultura urbana y productivista afirma que el orden patriarcal separa los espacios productivo y reproductivo, asignando el primero a los hombres y el segundo a las mujeres. Sin embargo, una mirada a la vida de estas últimas, especialmente las rurales, muestra una realidad muy diferente. Por ello, la organización ecologista quiere visibilizar a todas aquellas que están ocupando espacios productivos esenciales en los pequeños huertos familiares, en cooperativas agroecológicas, cuidando a los animales, mariscando en las playas, en la recolección de plantas, en pequeñas explotaciones ganaderas, en explotaciones salineras o mineras, y lo hacen enfrentándose cotidianamente a las barreras que la cultura patriarcal y la lógica de maximización del beneficio intenta imponerles.
Muchas mujeres del sector primario se han organizado en cooperativas, en asociaciones, en redes informales de apoyo mutuo, con el objeto de dignificar su trabajo y de fortalecer unas formas de trabajar y relacionarse con la tierra más sostenibles social y ambientalmente.
Ellas pueden enseñarnos y servirnos de inspiración para pensar un mundo con modos de producción respetuosos con nuestro medio. «Frente a un orden económico y cultural que está en guerra contra la vida, ellas se levantan cada mañana y alimentan la resistencia”.
https://www.ecologistasenaccion.org/192379/8m-visibilizar-y-poner-en-valor-a-las-mujeres-del-sector-primario/