Medio ambiente
El Gobierno nunca abrió expedientes por los desembalses del verano
El Ministerio para la Transición Ecológica aseguró en agosto que se abrirían expedientes informativos desde las Confederaciones Hidrográficas del Duero, Tajo y Miño-Sil
El secretario de Estado de Medio Ambiente Hugo Morán «ha anunciado hoy que la Confederación Hidrográfica del Duero ha abierto un expediente informativo para recabar datos sobre el vaciado de Ricobayo«. Ese fue el mensaje publicado en al perfil oficial de Twitter del Ministerio para la Transición Ecológica (MITECO) el 19 de agosto. Cuatro meses después, la agencia EFE desvela que nunca se abrió ningún expediente para estudiar los desembalses del pasado verano que dejaron prácticamente vacíos varios pantanos españoles.
Una noticia que contrasta con lo anunciado por el MITECO en agosto, que aseguró que el procedimiento serviría para comprobar si se excedieron «los límites de desembalse para generar electricidad» utilizando las aguas del pantano Ricobayo, en Zamora. Asimismo, el Ministerio aseguró que, además de la CH del Duero, también abrirían sendos expedientes las del Tajo y el Miño-Sil, y añadieron que se trataba de un procedimiento habitual cuando se detecta una anomalía con el objetivo de dilucidar si los hechos ocurridos son motivo de sanción o no.
De acuerdo con la información obtenida por la agencia EFE a través del Portal de Transparencia del Gobierno, la Dirección General del Agua solicitó información a las CH sobre dichos hechos, «lo que no implica que se haya iniciado procedimiento alguno por parte de los organismos de cuenca«. El director general del Agua, Teodoro Estrela Monreal, ha añadido que no se abrieron expedientes informativos puesto que se trata un procedimiento que no existe en el marco regulador actual sobre dominio público hidráulico, contradiciendo de esta manera al secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán.
El embalse de Ricobayo pasó de estar al 95% de su capacidad hasta el 11% en apenas cuatro meses, sufriendo una bajada drástica de sus reservas durante los meses de junio y julio, cuando el precio de la electricidad alcanzó máximos no vistos hasta entonces. En la actualidad, los juzgados zamoranos son los encargados de investigar este hecho tras la presentación de una querella criminal por parte de ciudadanos particulares por supuesto delito medioambiental, según recogen diferentes medios.
Iberdrola, la compañía concesionaria de la presa, también gestionaba las aguas del pantano de Valdecañas, en Cáceres, que también sufrió una suerte similar. Tal y como contó lamarea.com el pasado verano, el desembalse provocó que varios municipios de la zona tuviesen cortes de agua corriente durante algunos días. Lo mismo sucedió con los regantes del entorno.
La propia ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, se mostró «escandalizada» por la situación en la que Iberdrola había dejado los pantanos: «No es razonable vaciar prácticamente en seis semanas un embalse», aseguró una semana antes de que se anunciase la supuesta apertura de los expedientes de información que finalmente nunca tuvo lugar.
Este lunes 20 de diciembre, el precio de la electricidad alcanzará un nuevo récord histórico, el quinto consecutivo, alcanzando casi los 340 euros/MWh. El pico se producirá entre las 20:00 y las 21:00 con 375 euros/MWh.
Todas las Confederaciones Hidrográficas, las de los cuatro puntos cardinales de la Panínsula, veo que sirven a los grandes intereses, eléctricas y regantes, en lugar de a la sociedad. Como los gobiernos.
Organizaciones sociales y ecologistas de estos territorios lamentan que Iberdrola, que “presume de vender energía verde, deje un embalse como un desierto” y lo justifique con el argumento de que cumple con las condiciones recogidas en su concesión y atiende a las necesidades del mercado eléctrico.
Aseguran que para esa empresa hidroeléctrica el beneficio es más importante que el bien común de la ciudadanía en un momento en el que el precio de la electricidad está en máximos históricos.
Aluden además al impacto negativo por el desabastecimiento de agua de varios municipios ribereños y a la “ruina económica” para los pequeños negocios hosteleros y de actividades de ocio que dependen exclusivamente de la época estival.