Opinión
“Dilo, reina” vs. los egos, una tensión que es victoria
#LaMirada de Ignacio Pato reflexiona sobre las últimas palabras de la vicepresidenta del Gobierno Yolanda Díaz sobre los egos
Nadie que tenga memoria y no sea insultantemente joven puede olvidar la primera papeleta electoral de Podemos. El logo era la cara de Pablo Iglesias. La decisión -argumentada en que el candidato era más conocido que el partido- fue criticada desde sectores activistas y, por supuesto, desde los conservadores y oficialistas siempre dispuestos a exigir pureza solo a los demás mediante la viejísima práctica de la ley del embudo. Apenas cuatro meses tras su presentación en sociedad, Podemos entraba al Parlamento Europeo con cinco escaños. Después fue Ada Colau para las municipales que le dieron la alcaldía barcelonesa. Cinco años y varios traumas internos después, en las últimas generales, Más País volvía a elegir cara ante las urnas, esta vez la de su candidato Íñigo Errejón.
“Estoy rodeada de egos”, ha dicho Yolanda Díaz en Hoy Por Hoy. “La política española está concentrada en torno a muchas masculinidades, aunque sean mujeres las que lideren”, ha agregado. Y un “No me van a tener ahí” que es quizá la frase menos destacada en los medios pero, sin embargo, la más rotunda que ha explicitado la respuesta de la vicepresidenta. Es la verdaderamente novedosa, esa última parte, porque todos estamos rodeados de egos en nuestras vidas, dependientes de un mercado laboral que, en crisis constante, premia los comportamientos personalistas y jerárquicos. El ruido, la furia y la frustración también, si las cosas no salen. Al fin y al cabo, si apuestas individualmente y pierdes, solo tendrás a una persona a la que culpar. Si lo apuestas todo a ti y ganas un pellizquito, seguramente la cosa sea peor; seguramente te conviertas en un radiador de juicios e incomprensión hacia quien lo tiene todo más difícil. Todos estamos rodeados de egos pero nunca se dice lo suficiente y menos desde determinados lugares.
Sin embargo, como pasa casi siempre, es más interesante lo que se puede hacer que lo que se dice. Pasa también con los “noes” y los “síes”, los primeros mucho más complicados de dar. Díaz ha hecho pública su negativa a participar de una competición de nombres que haga al proyecto perder pie en el colectivo –que en lenguaje realpolitik ha de llamarse, para no asustar, “sociedad”–. Es una victoria doble. Primero, porque hace apenas un lustro era impensable que una vicepresidenta del Gobierno pusiese en la picota, cualquier mañana en máxima audiencia, el reaccionario mecanismo de vanidad y agravios que conocemos como ego. Es casi imposible no conectarlo con las incansables luchas, llenas de organización, presencia y empuje, de los movimientos feministas de este país durante los últimos años.
Segundo, porque que lo diga Yolanda Díaz, convertida en una figura bisagra para un electorado clásico de izquierda y uno mucho más joven, es especialmente interesante. Seguramente sin proponérselo conscientemente, simboliza una novedad histórica, la unión entre la tradición comunista y el “dilo, reina” huérfano de referentes. Si hay un hilo rojo centenario, este llega hasta nuestros días con las imágenes virales de Díaz contra el cierre de Alcoa, los likes y un “yolandismo” que ya vende camisetas. Sus palabras introducen una tensión que tiene algo de victoria. Solo desde el cuestionamiento profundo, tanto del modelo productivo material como del de la producción de sentido, se podrá caminar hacia adelante.
A mí me enamora la humlldad, la profundidad y la sabiduría de Díaz Ayuso.
Esta mujer es la esperanza Ibérica para liderar un país con las mismas características que ella.
Del Madrid del no pasarán al Madrid de las Aguirres, Cifuentes, Ayusos, no tengo envidia, tengo miedo de tí, Madrid.
Como en la Venganza de D. Mendo, cuando habla de las Siete y Media sobre el riesgo de pasarse o no llegar, la cosa no es de egos sí o no, si de la cantidad empleada. Funcionó poner en circulación la personificación del partido con Iglesias para mejorar el apoyo ciudadano y fue n desastre cuando su ego ocupo el espacio de todos los demás fundadores. La cosa no va de Egos solo sino de la dosis y el momento. De lo que habla Díaz es de que, su utilización o disolución tienen que estar al servicio de los ciudadanos que representa, que en último caso es la mejor de las disoluciones del YO. Significa al Servicio de la ciudadanía, por muy duro que resulte negarse uno mismo ante el interés de todos. La cuestión es saber plantarse en la medida justa.
Yolanda : solamente te deseo suerte pues está demostrado que la vas «más que a necesitar » .Es encomiable el nivel de compromiso ,integridad y dignidad que ofrece en líneas generales la agrupación política de Unid@s Podemos , para el nivel de país golfo y canalla que todavía siendo España y sus gentes en plenitud del siglo XXI .
Digo esto porque sobre todo , el mayor enemigo tuyo ( y del pueblo) son l@s componentes que han propiciado este fracaso y fiasco de democracia española , y que no son otr@s que la propia traidora P$(-.)€ .
Salud y decencia.
PD.
Y en cuanto este penoso y agonizante régimen comience con las » pertinentes…» amenazas directas y confeccionadas coacciones a doc dirigidas a tu persona o familiares ; manda a la mierda toda esa ilusión por pretender cambiar para bien este » proyecto de estado fallido» llamado España.