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Y el salario mínimo vuelve a subir
15 euros más. En total, 965 euros tras el acuerdo alcanzado entre Yolanda Díaz y los sindicatos. Los empresarios se desmarcan esta vez.
«En 2018 partíamos de un salario mínimo de 735 euros y en 2021, tras esta subida, se situará en 965. Estamos hablando de 230 euros de subida en solo tres años y con una pandemia de por medio», recordó el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la jornada Diálogos sobre el Futuro del Trabajo, en el Centro Botín de Santander. Tras el acuerdo alcanzado entre el Ministerio de Trabajo y los sindicatos, y sin el beneplácito de los empresarios esta vez, el Consejo de Ministros aprobará este martes una nueva subida de 15 euros mensuales, que tendrá efecto desde el 1 de septiembre pasado.
Se trata de la segunda subida del SMI desde el inicio de la legislatura, y el objetivo del Gobierno es situarlo en el 60% del salario medio, mediante su progresiva revisión en 2022 y 2023. El dictamen de la Comisión Asesora para el Análisis del Salario Mínimo Interprofesional proponía una horquilla para incrementarlo entre 12 y 19 euros mensuales, con un valor central de 15 euros en 2021 para alcanzar, paulatinamente, hasta un máximo de 1.049 euros mensuales en 2023.
Este acuerdo es resultado del Diálogo Social que se inició el 1 de septiembre en la mesa específica a la que los agentes sociales fueron convocados por el Ministerio de Trabajo y Economía Social, con Yolanda Díaz al frente: «El SMI supone una garantía de protección a las rentas del trabajo de las personas trabajadoras más vulnerables y actúa como un importante factor de equidad además de ser una herramienta fundamental para luchar contra la pobreza laboral».
Tras la prórroga de la última subida, la ministra de Economía, Nadia Calviño, se mostraba más reticente a iniciar la senda del incremento. Y finalmente, en esta ocasión, la patronal se ha desmarcado del acuerdo. «Nuestra posición es que en estos momentos no. En otros momentos hemos dicho que sí a subir el SMI, pero ha subido un 30% en los últimos tres años. Con la que está cayendo con la pandemia es un momento muy delicado», dijo el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi.
El presidente del Gobierno, sin embargo, destaca los buenos datos: «Conforme avanza la vacunación, España acelera el paso a la recuperación económica». Sánchez subraya el aumento en estos seis meses de la afiliación a la Seguridad Social en casi 1,3 millones de trabajadores, hasta alcanzar niveles prepandémicos, y la caída del paro en 700.000 personas desde febrero.
Lo que debemos contemplar no es la falacia que nos cuenta las dificultades que van a impedir que el empresario sostenga su empresa (la economia) a causa de la subida de 15€ del salario, sino contrastar cuanto influye ese salario de 965€ mes sobre los precios que dichos empresarios nos transfieren en sus cargos. A Vd. o a mí, cuando nos reparan la lavadora, nos cobran el café…y no digo nada si lo que nos reparan es el coche o nos colocan una copita de champan. No creo que nos cobren la hora de trabajo a los 5,6 € hora que se lleva ese trabajador ni sumados todos los que hayan intervenido en la obra. La falacia no es que el recolector del campo tiene que cobrar poco para que le producto sea competitivo y llegue a buen precio al consumidor, sino que el producto es competitivo para que el intermediario, capitalista, tenga más margen. El planteamiento no es como lo muestra la carcunda, como un muestreo individual que explica la situación difícil de un trabajador precario y un empresario limitado explicando el modelo económico, sino el marco global en el que todos juegan con unas reglas que da resultados absolutamente diferentes según el lugar en el que se está. Eso si los modelos los modelos mostrados son los simplones (muchos recolectores consiguen la fruta, con sacrificio, a buenos precios ni siquiera para mejorar los resultados de los agricultores –que nos ponen de ejemplo- sino para que los canales de distribución lo exploten a trabajadores, agricultores y consumidores).