Cultura

Pedro Pastor: “El franquismo hizo que la copla nos pareciera casposa”

'Los olvidados', tema central en el nuevo disco de Pedro Pastor, reflejan el compromiso con la memoria que mueve al joven cantautor desde hace años.

Pedro Pastor lanza nuevo disco, 'Vueltas'.

“No olvidaré, para que haya servido de algo tanto desvelo; para poder hablarles a mis hijos de los abuelos; para que un día al fin descansen justos los huesos”. Los versos de Los olvidados, tema central en el nuevo disco de Pedro Pastor, Vueltas, reflejan el compromiso con la memoria que mueve al joven cantautor desde hace años. Nacido en Madrid (1994), como hijo de Lourdes Guerra y Luis Pastor, y sobrino de Pedro Guerra, bebió la música con el biberón. 

Si no me equivoco, tenía seis años cuando Emilio Silva fundó la ARMH. O sea, que se han venido abriendo fosas en España durante toda su vida consciente.

Sí, pero hay que añadir de inmediato que se ha hecho a un ritmo ridículo y solo gracias al esfuerzo de los y las ciudadanas que trabajan en las asociaciones, cuando debería ser una responsabilidad del Estado. Cada año que pasa sin que se repara a las víctimas del franquismo es un año más lejos de la concordia social.

¿Cuánta conciencia hay de este tema entre tu generación?

Me temo que no demasiada. Yo he tenido la suerte de enterarme por mis círculos y por mis padres, pero hay muchísimos chavales de mi edad que ni han escuchado hablar de la ARMH.

Ese desconocimiento, ¿es por falta de información o de interés?

Yo lo diría al revés: viene dado por un claro interés de las instituciones de nuestro país por que no se conozca la historia. Yo tengo muy claro que la dictadura está integrada dentro de nuestro patrón genético. Está instalado en el fondo de nuestro subconsciente colectivo. Seguimos siendo hijos e hijas del franquismo. Pero eso las instituciones se han empeñado en que no lo reconozcamos.

¿Se acuerda de lo que le enseñaron sobre la guerra, la dictadura y la Transición en 4º de ESO, allá por 2009 o 2010? ¿Notó algún desfase entre lo que sabía por su familia y lo que aprendía en el instituto?

Lo que recuerdo de mis clases de Historia es invertir muchísimo tiempo memorizando los nombres de los Reyes de España. Cuando empecé a leer por mi cuenta me chocó todo lo que no me habían contado. Nadie en el instituto nunca me dijo nada sobre los topos, por ejemplo. Ni de los bebés robados. Se hablaba de la República, claro, y del golpe del 36, pero sin ninguna profundidad. Nada que nos permitiera poner rostros y nombres a las y los protagonistas de esas épocas, como, por ejemplo, las maestras de la II República.

De hecho, a las maestras le rindes homenaje en Los olvidados. Me llama la atención que sus canciones de tema memorialista lleven una fuertísima carga emotiva. ¿Se ve como un eslabón entre generaciones, un transmisor?

¿Un eslabón? Pues no lo sé. Sí creo que todos los seres humanos tenemos una responsabilidad civil, que se multiplica en el caso de las artistas y creadoras, que tenemos la oportunidad de llegar a muchísima más gente. No me interesa solo la historia de mi país sino también la de otros países por los que viajo. Y soy muy consciente de las lagunas que existen en mi propia generación. Me ilusiona que con mi música pueda provocar chispazos en personas que decidan investigar, involucrarse, hablar con sus familias sobre el pasado. Mi generación aún tiene abuelos que vivieron esos procesos históricos, aunque les cueste hablar por la cultura del miedo. Lo que es seguro es que nunca dirán nada si no hay nadie que les pregunte. 

Su padre, Luis Pastor, es relativamente mayor. Entre usted y él hay más de 40 años. Cuando tocan juntos, se les nota una gran sintonía musical y política. ¿También hay roces o diferencias de criterio?

Claro que las hay, hemos tenido experiencias vitales diferentes. Luis me enseña muchas cosas, por ejemplo en lo geopolítico, donde yo me pierdo rápidamente. Por otra parte, no es tan sorprendente que tengamos esa sintonía. Fíjate que su generación ya fue muy abierta. Las aperturas que forzaron en los años 70 y 80, culturales y mentales, no están tan alejadas de las que podamos buscar los jóvenes hoy. Donde sí hay diferencias, también por factores generacionales, es en actitudes de género. Por más abierto y feminista que sea mi padre, su generación está mucho más instaurada en el patriarcado, lo que no quiere decir que la nuestra ya no lo esté. Por lo demás, noto que políticamente soy más impaciente y vehemente que él. Mi generación se ha educado en la inmediatez. Sé que puedo y debo aprender de su paciencia, porque muchas veces la estrategia política va a largo plazo. Es algo que a muchos de mi quinta nos cuesta asumir.

¿Votan igual en las elecciones?

No, yo nunca he practicado el voto útil, un acto muy de la generación de Luis, que además le tienen bastante más cariño al PSOE que la nuestra.

¿Qué tal el diálogo musical? ¿A veces le descubre músicos o artistas nuevos?

Sí, con bastante frecuencia. No tanto la música urbana contemporánea, que a Luis no le llama mucho la atención, pero sí de otras partes. Yo viajo mucho, soy musicalmente muy inquieto, un explorador nato, y me atraen mucho los folklores latinos y africanos. Esa banda sonora cotidiana mía también ha entrado a la banda sonora de Luis. Pero la verdad es que quienes tienen la discoteca más grande son él y mi madre –la persona que conozco que más canciones se sabe–. Me siguen enseñando joyas.

Autogestiona su carrera. ¿Cuesta seguir siendo independiente y resistir el canto de sirenas de las grandes productoras?

Ya lo creo. Llevar la producción y la promoción es un trabajo ingente. Ahora que estoy a dos semanas de que salga el disco, los días se me hacen muy largos. En cuanto a discográficas, recibí hace años varias ofertas tentadoras pero en realidad tampoco ha sido muy difícil decir que no porque se trataba de contratos abusivos. A lo mejor lo más lógico será abrirse una propia discográfica pequeña para publicar los discos de uno y de los amigos.

¿Se relaciona mucho con músicos más mainstream?

No especialmente.

¿Su éxito le produce envidia?

Sí y no. La verdad es que es cada vez más difícil, en este mundo de algoritmos, no compararse constantemente con los demás. Cuesta no sentirse un poco mal cuando alguien en un año saca un contrato lucrativo, cuando tú llevas tantos años remando. Pero más vale no estar todo el día pendiente de lo que pasa alrededor, enfadado con la industria musical. Y cuando lo pienso en frío, estoy contento con el camino que no he decidido tomar. Al fin y al cabo, vale mucho más la libertad de tejer las redes que quieras tejer, colaborar con quien quieras colaborar. Psicológicamente, hay que poner la mente en que te vaya mejor a ti, no en que le vaya peor a otro. Pero bueno, es un tema muy complejo. Lo vengo hablando mucho con mis amigos cantautores. Sé que estamos todos muy enfermos de la cabeza con esta historia de Instagram, de las redes sociales y de las comparaciones.

Me imagino que el esfuerzo de mantener una presencia constante en las redes tiene un cierto coste. 

Ser un personaje público todo el día tiene un coste mental, un coste humano, un coste anímico y un coste emocional. Más cuando eres un autónomo, como en mi caso, en el que dependes directamente del alcance que tengas. Porque hay una cuestión algorítmica que ni siquiera responde a ninguna lógica. Tú haces exactamente lo mismo y sin embargo el algoritmo te trata diferente. Es la perdición. Es como cuando te deja tu pareja y tú estás todo el día culpándote y pensando qué habrás hecho mal o qué no habrás hecho bien y, en realidad, la decisión no tiene si quiera tanto que ver contigo.

Escuchando Los olvidados le he notado un levísimo deje de Silvio Rodríguez.

¿Ah, sí? No me he dado cuenta, a mí me parece una canción más popera, musicalmente más cerca de Rozalén o de Alejandro Sanz. Lo que sí te puedo decir es que soy un fanático de Silvio y he pasado muchas, muchas horas de mi vida escuchándole.

¿Cómo valora la influencia latinoamericana en el cantautorismo español?

Te voy a decir algo que quizá te sorprenda. ¿Sabes quién es el artista al que más he estado escuchando este año pasado? Juan Luis Guerra. Su obra de los 90 que no es tan conocida me parece una auténtica maravilla. Te digo más, el tema Los mangos bajitos de Fogaraté (1994), escrito en décimas, es toda una alegoría de la lucha de clases. Hablando en términos más generales, esa influencia latinoamericana en España ha sido muy importante, desde Silvio a Víctor Jara, Mercedes Sosa, Violeta Parra… Es lógico que hayamos bebido mucho de su música, no solo porque simplemente hay muchos más artistas en Latinoamérica sino por el impacto del franquismo. Tener que vivir 40 años de música clandestina destruye casi por completo el tejido cultural. Encima, vivimos una apropiación de parte del Estado franquista de la música propia, folclórica. Es el franquismo el que hace que la copla pase de ser algo popular a ser algo casposo. Nos toca deshacer ese daño y volver a explorar nuestro propio folklore.

Pedro Pastor ha estado escuchando mucho en el último año a Juan Luis Guerra.

Si te gusta este artículo, apóyanos con una donación.

¿Sabes lo que cuesta este artículo?

Publicar esta pieza ha requerido la participación de varias personas. Un artículo es siempre un trabajo de equipo en el que participan periodistas, responsables de edición de texto e imágenes, programación, redes sociales… Según la complejidad del tema, sobre todo si es un reportaje de investigación, el coste será más o menos elevado. La principal fuente de financiación de lamarea.com son las suscripciones. Si crees en el periodismo independiente, colabora.

Comentarios
  1. A veces una está pesimista, cree que ésta es la lucha de David contra Goliat, pero cuando te recuerdan de que sigue habiendo personas auténticas, luchadoras de toda la vida, con las ideas tan claras, personas tan válidas como la «dinastía» Pastor/Guerra – todas las dinastías deberían ser como ésta – se envalentona una y ante estas personas se reconoce cobarde.
    Mil gracias por estar ahí y ser un ejemplo a seguir.

    NO PERDERSELO!!!!
    ¿Qué fue de los cantautores? Discurso del cantautor Luis Pastor – XI Premios Solidarios de La Cerca.
    NO OLVIDEMOS QUIENES SOMOS Y DE DONDE VENiMOS.
    https://www.youtube.com/watch?v=CwnRt-vDdNE

  2. Yo voy a ir mucho más allá que Pedro Pastor y afirmo que el franquismo hizo y continúa haciendo ; que este penoso ¿país…. ( que yo más bien llamo » cortijo» ) ? ; siga regocijándose y festejando este delirio de proyecto fallido de pseudo democracia ; llamado ni más ni menos : que la España democrática.
    Y ahí lo dejo .
    «Agradecimientos…» :
    » » GRACIAS……………. P$(-)€ » ; ya sabéis…………» .
    Salud y un país decente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.