Sociedad
Guillem Pujol: “La pluralidad no implica dar voz a todos los discursos”
El coordinador de Catalunya Plural, Guillem Pujol, responde a las preguntas de La Marea sobre el modelo periodístico del medio
Catalunya Plural es uno de esos medios amigos de La Marea. Alejados de la polarización y haciendo honor al apellido que acompaña al nombre de su cabecera, pretenden ser «una plaza donde se escuchen las voces que surgen de la sociedad, con la voluntad de recuperar, juntos, los proyectos colectivos del progreso». En medio de una campaña de captación de nuevas suscripciones para asegurar la viabilidad del medio, el director Guillem Pujol responde a nuestras preguntas.
Catalunya Plural, El Diari de l’Educació, El Diari de la Sanitat y El Diari del Treball están editados por la Fundació Periodisme Plural. ¿De qué maneras se plasma esa pluralidad?
Cuando la Fundació Periodisme Plural se fundó en 2012 se apostó por crear un periodismo que generara sus propias comunidades. Por ejemplo, El Diari de l’Educació, que es el periódico de referencia de la comunidad educativa en Catalunya, actúa también como un foro de intercambio de opiniones entre maestras, profesores, académicos y, también, alumno/as. La pluralidad se refleja dentro de esa misma comunidad. Lo mismo con El Diari de la Sanitat, que en este último año de pandemia ha conseguido aglutinar a un sector – el sanitario –, que tenía unas jerarquizaciones internas muy fuertes.
Generar comunidades potentes en los ámbitos de educación, sanidad y trabajo que defendieran lo público y que contribuyeran a articular un pensamiento crítico alrededor de aquellos pilares básicos de nuestra sociedad. Ese era el objetivo entonces, y lo sigue siendo hoy.
¿Es posible ser plural en una sociedad tan polarizada?
Ciertamente, parece que tendemos hacia sociedades cada vez más atomizadas. La pluralidad también tiene que luchar contra esa lógica autista propia de la fase actual del capitalismo digital en la que nos encontramos. En este sentido, para mi, ser plural, implica una predisposición de escucha. Es un principio de no dogmatismo.
Lo que no implica, por otro lado, que debamos dar voz a todos los discursos. Hay, como en todo tipo de prensa, una línea editorial. Nosotros no vamos a ser un altavoz de los discursos de odio racistas, ni homófobos, ni tránsfobobos, etc.
Publican tanto en catalán como en castellano, algo que no es habitual. ¿Por qué lo hacen?
Pues es algo bastante más natural que lo que puede parecer desde fuera. Es un periódico editado desde Catalunya que tiene la intención de reflejar la pluralidad propia del país. Ojalá pudiéramos también editar también en urdú, en amazig, o en hindi.
Sus suplementos tratan temas de sanidad, educación y trabajo. ¿Por qué en concreto estos temas? ¿Qué otras temáticas consideran que es importante tratar?
Hay muchas temáticas que nos gustaría tratar. Por ejemplo, tenemos interés, como hacéis en La Marea con Climática, de ponernos a hacer periodismo especializado en temas de medio ambiente. O, también, poner el foco en todo el proceso de muerte que son los procesos globales de migraciones.
¿Cuál es el modelo de financiación de Catalunya Plural y de la fundación?
En los primeros años, sin las donaciones de distintas personas que creyeron en el proyecto, no hubiera sido posible tirar para adelante. Al periodismo, como bien sabéis vosotros, no se entra con expectativas de hacerse rico. Y si hablamos de periodismo crítico, o el periodismo que no es parte del gabinete de comunicación de grandes empresas o de partidos políticos, es un mundo bastante precario.
Ahora hemos empezado una campaña de suscripciones que nos tiene que ayudar a poder seguir haciendo lo que hacemos, y mejorar, paulatinamente, las condiciones laborales de trabajadores y colaboradores. Queremos ser un bien público, pero claro, no tenemos la opción que tienen los gobiernos de recaudar a través de impuestos. Necesitamos que la gente valore la importancia de disponer de una información de calidad no instrumentalizada. Tampoco queremos limitar los contenidos que publicamos.
Catalunya tiene un presidente de ERC más de 40 años después, aunque la mitad del Govern pertenece a Junts pel Catalunya. ¿Cree que se abre una nueva etapa o será una continuación de lo vivido en los últimos años?
Creo que la etapa no se va a abrir sola, por mucho que pueda haber una cierta voluntad por parte de ERC de que así sea. A los partidos independentistas se les critica – no sin razón – que se hayan estancando en la retórica “procesista” de la épica quijotesca, pero cabe recordar que sin presos ni exiliados esto no hubiera pasado.
En este sentido, pienso que si se conceden los indultos sí que puede haber una posibilidad para un cambio de escenario. En Catalunya y en España.
Utilizando la terminología que ha usado en uno de sus últimos artículos en Catalunya Plural, ¿cree que en Catalunya va a seguir dando vueltas en la rueda del hámster del Procés?
Creo que la metáfora del hámster ya no define exactamente la lógica del Procés como lo hacía antes. El hámster no tenía consciencia de su propio engaño. Era feliz dando vueltas sin ir a ningún lugar, pero ahora todo es un poco más áspero. Mucha gente que ha apoyado incondicionalmente al independentismo, ha ido tomado consciencia de cómo los partidos políticos han instrumentalizado su deseo para sacar réditos electorales. Lo que no significa que hayan dejado de ser independentistas.
No hay que encarcelar a los delincuentes cuando son muchos y nos pueden hacer daño, es mejor diálogo y conciliación.
Aquellos que dicen que no son de izquierdas ni de derechas cada vez me gustan menos. (como los que dicen que todos los políticos son iguales).
La derecha arrolla, pero además mediante juego sucio, que es lo propio de la derecha española, la izquierda representa los valores, otra cosa es que los pueda o quiera llevar a la práctica. El periodismo comprometido debe compartir, defender esos valores. No son tiempos de tibiezas cuando los verdugos y enemigos de los pueblos nos están atacando abiertamente y sin piedad.