Sociedad

Dejar Twitter: ¿claudicación, valentía o algo más? (y 2)

¿Abandonar Twitter deja el camino libre al adversario? ¿Es un acto de valentía hacer a pesar de tener miles de seguidores en la red?

¿Qué está pasando?

¿Evitar la confrontación o dejar el camino libre a lo adversarios? El anuncio de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, de su abandono de Twitter ha generado un debate sobre la idoneidad o no de la decisión tomada. La periodista Cristina Fallarás, que también anunció su marcha de la red social, explica la disyuntiva en su carta de despedida: “Hay quien me dice que este acto es una claudicación. Sea, pues. Yo no lo creo. Que se lo queden ellos, que lo disfruten los micos y lo conviertan en un Forocoches”.

En términos de claudicación y valentía se mueve una parte del debate, aunque no son los únicos, ya que la decisión de estas y otras figuras públicas permite un análisis más profundo. Para el informático Marcelino Madrigal, “se puede hacer una reflexión, pero siempre teniendo en cuenta que se trata algo personal”. Bajo su opinión, la decisión tomada por Colau “no es equiparable a la inmensa mayoría de los usuarios” debido a la alta exposición de un perfil como el suyo.

A pesar de ello, cree que “nos acostumbramos solo a lo bueno” y en ocasiones no somos capaces de “diferenciar entre el odio y la crítica”.

La propia Colau ha reconocido que su voluntad de marcharse de Twitter le ha valido críticas desde su propio entorno: “Hay gente cercana que me decía: “¿Tú estás loca? Con casi un millón de seguidores y dedicándote a la política… ¡No puedes dejar Twitter!”, especificaba en su escrito explicativo.

Desde esta óptica ha analizado la decisión la doctora en Ingeniería telemática e investigadora de la propagación de mensajes en Twitter Mariluz Congosto, quien ha definido el anuncio como “muy drástico”. Aun reconociendo que “la situación no es buena y el ambiente está muy crispado”, la especialista cree que hay que saber aprovechar la plataforma “para las cosas positivas que ofrece”. 

Asimismo, Congosto añade una reflexión con perspectiva de género: “Las mujeres ya tenemos poca visibilidad de por sí, y si encima nos vamos, pues ya es cuando se queda un vacío. Si te imponen el silencio, parece que ganan ellos”, explica. A pesar de esto, reconoce que los ataques contra las mujeres en redes sociales suelen tener aparejado “un plus de machismo” a través de ciertos comentarios sobre el físico que no suelen dirigirse hacia los hombres: “Yo entiendo que es desagradable, pero también entiendo que hay más cosas positivas”, incide.

Ya en septiembre de 2020, dos años después de la publicación del informe Toxic Twitter, de Aministía Internacional, la codirectora de Amnesty Tech, Rasha Abdul Rahim, denunciaba: “Twitter sigue sin hacer lo suficiente para abordar el torrente de abusos que sufren las mujeres en la plataforma. Nuestro análisis indica que, a pesar de algunos progresos, Twitter no hace lo suficiente para proteger a las mujeres que usan la red, por lo que muchas usuarias se silencian o autocensuran en la plataforma”.

Para evitar decir adiós, la experta propone poner en marcha algunos mecanismos como silenciar a determinados usuarios para no tener que leer sus comentarios y, por tanto, el odio que desprenden. El periodista y colaborador de lamarea.com Antonio Maestre, tras el anuncio de Ada Colau, ha reconocido haber activado algunos instrumentos “que filtran esa toxicidad” de la que habla en su comunicado la alcaldesa de Barcelona, entre ellas el bloqueo de miles de usuarios o la aplicación de filtros que evitan que cualquier usuario pueda comentar sus tuits. 

A pesar de esto, ha reconocido que su intención es irse de Twitter en el futuro: “Algún día, cuando pueda permitírmelo, tomaré la misma decisión. Pero se queda el sabor agridulce de pensar que es lo que quieren”.

Otros usuarios influyentes de la red social, como el escritor Bob Pop, han tirado de ironía para criticar el anuncio de Colau: “¡Ya está! ¡Tengo la clave para evitar la crispación! CALLARNOS. Dejar que el facherío reaccionario lo ocupe todo a gritos y CALLARNOS. ¿Que así damos alas al fascismo? Bueno, sí, puede ser; pero al menos evitamos la CRISPACIÓN. Y eso es lo importante, ¿no?”, ha expresado.

“La tiranía de la presencia permanente”

Otra de las razones esgrimidas por alcaldesa de la Ciudad Condal ha sido la sobreexposición permanente a la que somete a los usuarios la red social: “Parece que hay que opinar de todo, todo el rato. Si de repente no haces un tuit de un tema polémico, sale alguien a decir que estás muy callada”. Una “tiranía de la presencia permanente” que, según explica, “acaba ocupando mucho tiempo y energía”.

Es lo que la periodista Alicia Álvarez definió como el “síndrome de estar presentes todo el rato para que la gente no te olvide”. Lo hizo en un reportaje del colaborador de lamarea.com Ignacio Pato para el suplemento Apuntes de Clase sobre la autoexplotación en redes sociales y en el que la editora Layla Martínez reconocía haber tomado algunas medidas de control como desinstalar la aplicación de Twitter de su teléfono móvil.

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