Política
Caso Palau, o cómo funcionaba el sistema de corrupción institucionalizado de Convergència
La sentencia del Supremo prueba que Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) se financió durante años de manera irregular tejiendo una basta red de corrupción. Los hechos probados representan una pieza crucial para comprender el funcionamiento de la política catalana bajo la hegemonía convergente y para conocer una de las historias más vergonzosas de Catalunya
El pasado 29 de abril el Tribunal Supremo ratificaba la sentencia del Caso Palau tras más de diez años de investigaciones, de idas y vueltas, de alegaciones, de prórrogas y de sentencias no en firme. Finalmente, sin embargo, ya se puede decir que hay un fallo definitivo que prueba que Convergència Democràtica de Catalunya se financió durante años de manera irregular tejiendo una basta red de corrupción. Una red que incluía dos de los personajes principales de la jet set catalana como eran Millet y Montull, (el primero, merecedor de la Cruz de Sant Jordi a manos del entonces President Pujol), el principal partido político de la historia reciente de Catalunya (Convergència Democràtica de Catalunya) y una de las principales empresas más importantes de todo el estado como es Ferrovial. Por todo ello, la sentencia del Supremo es una pieza crucial para comprender el funcionamiento de la política catalana bajo la hegemonía convergent.
Hay dos momentos que ayudan a comprender la esencia de la corrupción en Catalunya. El primero es aquel en que el entonces Presidente de la Generalitat, Pascual Maragall, en sede parlamentaria, pronunciaba la famosa frase a Artur Mas bajo la mirada atónita del arco parlamentario: «ustedes tienen un problema, y ??ese problema se llama 3%». A continuación, Artur Mas, – «usted ha perdido completamente los papeles» – le exigía que retirara las acusaciones bajo la amenaza de tumbar el proyecto del Estatuto; Maragall, entonces, bajó la cabeza y se disculpó.
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