Política
Un robótico Felipe VI soslaya a su padre en el discurso navideño
El Rey evitó hablar claramente de los escándalos que salpican al Emérito y se refirió al franquismo como “un largo periodo de enfrentamientos y divisiones”.
Como era de esperar, la derecha española cerró filas tras el tradicional discurso navideño del Rey. Este año su alocución destacó por su frialdad, su previsibilidad y por la ausencia de una mención explícita a los escándalos que salpican a su padre, Juan Carlos I.
El líder del Partido Popular, Pablo Casado, afirmó en Twitter que el discurso fue “impecable”. La maniobra elusiva del monarca encaja a la perfección con la línea mostrada por la formación conservadora para tratar sus propios casos de corrupción. Para hablar de su padre, Felipe VI no usó la célebre fórmula de la que sí echó mano la exministra Ana Pastor hace pocos días (“esa persona a la que usted se ha referido”), pero poco le faltó.
El jefe del Estado respondió a la expectación despertada por su discurso citándose a sí mismo y con una frase indirecta cuando ya llevaba 11 minutos de parlamento (de un total de 13 minutos y 34 segundos): “Ya en 2014, en mi proclamación ante las Cortes Generales, me referí a los principios morales y éticos que los ciudadanos reclaman de nuestras conductas. Unos principios que nos obligan a todos sin excepciones; y que están por encima de cualquier consideración, de la naturaleza que sea, incluso de las personales o familiares”.
La formulación recordó a la utilizada por su padre en 2011, cuando aludió de forma oblicua al ‘caso Urdangarin’ diciendo que “la justicia es igual para todos”. Cuatro meses después, Juan Carlos I pedía disculpas en un pasillo del hospital USP San José tras un polémico viaje para cazar en Botsuana: “Lo siento mucho. Me he equivocado y no volverá a ocurrir”. El pasado 9 de diciembre, el rey emérito corrigió ante Hacienda su irregular situación fiscal pagando una deuda de 678.393 euros.
Curiosos rodeos verbales
Otra de las frases que más llamaron la atención en el discurso de Felipe VI fue su equidistante referencia al franquismo: “No olvidemos que los avances y el progreso conseguidos en democracia son el resultado del reencuentro y el pacto entre los españoles después de un largo período de enfrentamientos y divisiones”.
Según el editorial del diario ABC, el rey dio ayer un “impecable ejemplo de defensa de la Constitución” y considera a Felipe VI “una garantía para España”. Sobre el comportamiento “ejemplar”, enunciado en su discurso y aplaudido por sus acólitos, hay que recordar que el pasado 15 de marzo, en unos días marcados por el estado de alarma, el Rey renunció a la herencia personal de su padre en un intento por desmarcarse de sus actividades presuntamente fraudulentas. Pero tardó un año en dar ese paso, ya que conocía estas actividades al menos desde marzo de 2019. Hasta que pasaron 12 meses (y con la Fiscalía vigilando de cerca las finanzas del Emérito) no lo consideró necesario.
El grueso de su intervención navideña se centró en la epidemia del coronavirus, pero tampoco aquí logró emocionar a la audiencia. Aunque 2020 ha sido un año especial, el discurso siguió el trillado camino institucional de otros años. Su frialdad y atonía, en un momento tan dramático, contrastó con la beligerancia mostrada el 3 de octubre de 2017, cuando se dirigió a los españoles para condenar el referéndum de autodeterminación celebrado (al margen del ordenamiento jurídico) en Catalunya.
No sorprende que los conceptos “unión” y “unidad” fueran destacados en los mensajes del PP y de Vox en las redes sociales. “Defiende la unidad nacional, la concordia constitucional y la ejemplaridad de las instituciones”, escribió Pablo Casado, quien describió a Felipe VI como “un gran rey”.
Falta de empatía
En los micrófonos de la Cadena SER, la exalcaldesa de Madrid Manuela Carmena no pudo reprimir su decepción ante la falta de empatía mostrada, a su juicio, por el Rey. “Me ha desilusionado profundamente. Y lamento decirlo porque siento mucho afecto por nuestro jefe del Estado. Creo que tiene unas condiciones extraordinarias pero su discurso ha sido rígido, burocrático, frío y, sobre todo, no ha abordado lo que los españoles estamos viviendo”, afirmó Carmena. “Ni emociona, ni ilusiona, ni anima”, añadió.
En términos similares se refirió Enric Juliana al tono flemático utilizado por el Rey. El director adjunto de La Vanguardia cuestionó el discurso por su “punto de temperatura discutible”, pero alabó sus bondades en cuanto a las cuestiones tratadas (pandemia, economía, desempleo juvenil, sociedad, ética democrática): “El discurso me parece formalmente correcto y completo en términos conceptuales. Esto no me merece un especial rechazo”.
Carmena, en cambio, no pudo reprimirse a la hora de criticar la mención del Rey al desempleo entre los jóvenes, un tema recurrente que aparece siempre en la plantilla de todos los discursos institucionales. El monarca, tampoco en este punto, se salió del carril. La reiteración, a juicio de la exalcaldesa, empieza a parecer una burla, dada la histórica inacción política a la hora de abordar el problema de la juventud sin futuro: “Estoy convencida de que hay muchísimos jóvenes que han apagado la radio porque les parece la música de siempre”.
En el extremo opuesto se sitúa el diario El Mundo, que no solo no critica la esquiva mención de Felipe VI a su padre sino que aplaude en su editorial su coraje para enfrentar los problemas. “Ante las muchas situaciones adversas que le está tocando afrontar, [el Rey] ni se amilana ni pierde los nervios”, decía el rotativo madrileño.
Esa supuesta templanza cantada por los medios conservadores (insensibilidad, según otros) evidencia la buena salud de la institución.
¿Qué le importa a un rey el desempleo?. Que los trabajadores no esperen el apoyo de los reyes pues tanto éstos como las derechas están de lado o al servicio del capital.
Ni que fuera un dirigente sindicalista del SAT.
Ay Manuela, quien te ha visto y quien te vé. De abogada laboralista y superviviente de la matanza de Atocha has pasado a sentir profundo afecto por un monarca, además retrógrado y autoritario. No entiendo cuales son tus principios.
No olvidemos que todos los discursos del rey son supervisados por Moncloa, con lo que el rey dice lo que Sanchrz quiere que diga, y antes Rajoy
Felipe & cia : MARCHAOS YA .
Con este » simple pero trascendental gesto » podremos decir que en el apellido borbón eráis poseedores de algo » honorable…..» , no aún así; contáis con la otra opción que es la habitual en vuestra trayectoria como parásitos de España , y es que os tengamos que acompañar escoltados y a la vez bien vigilados ; hasta la puerta de salida.
borbones : NO THANKS.
Y mejor dicho en idioma galego : borbones nunca máis.