Política
Ditirámbico estreno del Hospital Isabel Zendal
“Pionero”, “brutal”, “maravilloso”, “una hazaña”. Isabel Díaz Ayuso se autocubre de alabanzas en la inauguración del nuevo complejo hospitalario.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, inauguró su obra magna: el nuevo Hospital Enfermera Isabel Zendal, dedicado a pandemias y catástrofes. En realidad solo cortó, metafóricamente hablando, la cinta del pabellón 2, el único terminado de los cuatro pabellones que conformarán el complejo. El líder nacional del Partido Popular, Pablo Casado, y el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, acudieron a arropar a la presidenta en su día grande.
Ningún partido de la oposición (salvo Vox) acudió al acto. El ministro de Sanidad, Salvador Illa, fue invitado formalmente pero no estuvo presente. La secretaria de Estado de Sanidad, Silvia Calzón, asistió en representación del Gobierno central. “Deberíamos estar aquí todos juntos”, recalcó Casado para criticar estas ausencias. Mientras, en los alrededores del hospital se reunieron centenares de profesionales sanitarios para protestar por lo que consideran un despilfarro de fondos públicos y un ataque a sus derechos laborales.
El nuevo hospital, construido en el área urbana de Valdebebas, ha estado en el centro de la polémica desde su concepción. El coste oficial, en una manifiesta omisión de sus obligaciones de transparencia por parte del gobierno regional, no se conoce todavía. Se habla, sin embargo, de 100 millones de euros, el doble de lo presupuestado inicialmente.
Tampoco se sabe con cuántos profesionales sanitarios funcionará. Desde la Comunidad de Madrid se promovió la iniciativa individual de los sanitarios. Para trabajar en el Hospital Isabel Zendal hay que pedir el traslado voluntariamente. No se contratará a nadie más, solo se moverá personal desde otras clínicas y centros de salud públicas. De momento, 111 sanitarios han pedido trabajar allí. Durante la inauguración, mientras los políticos recorrían los pasillos del nuevo complejo, no pudo verse ni una sola bata blanca. “Es brutal, es brutal”, repetía la presidenta ante el equipamiento técnico del nuevo hospital. Quién lo manejará ya es otro tema.
El Isabel Zendal se ha levantado en 100 días (al menos, parte del complejo, el que ha servido como justificación para su estreno mediático) y constará de 80.000 metros cuadrados y 1.000 camas (de las cuales solo estarían ya disponibles 248). “Habéis tardado mucho”, se comentó, con ironía, en un corrillo entre políticos afines al PP durante el acto. “¡El próximo lo haremos en solo dos meses!”, contestó un colaborador de Ayuso. La ocurrencia fue celebrada con sonoras carcajadas.
Gritos de dimisión
Fuera, los profesionales convocados por los sindicatos sanitarios pedían a gritos la dimisión de la presidenta. Entre ellos, para apoyar sus reivindicaciones laborales, estaba la portavoz de Unidas Podemos en la Asamblea de Madrid, Isa Serra. El desembolso realizado por el gobierno madrileño fue el objeto principal de su crítica. “Esos 60 millones [la cifra manejada desde UP; hay varias] podrían haberse utilizado para contratar sanitarios con derechos, no como están ahora. Se podrían haber abierto las plantas que están vacías, actualmente, en varios hospitales públicos de Madrid”, declaró Serra en Telemadrid.
A juicio de Serra, el nuevo hospital es un ejemplo de la política neoliberal y extractiva de fondos públicos instaurada desde hace décadas en la región madrileña. “Hay plantas vacías en los hospitales porque ese es el modelo instaurado por Esperanza Aguirre. Son los fondos buitre los que dirigen en realidad la política sanitaria”, aseguró Serra. “Es increíble que la izquierda ya no defienda la sanidad pública”, afirmó, por su parte, la diputada autonómica ultraderechista Rocío Monasterio.
Durante los discursos que siguieron al recorrido por las instalaciones, los políticos madrileños se lanzaron elogios sin descanso por el trabajo realizado. El nuevo hospital es “un orgullo” y “un icono de nuestra sanidad”, ilustró el consejero Enrique Ruiz Escudero. “Madrid nunca se detiene. Madrid no desfallece”, declaró por su parte su la presidenta Ayuso, que llevaba escritas las loas con las que ella misma se cubrió. A su juicio, el controvertido hospital es “una bomba de oxígeno para los sanitarios”, “un pulmón asistencial”, una “hazaña”, un centro “pionero en España y sin precedentes en Europa”. Es “maravilloso”, remachó para terminar su alocución.
Su partido, desde hace semanas, profiere alabanzas hacia la iniciativa de Ayuso en una escalada que parece no tener fin. El secretario general del PP, Teodoro García Egea, llegó a vaticinar desde su escaño en el Congreso que el Hospital Isabel Zendal, dentro de 50 años, no tendrá más remedio que cambiar de nombre: “Pedirán que se llame Hospital Díaz Ayuso por la buena gestión del PP”. García Egea auguraba así una especie de borrado histórico de la nueva institución, bautizada con el nombre de la enfermera que fue parte esencial de la expedición Balmis. Aquella misión, iniciada en 1803, consiguió frenar el avance de la viruela en las colonias españolas por medio de las primeras vacunas.
“Sorprenderá al mundo”
La propia Ayuso ha asegurado en numerosas ocasiones que su hospital “sorprenderá al mundo”. Los escépticos, obviamente, no escasean. Uno de ellos es Alberto Infante, profesor de Salud Internacional de la Universidad Carlos III y exdirector de la Agencia de Calidad y Alta Inspección del Sistema Nacional de Salud. “No existen los hospitales de pandemias. Esto sí que va a maravillar al mundo”, declaró en los micrófonos de la Cadena SER. “Los hospitales de pandemias son siempre instalaciones provisionales. Lo que se hace es ampliar servicios que ya existen o, si se construyen, se hace con una duración limitada, como se hizo en China. Por una razón sencilla: las pandemias no son previsibles. Basar la construcción de un hospital en esta idea ya parte de un concepto equivocado”.
“Lo que hay que hacer de cara a una hipotética tercera ola es impedir que ocurra. No fomentar que ocurra y crear un hospital para cuando ocurra. Esto no tiene ni pies ni cabeza”, añadió Infante. El fomento de la pandemia al que hacía alusión está relacionado con las declaraciones del alcalde de Madrid, que ha animado reiteradamente a los ciudadanos a “tomar cervecitas” y a acudir al centro a ver las luces de Navidad.
El hospital es innecesario, según muchas voces especializadas, y ha costado un dineral a las arcas públicas. Además, el gobierno de Ayuso ha hecho uso de la prerrogativa, excepcional por la pandemia, para contratar a dedo sin necesidad de anunciar un concurso público. De ese modo ha adjudicado ya la seguridad del recinto a Ariete Seguridad S.A., la empresa de Silvia Cruz Martín, exteniente de alcalde de Alcorcón con el Partido Popular.
El Hospital Isabel Zendal podría recibir a sus primeros pacientes la semana que viene.
«Acudir al centro a ver las luces de navidad»…
La retrógrada derecha española no para de decir despropósito tras despropósito. No se enteran de nada, tampoco les hace falta ya que ellos están para cumplir las órdenes del bwana capitalista.
******************************
Marciano Sánchez Bayle, presidente de la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública de Madrid:
La Sra. Ayuso y sus comparsas acaban de hacer el teatrillo de inauguración del denominado Hospital Isabel Zendal, a pesar de que las obras no se han acabado todavía, no hay personal ni tampoco puede atenderse a enfermos y además tal y como descubrió con cierta sorpresa el ingenuo Pablo Casado ¿quizás un socialcomunista infiltrado? tampoco tiene quirófanos. Convendría hacer algunas reflexiones al respecto:
Una. Si bien la Comunidad de Madrid tiene un gran déficit de camas en los hospitales públicos, en gran parte provocada por el propio gobierno de la misma (Esperanza Aguirre consiguió la casi increíble hazaña de abrir once hospitales disminuyendo el número de camas disponibles, y luego se cerraron 1.600 camas en centros públicos entre 2010 y 2018), la conveniencia de un nuevo hospital ubicado en la zona norte de Madrid es más que discutible, porque hubiera sido mucho menos costoso y más rápido recuperar parte de las camas cerradas y espacios no utilizados en los hospitales públicos de la región (por ejemplo una torre del hospital del Norte que además tiene instalaciones apropiadas para camas de UCI, la tercera planta del de Vallecas, etc.) e incluso haber acondicionado el antiguo hospital de Puerta de Hierro, ahora vacío y en estado de abandono.
Dos. La opción de construir un nuevo centro está más bien relacionada con los intereses económicos de los constructores y las posibilidades económicas y de corruptelas que ofrece toda obra nueva. Los costes como es bien conocido se han disparado (de los 49 millones € iniciales se ha pasado a los más de 100 actuales) sin ninguna transparencia y sin concurso público alguno.
Tres….
http://www.fadsp.org/index.php/publicaciones/articulos-publicados/2397-hospital-isabel-zendal-una-inauguracion-vergonzosa