Cultura

El Teatro Real suspende una obra ante las protestas por no respetar la distancia de seguridad

El teatro atribuye las protestas a un "reducidísimo" grupo de espectadores que no se han acogido a la posibilidad de recolocarles o devolverles el importe de las entradas.

Imagen desde el gallinero, en el Teatro Real. Foto: Elena Pérez

El Teatro Real se vio obligado ayer a suspender la obra programada –Baile de máscaras de Verdi– ante las protestas del público ubicado en el gallinero o paraíso, la zona con las entradas más económicas, por no respetar la distancia de seguridad*. Así describe la situación Elena Pérez, una asistente de esta zona: mientras el público del patio de butacas y tribuna –las zonas más caras– se disponía a disfrutar de la obra con la correcta distancia de seguridad, el público del gallinero veía cómo todas las butacas de su alrededor comenzaban a llenarse de espectadores y espectadoras, lo que hacía imposible mantener la distancia. No obstante, según la escritora Rosa Montero, tampoco en la zona más cara –donde se ubicaba ella– se estaba respetando esa medida de seguridad. «[En] Las primeras primeras filas, las más caras, estábamos como piojos igual de apretados, mira el vídeo y eso que ya nos habíamos ido muchos», afirma en Twitter.

Tres intentos en menos de una hora no fueron suficientes para continuar con la obra, que se acabó cancelando ante las protestas y abucheos de las decenas de asistentes ubicados en el paraíso y requirió presencia policial. En un comunicado, el Teatro Real asegura que había 905 localidades ocupadas (el 51,5% del aforo total de la sala) y atribuye las protestas a un «reducidísimo» grupo de espectadores que no se han acogido a la posibilidad de recolocarles o devolverles el importe de las entradas.

Según Elena Pérez, la megafonía del teatro no dio ningún tipo de explicación a lo que estaba sucediendo. Los acomodadores aseguraban igualmente que no tenían ningún tipo de información al respecto. “Según entraba la gente a la zona del gallinero ya se estaba dando cuenta de lo que pasaba. Una vez completo el aforo, donde no había ni un espacio libre, hemos visto que abajo, en las tribunas y el patio de butacas sí tenían bandas de seguridad, así que han empezado los gritos”, añade.

Palmadas, golpes con los pies al suelo y los flashes de los móviles hicieron que la función no pudiera pasar de los primeros acordes. Durante el primer retraso, la megafonía avisó al público de que se estaban “gestionando ciertos problemas en el paraíso”, explica Pérez. 

Media hora después de la hora programada para el comienzo, desde el Teatro Real avisaron de que devolverían el coste de la entrada a quien así lo solicitase, pero lo que muchos asistentes querían era que se cancelase. “La gente no entendía por qué el teatro había vendido las entradas de unas zonas respetando la distancia y las de otra sin hacerlo. Qué casualidad que en las zonas más caras sí se cumplía”, agrega Pérez. 

Segundo intento. “Han salido los actores, han actuado diez minutos sin que se les pudiera escuchar absolutamente nada por el ruido de las protestas y se han vuelto a retirar”, sigue narrando. En ese momento llegó la Policía Municipal, algo que requirieron algunos de los asistentes en la zona del paraíso. “Algunos agentes han subido a ver qué ocurría, pero no han hablado en ningún momento con nosotros. También han mantenido una conversación con los gestores del teatro mientras desde megafonía intentaban acallar las protestas para dar lugar al tercer intento”, sostiene Pérez.

Tal y como han confirmado fuentes internas del Ayuntamiento de Madrid a La Marea, la Policía Municipal de la capital ha certificado que “el aforo es el adecuado a las restricciones vigentes”, y explican el incidente de la siguiente manera: “Muchos abonados al Teatro Real querían ocupar sus sitios habituales y, dadas las circunstancias, no era posible”.

Los gritos se volvieron a hacer notar una hora después de la hora programada para el inicio de la obra, ya en el tercer, definitivo e infructuoso intento. Tras la cancelación oficial del evento, numerosos asistentes afectados por la situación acudieron a la ventanilla de información para pedir hojas de reclamaciones. Por su parte, la dirección del Teatro Real afirma que abrirá una investigación para averiguar «esta lamentable incidencia y tomará las medidas necesarias para para que las sucesivas funciones se desarrollen con normalidad».

*Actualización 11.09 horas del 21/09/2020

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Comentarios
  1. Días antes se estrenó la ópera en el Teatro Real, de gratis para una muy selecta audiencia,. En el Palco Real (vacío el resto del año), la ministra, otra del ramo, la leti y la felipa, bien distanciaditas las cuatro.Tras la fanfarria del himno y el discurso de rigor, ceden la palabra al senil Vargas Llosa, quien tras su charla, agradeció el honor a las autoridades y al alcalde… de Lima, lo que provocó la risa de sus amigotes: no faltaba nadie, Gallardón, Esperanza Aguirre, PedroJota y lo más selecto de la clase política y del Ibex35, y tanto se quieren todos ellos, que se arrejuntaron tanto tanto, hasta el punto que no dejaron prácticamente ni un asiento vacío, abajo, en todos los palcos, ni tampoco arriba, esta vez un gallinero de los huevos de oro. Es decir, una ocupación del 98%. Tan felices estaban, que nadie protestó y nadie llamó a los policías, que además ya estaban dentro, con abultado esmoquin, eso sí.

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