Política
El ‘centrismo de extrema derecha’ se impone en Perpiñán
Perpiñán se ha convertido en la única ciudad de más de 100.000 habitantes en el Hexágono en manos de la ultraderecha después de su última experiencia en Toulon entre los años 1995 y 2001.
La capital del Département des Pyrenées-Orientales, en la que viven 120.158 personas con una área urbana de 323.388 habitantes, es una ciudad de frontera situada a escasos 30 kilómetros del Estado español y alejada de los principales centros de poder regionales y estatales (Montpellier, Toulouse…). Este es un hecho crucial para comprender la sensación de abandono que existe en la ciudad. El politólogo y sociólogo Dominique Sistach lo confirmaba hace unos meses en France Culture afirmando que «este Departamento se encuentra un poco olvidado, abandonado, de los cargos electos nacionales, de la República y del Estado». Para Sistach, esto ha ayudado a desarrollar un «clientelismo local basado en el reconocimiento de las comunidades y la práctica de un comunitarismo político».
A esta compleja realidad social hay que añadirle la falta de tejido industrial en un territorio con un tejido económico dominado por el turismo, el funcionariado y el sector sociosanitario. La tasa de pobreza (todo aquel que vive con menos de 970 euros mensuales) se sitúa en la ciudad en el 32% mientras que en el resto del Estado es del 14,7%.
Desde el año 1959 la ciudad ha sido gobernada por la misma dinastía familiar y una oligarquia instalada en el poder desde entonces. Primero Paul Alduy entre 1959 y 1993, luego su hijo Jean-Paul Alduy entre 1993 y 2009 y por último el delfín de éste: Jean-Marc Pujol, el alcalde derrotado éste pasado domingo por Louis Aliot.
Louis Aliot, el artífice de la desdiabolización de la ultraderecha
Este abogado nacido en Toulouse en 1969 es uno de los responsables de la estrategia de desdiabolización del Front National (actual Rassemblement National) desarrollada en los últimos años. Militante del partido desde 1990, se instala en el panorama político perpiñanés en 2008, cuando se presenta por primera vez a las elecciones municipales. El hecho de ser compañero de la líder del partido Marine Le Pen le ayuda a ganar popularidad rápidamente gracias al hecho que Le Pen es la única política de ámbito estatal que se deja ver a menudo por la ciudad.
Aliot ha ido marcando, poco a poco, su perfil «centrista de extrema derecha», en palabras del historiador Nicolas Lebourg, dejando de lado las proclamas abiertamente racistas y adoptando un discurso mucho más moderado. Su referente regional es Robert Ménard, alcalde de la localidad occitana de Béziers, que discrepa públicamente de Marine Le Pen abogando por una línea más cercana a la derecha tradicional. En esta línea, Aliot invitó a su mítin en Perpiñán a Thierry Mariani, antiguo ministro de la UMP de Sarkozy. El éxito de ésta fórmula parece asegurado: Ménard (candidato sin etiqueta pero vinculado al espacio político del RN) accedió a la alcaldia en 2014 y en 2020 ha revalidado el mandato directamente en la primera vuelta con casi el 70% de los votos, la prueba que los cargos electos de la extrema derecha francesa ya no se pierden en excentricidades discursivas o en casos de corrupción, tal como pasó con la primera oleada de concejales frontistes en los años 90.
En Perpiñán, Aliot también ha ido corrigiendo su discurso en lo que concierne al hecho diferencial catalán de la región. El sociólogo Gautier Sabrià explica en una entrevista en Vilaweb que cuando el político llegó a la ciudad, el hecho de ver tanta simbología catalana le molestaba y rechazaba hablar de la catalanidad. Eso «hasta que entendió que si quería hacer carrera aquí tenía que incluir la identidad catalana en su programa. Es el único candidato del RN en todo el Estado que usa otra bandera además de la francesa, por ejemplo.
La maniobra definitiva del proceso de desdiabolización es la configuración de una lista sin etiqueta desvinculada del Rassemblement National y con la presencia de algunas personalidades del mundo de la cultura de la ciudad, que le han permitido esconder su pasado político lleno de cargos relevantes en el Front National y normalizar su discurso. La suma de éstos elementos y la incapacidad del resto de fuerzas políticas para articular una propuesta política alternativa en este fin de ciclo de la dinastía de los Alduy han situado a Aliot y su lista cómo la llave del cambio en la ciudad.
La derecha extrema y la extrema derecha en el Consejo Municipal
Con todo, su presencia durante la última legislatura como única oposición al gobierno de derechas de Jean-Marc Pujol ha provocado que el antiguo alcalde haya endurecido su posición para compensar la presencia incipiente del candidato ultraderechista. Así, Pujol ha lucido la «primera Policia Municipal de Francia» con un agente cada 760 habitantes y armados con pistolas semiautomáticas después del atentado de Niza. También ha desarrollado el sistema de videovigilancia hasta convertir a Perpiñán en la quinta ciudad del Hexágono en número de cámaras cada 100.000 habitantes. En materia de seguridad, por ejemplo, los programas del alcalde saliente y del candidato no son tan dispares.
Y luego está la cuestión postcolonial. Cataluña Norte es un territorio fuertemente vinculado con la Algeria ocupada por Francia por la proximidad geográfica que permitía la conexión portuaria entre Portvendres y Orán. Tanto Pujol, que huyó de Algeria en 1961, como Aliot son descendientes de pied-noirs y sostienen discursos nostálgicos y revisionistas del conflicto. Hay que tener en cuenta que Perpiñán es la única ciudad que cada 19 de marzo pone las banderas a media asta como señal de luto por «la pérdida de Algeria» commemorando la firma de los Acuerdos de Évian en 1962 que implicaron la independencia del país norteafricano.
Del mismo modo, en el cementerio del norte hay una estela de homenaje a la OAS (grupo paramilitar que actuó contra la independencia de Algeria), fuertemente contestada por colectivos sociales pero defendida por el Ayuntamiento, que se niega a retirarla. Otro proyecto de Pujol es dedicar una calle a Pierre Sergent, antiguo miembro de la OAS y candidato del Front National en Perpiñán y el Departamento en los años 80.
Un voto transversal
En unas elecciones municipales fuertemente marcadas por la epidemia del COVID-19 con una segunda vuelta celebrada tres meses después de la primera (normalmente solo hay una semana de margen), Aliot ha logrado imponerse en un contexto de una fuerte abstención (52%) recogiendo un voto muy transversal e imponiéndose tanto en los barrios más populares de la ciudad como en los más bienestantes. La división de la derecha con hasta tres listas que salían del espacio político de un Jean-Marc Pujol muy desgastado por la gestión y una izquierda que no ha sabido construir un proyecto atractivo y creíble para liderar el cambio en la ciudad han catapultado a Louis Aliot a la alcaldia.
Falta, ahora, el tercer tiempo de este ciclo electoral: la elección del presidente de la Communauté Urbaine Perpignan Méditerranée Métropole. Esta mancomunidad que reúne a 36 municipios alrededor de la capital gestiona la carpeta más importante de competencias y de recursos económicos. Veremos si Aliot es capaz de reunir suficientes apoyos entre los alcaldes de la derecha tradicional. Sea como sea, la victoria de Aliot en Perpiñán puede tener, sin duda, consecuencias en la estrategia estatal del Rassemblement National, cuyos resultados en estas elecciones no han sido nada positivos. Con las excepciones, claro está, del sur. Béziers y Perpiñán. Ménard y Aliot. Lejos de la línea oficial del partido.