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“El miedo a contagiar a nuestras familias ha sido lo peor”
La enfermera Mar Vega Castosa es la supervisora de la Unidad de Críticos del Hospital de Sant Pau de Barcelona.
La Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Sant Pau de Barcelona ha atendido en los dos meses de pandemia al mismo número de pacientes que solían ingresar en un año: más de 500. Cinco veces el volumen de trabajo habitual.
Ahora que han vuelto a las cifras habituales, con una media de 25 pacientes ingresados en la UCI por COVID-19, es cuando se hace notar el cansancio, estrés y desgaste sufrido en estas semanas. Y eso que este centro hospitalario puso a disposición de sus trabajadoras y trabajadores, pacientes y familiares de estos un servicio de atención psicológica.
Mar Vega Castosa es posgraduada en Enfermería intensiva, máster en Administración y Gestión en Enfermería y la supervisora de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Sant Pau.
«Por desgracia aquí ha fallecido mucha gente, de muchas edades y siempre hacías el símil con alguien: con tu padre, tu pareja, un amigo… Pero durante todo ese tiempo no se ha sacado, solo lo comentábamos entre nosotros porque no había tiempo más que para trabajar», explica en un momento de la entrevista en vídeo. «Esta pandemia nos pasará factura a todos: hay un antes y un después. Todos hemos cambiado».
Y no acaba ahí el drama de los trabajadores sanitarios, no solo los de primera línea, hasta el familiar del cocinero, limpiador o servicio técnico o de limpieza, se ve en el mismo drama. Pero ahora resulta que alcanzada la fase 1, aquí en Tenerife, la familia, los hijos y nietos se muestran reticentes a venir a ver a su abuela porque esta, ha estado trabajando desde el primer día en la cocina de un hospital. Le van dando larga a tomar el coche y hacer 60 km para ver a su madre…o su suegra.