Análisis
Las mejores infografías sobre el coronavirus, analizadas por especialistas
Hablamos con Chiqui Esteban (director de gráficos del The Washington Post), Artur Galocha (infografista de El País), Gemma Busquets (profesora del Máster de Infografía y Visualización de Datos en BAU), Lourdes Marco y Carlos Aparicio (profesores de la Escuela Superior de Diseño de Madrid), para comentar algunas de las mejores visualizaciones de datos e infografías que nos está dejando esta pandemia del coronavirus.
Desde que comenzó la crisis sanitaria vivimos más pendientes de los datos que nunca. Las terribles cifras diarias de contagios y fallecimientos se convierten en un parte diario que conecta nuestra pequeña realidad confinada con la enorme magnitud de esta pandemia. Ahí, los datos, su exactitud y su representación, se vuelven esenciales. Y algunas visualizaciones se viralizan casi tanto como el coronavirus, pero con mucho mejor diagnóstico. Veamos algunas de las más valoradas por profesionales de este campo.
Si una visualización está siendo hegemónica, esa es la de la Universidad Johns Hopkins (Baltimore, EE.UU.). La vemos en centros de control por todo el mundo, y cientos de medios la citan a diario. Una visualización que funciona como un tablero de mando, con una estética que casi nos remite a los videojuegos, como afirmaba la profesora de la Escuela Superior de Diseño de Madrid Lourdes Marco en el podcast semanal ‘Mientras tanto en la e/s/d/’.
¿Cuál ha sido la clave de su éxito? En palabras de Chiqui Esteban, director de gráficos de The Washington Post, “es que ha sido uno de los primeros sitios en ser capaces de ofrecer datos de alrededor del mundo, actualizados varias veces al día, y ser una fuente fiable. Es un sitio del que puedes tomar un pantallazo sin decir que lo has sacado de otro medio. Así que es la tormenta perfecta: una fuente fiable ofreciendo altruistamente una información que todo el mundo necesita”. Estos datos además, como destaca Artur Galocha, diseñador gráfico e infografista en El País, son accesibles para hacer otras elaboraciones (se pueden exportar en .csv para poder tratarlos, cosa que en archivos PDF se complica).
Mas allá de las recopilaciones de datos
Además de las grandes recopilaciones de casos, hemos podido ver cómo las infografías han acercado informativamente muchos aspectos de la pandemia. El caso paradigmático es el del The Washington Post, “un hito periodístico que terminó de convencernos de la necesidad del confinamiento” (en palabras de Galocha), en un artículo muy visual que se ha convertido en el más leído de la historia de este periódico. Veamos qué nos dice su director de gráficos:
“Explica por qué el distanciamiento social ayuda a reducir la curva de infectados por medio de unas bolitas que rebotan en la pantalla y van transmitiendo la enfermedad unas a otras. Cuando todas se mueven, la enfermedad se transmite mucho más rápido que si algunas se mueven y otras se quedan quietas. Cuantas más se quedan en su sitio, más lenta es la transmisión.
Creo que su éxito se debe en gran parte a haber sido lo que todo el mundo estaba buscando en ese momento para compartir con otros, explicado de una manera muy efectiva y fácil de ver. Compartir una visualización es más fácil, porque se ve rápido de qué va que una larga explicación en texto. Así que la gente se puso a compartirla por todas partes, porque querían explicarle a sus familiares y amigos por qué debían quedar se en casa. La acabamos traduciendo a 17 idiomas (¡español el primero!)”.
Gemma Busquets, diseñadora gráfica y profesora del Máster en Infografía y Visualización de Datos de la escuela BAU de Barcelona, reflexiona sobre este tipo de infografías: “el ejemplo de la visualización de datos de la Universidad de Johns Hopkins es una pieza que nos permite hacer una exploración de los datos y sacar nuestras propias conclusiones. En el caso del The Washington Post, hay una idea, una narrativa y un mensaje detrás de esos datos. De alguna manera refleja la forma de trabajar de científicos y periodistas o, más bien, su función. El periodismo intenta acercar la información al mayor número de personas posible, para que no solamente científicos o médicos, sino todo el mundo sea capaz de entender qué historias están detrás de esos datos”.
No es el único gráfico que divulgó la realidad del virus. En El País, dentro del especial sobre esta situación, destaca otro artículo repleto de infografías que nos explica cómo se produce la infección. Su autor, Artur Galocha, argumenta que “los gráficos científicos, aunque no tan fundamentales quizá, creo que ayudan a la gente a ver la necesidad de más ciencia, más investigación… Son temas complejos que la gente de Materia, en este caso, sabe transmitir y que visualmente el lector entiende mejor. Y son muy divertidos de hacer. Me encantan las formas de representar el microorganismo y los diferentes estilos”.
Busquets destaca el artículo de South China Morning Post, un medio muy reconocido por sus infografías. En esta “da respuestas a preguntas que seguramente nos hemos hecho durante estos días. Por ejemplo, ¿cómo son los hospitales de campaña? ¿Cómo es el protocolo médico cuando llega alguien con síntomas a un hospital? ¿Cómo es exactamente el equipo de protección de los sanitarios? ¿Qué animales estaban en el mercado de Wuhan y por lo tanto podrían haber sido el inicio de la pandemia?”. Une todas esas informaciones dispersas en una única pieza “con infografías y visualizaciones detalladas que van un paso más allá de las palabras”.
Siguiendo las recomendaciones de esta diseñadora y docente, llegamos a otro campo dentro de las infografías: las animadas. Lo hacemos de la mano de Kurzgesagt, “los reyes de los motion graphics explicativos y con el coronavirus no se han quedado atrás”. Estos vídeos constituyen sin duda una gran herramienta para llegar a públicos amplios en un tiempo corto.
La información es bella, no como la mentira. Y en esa frase se basa una web de obligada referencia cuando hablamos de representación gráfica de datos con fines informativos: informationisbeautiful
“En vez de aportar una gran cantidad de datos, resume los puntos más importantes en una serie de gráficos y luego te da otros enlaces por si quieres ampliar información. Un gran trabajo de síntesis que creo que ayuda mucho en estos momentos de sobreinformación”, nos dice Busquets.
Una historia a ritmo de scroll
Estos días también ha despuntado el scrollytelling, una técnica que permite contar una historia al ritmo que desee quien esté leyendo con animaciones que se desarrollan mientras se recorre la página e incluso con la posibilidad de volver atrás.
Sobre esta técnica, Esteban explica que “Archie Tse, ahora director de gráficos del The New York Times, contó hace unos años cómo el Times había empezado a reducir la interactividad en sus gráficos. Mucha gente no hacía clic en los botones, así que habían dejado la interactividad solo para cosas que realmente la necesitaran o para hacer algo realmente increíble si pulsabas el botón. Las estadísticas de las visitas a gráficos nos muestran eso: la gente rara vez acaba un artículo, rara vez pulsa en un botón. Muchos hacen una lectura rápida en móvil, confunden gráficos con anuncios, pasan de las animaciones antes de que acaben… y si queremos que se entienda lo que explicamos, tenemos que adaptarnos a esos comportamientos. El scrollytelling nos ayuda. La interactividad es básica, hacer scroll, pero podemos controlar el ritmo de lectura, asegurarnos que se ven las animaciones, que nadie se pierde”.
“Es muy útil en algunos casos porque te permite explicar cambios en un proceso sin que se pierda la referencia y el lector pueda ver más claramente el cambio. En papel o en estático lo harías pintando varios escenarios o un elemento que se mueve con flechas o indicando el orden de lectura con números. Otro tipo de recursos. El scrolling es un recurso más que, bien usado, es genial”, nos dice Artur Galocha sobre esta técnica, que empleó en una reciente publicación:
Una técnica, la del scrollytelling, que ya cuenta con verdaderos referentes en el campo, recuerda Gemma Busquets: http://polygraph.cool/
¿Solo datos? Hablemos de personas
Pero tantos datos, abren un problema que a día de hoy está en la agenda política. ¿No es demasiado frío? ¿Responden estas estetizantes visualizaciones al dolor de quienes pierden a alguien a quien aman estos días? Decía Carlos Fernández Liria en las clases de Antropología de la Facultad de Filosofía que un caballo -por mucho que un físico lo redujese a una bola de rozamiento cero, para desde ahí empezar a meter otras variables- solo latía en el poema de Lorca (“en la luna negra de los bandoleros / cantan las espuelas”).
Ajustemos la lente y preguntemos a quienes saben: “Las historias no viven solas. A veces tienes que explicar datos de una manera muy clara. Pero no te puedes olvidar de las historias personales. El medio tiene que hacer ambas. Pero por ejemplo, nuestra historia sobre simulaciones creo que sirvió para convencer a algunas personas de quedarse en casa. Si nos ponemos a contar historias humanas en medio de ese artículo creo que eso habría hecho desconectar a mucha gente. Eso no quita que nuestro equipo haya contado muchas historias humanas a través de la cobertura. A veces hay artículos solo sobre historias humanas. Otras son datos. Otras son una mezcla”, nos dice Chiqui Esteban.
Gemma Busquets, por su parte nos comenta que “el gráfico de la curva ha sido muy efectivo por su simplicidad. Y en cierta manera, eso es lo que debería hacer una buena visualización de datos: contar mucho de la manera más simple posible. El gráfico de la curva es un modelo teórico, lo que significa que no nos da datos concretos y precisos, es una aproximación sin cifras de lo que podría pasar. Pero ha conseguido que entendamos rápidamente las implicaciones de no poner medidas de contención contra la Covid-19.
Es verdad que cuando nos centramos solamente en los gráficos corremos el riesgo de perder la humanidad. Pero en este caso, el gráfico afecta a muchas personas y nos toca tan de cerca, que quiero pensar que somos capaces de ver más allá de los datos. La gran mayoría tenemos amigos, familiares o conocidos afectados por el virus, así que de alguna manera, cuando vemos las cifras les vemos también a ellos”.
Por su parte, Artur Galocha considera que “la curva es un ejemplo clarísimo de la fuerza de las imágenes. Se hicieron ilustraciones, memes, gráficos, vídeos… y entendimos lo que teníamos que hacer de manera muy clara. La curva la recordaremos años. Y sí, los datos son fríos, pero nos ayudan a ver lo que está pasando. Pero en un periódico tienes que tener eso y después historias de personas.
En El País cada día tienes una pieza interesantísima desde un punto de vista científico, ya sea sobre cómo llevamos el confinamiento, cómo reacciona el ser humano a esto o la lucha por encontrar la vacunas y entender el virus, y después un punto de vista cercano, de historias de enfermos, de los que han perdido un familiar, de los que se quedan sin recursos… y todas las consecuencias económicas, que son datos fríos pero en este efecto mariposa nos tocan a todos. Y fotos y vídeos e ilustraciones. Mil formas de acercarte a lo que está pasando y de contar historias”.
Y esas mil formas también comprenden las fotografías, como reflexionaba Patricia Simón en este mismo medio. Tenemos múltiples recursos visuales, utilicémoslos con cautela y honradez para acercarnos a la realidad, tomar las mejores decisiones posibles y salir cuanto antes de esta situación, con respeto a las víctimas, sin oportunismos rastreros.
Un buen momento para el periodismo visual
En cualquier caso, es indudable que el periodismo de datos vive una época dorada. Ya sea por su capacidad de hacernos entender realidades complejas, bien por lo suculento de compartirlo en redes y generar tráfico para medios obligados a no perder de vista sus visitas, sus compartidos y sus CTRs.
Sobre este auge del periodismo infográfico, Chiqui Esteban destaca que en España «El País está echando el resto con sus gráficos, liderando los medios españoles en este campo de una manera que llevaba muchos años sin hacer, y con mucha información de servicio acerca de cómo ocuparse de un enfermo de coronavirus en casa, por ejemplo, y una colección de gráficos que se amplía casi a diario pese a no contar con un departamento de gráficos de tamaño precrisis en España, cuando El País o El Mundo tenían fácilmente 15 personas haciendo gráficos”.
“Los datos no significan nada”, dice siempre el desarrollador Santiago Espinosa. Sin embargo, como afirma el profesor de la Escuela Superior de Diseño de Madrid Carlos Aparicio, “mostrar las relaciones que tienen los datos” es lo que da lugar al conocimiento. Seguiremos atentamente esta síntesis visual que se nos ofrece. No todo son malas noticias.
* Nota final: si has llegado hasta aquí, es que te interesa la representación visual de la información. En este artículo, por razones obvias de extensión no hemos recogido todos los trabajos que nos parecen interesantes. Además de los aquí citados, puedes encontrar un gran trabajo de datos en medios como el Financial Times, Reuters, eldiario.es, y muchos otros. Te invitamos a seguir atentamente todo lo que desde el (buen) periodismo y el (buen) diseño gráfico, se está elaborando en este ámbito.
Esta visualización tampoco está nada mal.
https://coronavirus.secuoyas.com/