Cultura

Notas para un diccionario posible

Laura Casielles dedica 'La mirada' de esta semana a repensar el significado de las palabras que nos acompañan estos días.

Mensajes de agradecimiento escritos en una acera de Mahattan. REUTERS / MIKE SEGAR

La mirada’ es una sección de ‘La Marea’ en la que diversas autoras y autores ponen el foco en la actualidad desde otro punto de vista a partir de una fotografía. Puedes leer todos los artículos de Laura Casielles aquí.

Todo nuevo mundo lleva consigo un nuevo lenguaje.

Cuando no sabemos gran cosa, podemos fijarnos al menos en qué estamos intentando decir.

Casa: nueva unidad de medida, mundo posible, eje de coordenadas. Véase privilegio. Véase desigualdad. Pero no se olvide ver también hogar.

Trabajo: otra de las piezas principales en el puzle de las vidas, según dicen. Los hay imprescindibles, los hay que no; los hay que cambian con la coyuntura, los hay que no. ¿Qué hacemos cuando no es lo que articula nuestras vidas? ¿Qué hacemos si desaparece? Véase dinero. Véase futuro. Véase desazón.

Perro. Mascarilla. Paredes. Fiebre. Pangolín. Videollamada. Aplauso.

Compañía: por elección o coyuntura, uno de los elementos determinantes de la vivencia. No hay opción que no tenga sus ventajas y sus inconvenientes, por exceso o por defecto. No se olvide que también acompaña alguien a quien no puede tocarse. No se use con demasiada soltura la palabra soledad.

Miedo: el de siempre, pero habla más y más alto. Miedo a lo desconocido, miedo a la ruina, miedo a la muerte.

Rutina: dicen los psicólogos que es necesaria para estar bien. Decimos entre amigos que se nos da de pena. Diría quizás alguien más sabio que también podría tener sentido lo contrario: dejarse fluir en lo que pasa, abrirse a lo extraordinario. ¿Somos capaces de eso? ¿Hay algo en el sistema por lo que interese que no lo seamos?

Tiempo. Masturbación. Noticias. Circadiano. Amigos. Cárcel. Vino. Interior. Luz. Reloj.

Certezas: han quedado abolidas.  

EPI. Privilegio. Levadura. Abuelo. Neumonía. Escapada. Wuhan.

País: abstracción a la que apelar cuando se necesita una unidad de acción y una fe laica. Hay quien lo dice pensando Estado, hay quien lo dice pensando comunidad. No son necesariamente incompatibles. La bandera es lo de menos. La disputa está en curso.

Resistencia: estamos vendiendo barato el concepto. Cuando todo esto termine, importante recordar que suele tener más que ver con hacer algo que con dejarlo de hacer.

Heroísmo: decía el otro día mi amigo Alfredo que los héroes lo son casi siempre a su pesar.

Crisis. Asintomático. Citoquina. Cajera.

Cuarentena: en el origen del término, lo médico se mezcla con lo religioso. Cuando hubo que decidir cuántos días dejar aislados a quienes eran sospechosos de haberse contagiado de peste bubónica, se pensó en que la Biblia estaba llena de periodos de espera de cuarenta días. Los de Moisés en el monte antes de llegar con los Mandamientos, los de la Virgen antes de llevar al niño al templo, los de Cristo en el desierto con el diablo de visita. Así que les pareció un buen número. La palabra vendría sola, después.

Pijama. Ruido. Niños. Rueda de prensa. Lluvia.

Vecindario: lo sorprendente es cuánto nos sorprende.

Distancia social: vamos entendiendo que no es lo mismo aislamiento que soledad.

Tacto, sin embargo: dicen que es el único sentido sin el cual nos podemos morir.

Vulnerabilidad. Termómetro. Clases. Desinfección.

Positivo: de pronto la pregunta “¿lo tendré?no es cosa de otros.

Funeral: en la escuela aprendimos que es a partir de la aparición de ritos de despedida de los muertos cuando empezamos a considerar más humana a la gente de las cavernas.

Residencia. Tendencia. Bizcocho. Ausencia. Curva. Test. Susto. Pulmón. Puerta. Regar.

Seguridad: no es, no ha sido nunca, antónimo de libertad. El otro día mi amiga Eva explicaba que esa oposición solo es cierta si seguridad se entiende como protección. Que si se entiende, por el contrario, como posibilidad de confiar en sí mismo y en el resto de gente, la relación cambia, y la seguridad aparece con claridad como una condición básica de la libertad.

Balcón, ventana, terraza, galería: elementos centrales del día, por tenerlos o porque no.

Medicina. Reparto. Duelo. Altibajo. Italia. Cocinar.

Emoción: se hila con susceptibilidad. Me permito hablar en plural mayestático para decir que pedimos perdón todos por tener los nervios un poco de punta.

Las ocho. Fallecidos. Creatividad. Alarma. Autoconocimiento. Procrastinar. Conspiración.

Esencial: ¿cuál es exactamente el inventario de cosas de las que no podemos prescindir, personal y colectivamente? ¿Podemos repasar nuestro día para rastrear quiénes las hacen posibles?

Salvoconducto: ¿qué excepciones estamos dispuestos a poner a las normas que nos damos en común? ¿En qué condiciones somos indulgentes?

Madrugada. Salir. Pregunta. Router. Lejía. Pesadilla. Pantalla. Prestación.

Música, cine, series, conciertos: el arte nos alegra los días raros, pero no olvidar que detrás hay gente que no come del aire. Véase precio, véase valor.

Música, cine, series, conciertos (bis): escribía el otro día mi amiga Olga que quien dice “que poetizar la cuarentena es un privilegio de clase cae en su propia trampa al considerar que unx obrerx precarix, una persona racializada en situación de mierda, o cualquier sujeto subalternizado cuya vulnerabilidad es extrema no ‘puede’ –o no ‘debe’, casi se diría, según vuestra moralina, que no deja de ser clasista muy a vuestro pesar (…)– hacer uso de la poesía cuando lo sienta necesario”.

Sanitarios. Deseo. Dispersión. Policía. Cervecita. Silencio. Pandemia. Yoga. Abril.

Apoyo mutuo: reinvindiquemos a los maestros, no estamos inventando nada.

Futuro: como entre niebla, se vislumbran, inciertos, los días por venir. No sabemos nada. Y cuándo no es así.

Hablar. Día. Nevera. Harina. Presidente. Población de riesgo. Un metro. Juego. Repensar.

Papel higiénico: antes de reírnos, una regunta. ¿De qué cosa –irracional o no tanto–- hace acopio cada cual?

Ansiedad. Alba. Cielo. Desayuno. COVID. Tonteo. Desafío. Disciplina social.

Salud: que no nos falte. Que no olvidemos que no es individual.

Confinamiento. Desayuno. Ordenador. Desorden. Semana Santa. Guerra. Espera. Respirador.

Ayuda: es la única palabra que quiso decir E., el hijo de una amiga, cuando le preguntamos cuáles eran las más importantes de estos días para él.

Palabras nuevas. Palabras recuperadas. Palabras que cobran un peso inédito.

Palabras que cambian de significado. Palabras que de pronto atraviesan.

Palabras que permanecen.

Noche: noche.
Extrañeza: extrañeza.
Continuar: continuar.

(Gracias Patricia, Manu, José, Sofía, Majo, Chiara, Olalla, Alba, Isa, Ernesto, Fany, Juan, Ana, por prestarme vuestras palabras, por compartir su importancia.

Y las tuyas… ¿cuáles son?)

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