Los socios/as escriben
‘Las tres revoluciones que viví’. Capítulo 10.
Décima entrega de la serie distópica de Alejandro Gaita 'Las tres revoluciones que viví'.
Hola mamita:
¿Cómo sigue todo? Me alegré de lo que me contaste de que finalmente Martin te eligió a ti y estáis juntos. Aquí seguimos bien. Hoy te escribo desde unos bancos de la placita. La tarde es plácida y apacible. En el cielo, a lo lejos, veo una gran bandada de pericos mexicanos. Te gustarían. Mientras te escribo, oigo bajita la radio que sale por una ventana. Nuestro coro canta madrigales, como suele hacer últimamente.
Te aviso para que te prepares. No sé si lo sabes, pero esta sociedad en la que vivo, que se llama a sí misma ecoanarquista, lleva varios años platicando sobre ser más sostenibles. Mucho más que platicando, en realidad. Asambleas masivas, marchas de cientos de kilómetros, huelgas de hambre, bloqueos de la ‘minería de ciudades’ que le decimos aquí, y del transporte ferroviario. Cada vez está más claro que vamos a extinguir todas las actividades que no sean de ciclo cerrado. No tienes que preocuparte por mí, yo voy a seguir bien. ¿Las consecuencias para ti? Pues seguramente te dejará de llegar dinero, pero tampoco te preocupes mucho, porque me arreglaré para que te siga llegando algún tipo de ayuda en mi nombre. De una forma o de otra, no voy a dejar de ayudarte.
Te escribo también para contarte novedades. Yo hoy hace 4 años que llegué a NTec. A Nuevo Tecpatán, vamos. Acá todavía que se ríen de mí cuando escribo NTec o digo entec, pero luego ellos bien que usan términos inventados como cacajón, para el retrete de compostaje, o, como dicen aquí, de poposta.
Hoy anuncié por fin que me voy de NTec ante la asamblea del departamento Paolo Freire de la UL. La Universidad Libre, quiero decir, donde estuve trabajando estos años. Esta tarde lo comentaré a la gente de mi grupo de labranza, y por la noche al grupo de cuidados. Y supongo que antes de que acabe la semana me harán una entrevista de despedida en la radio comunitaria.
Creo que quien peor lo está llevando es Rosario. Rosario es especial. Me parece que no te había contado de elle. Le llevo 4 años, así que es todavía un poco niñe, aunque por la altura parece mayor. Es una persona muy interesante. Profundamente animalista, hasta el punto que te discute antes que matar un bicho. Profundamente libertarie, en el sentido de que no te acepta ni una norma social que no haya pasado explícitamente por consenso. Profundamente utopista. Pocas veces le había visto la mirada de ensoñación que me puso cuando le conté mi plan de viaje a ultramar. Yo tambien le voy a extrañar.
Ixchel apenas reaccionó. Yo creo que le doy un poco igual. Guadalupe me deseó suerte, y sonaba sincero, pero se le veía que no tenía ninguna esperanza de que me fuera bien con el proyecto. Con Ivana acabamos llorando y riendo y abrazándonos las dos, qué cariño de mujer.
He invitado a la asamblea de despedida a Citlalí y Tonatiuh, dos amigos del colectivo que lleva la biblioteca, que son casi de mi edad y que forman pareja. Ellos ven el mundo de otra forma, supongo que porque acaban de ser padres. Tonatiuh no entiende bien qué es lo que quiero hacer, pero le suena a ciencia-ficción así que le gusta. A Citlalí no le importan los detalles. Mientras tenga una potencial utilidad social le parece bien. Son buenas personas. Espero verles de nuevo pronto.
Intentaré seguir escribiéndote y mandando algo de ayuda dos veces al año.
Te quiere tu hija,
María.