Política
Dossier #LaMarea74: 2020, el futuro ya está aquí
Aún falta un año para iniciar la nueva década, pero lo que tenemos delante ya nos avisa del panorama al que nos enfrentaremos: trabajo, vivienda, sanidad, educación, cultura. Estas son las claves.
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Proyectar el futuro hacia el que nos dirigimos es un acto de esperanza y de compromiso con la vida o, como escribe en este número José Ovejero, de “apropiarnos del presente”. Y eso es lo que hemos querido hacer en la primera revista de 2020: analizar un futuro que ya es presente y que nos recuerda demasiado a las angustias de nuestros mayores en los años 80, cuando el neoliberalismo empezó a meterse debajo de la piel y aún se peleaban derechos fundamentales como la sanidad y la educación pública, una vivienda y un empleo. Son los mismos derechos por los que la ciudadanía está volviendo a salir a la calle y por los que tendrá que seguir haciéndolo en los próximos años. Solo que ahora, vigilada por sus teléfonos móviles y con plataformas digitales como Google, Amazon o Facebook, que están pugnando por hacerse con el negocio de nuestros servicios públicos.
Mientras, la crisis climática avanza, y la COP 25 ha vuelto a demostrar cómo las élites políticas no son capaces de dar una respuesta a la altura de lo que les exigen los hechos científicos y la sociedad civil organizada. Pero sí, por el contrario, invertir más presupuesto en una industria militar cada vez más orientada a los conflictos que ya está desencadenando el calentamiento global: desabastecimiento de alimentos, agua y energía.
Afortunadamente, frente a este desalentador escenario, encontramos experiencias exitosas de cooperación y pequeñas grandes batallas ciudadanas, muchas de ellas lideradas por mujeres jóvenes ecofeministas. Os deseamos lo mejor para lo que se avecina y os dejamos con #LaMarea74, cuya ilustración de portada es de Atxe.
En el dossier escriben: Patricia Simón, Antonio Maestre, Olivia Carballar, José Ovejero, David Casassas, Antonio Trives, Ana Carrasco-Conde, Ignacio Pato, Manuel Ruiz Rico y Queralt Castillo Cerezuela.
En este número Laura Villadiego, que ha estado escribiendo una crónica diaria de la COP 25 en el equipo de Climática, nos hace un balance final de la que ha sido la cumbre climática más larga y marcada por el IBEX. También Santiago Sáez nos aporta su visión. Incluimos, además, un amplio artículo sobre cómo Boko Haram, la pobreza y la falta de expectativas fuerzan a la población nigeriana a huir, especialmente en la zona del Lago Chad. Y viajamos con José Ignacio Martínez hasta Esuatini, antes Suazilandia, para conocer cómo vive la gente con el último rey absoluto de África.
Si te sigue desconcertando el Brexit, te recomendamos este adelanto editorial de Capitán Swing, escrito por Fintan O’Toole, acompañado de un análisis de Fernando Arancón.
Retrocedemos unos años, hasta la Transición, con las fotografías de Pilar Aymerich, en una crónica de Miriam Márquez. Y si alguna vez te has preguntado por qué han proliferado camisetas de Frida Kahlo, piensa en el Che. Sobre ello reflexionan varias especialistas en un artículo de Olivia Carballar. Y cerramos este bloque con la historia de Alexia, la última mujer asesinada este año al cierre de esta edición. Alba Mareca nos cuenta las diferencias a la hora de abordar un asesinato machista el día después y cinco años más tarde, como hacemos en #PorTodas.
Y para relajar un poco, esta sección de Cultura envidiable. Abrimos con el cine social de Belén Funes y la entrevista que le hace Neus Molina. Noelia Adánez entrevista a Sami Naïr sobre su último libro acerca de Simone de Beauvoir. Laura Casielles nos trae Guinea Ecuatorial a través del documental El escritor de un país sin librerías. Y María Santos Sainz nos retrata al Camus periodista.
Y, por supuesto, la sección No tan joven de Aixa de la Cruz, y las recomendaciones culturales: el libro, por Aroa Moreno Durán; el disco, por Elena Rosillo; la película, por Manuel Ligero; la serie, por Ignacio Pato; el podcast, por Isabel Cadenas Cañón; y las sugerencias de El radar de La Marea. Y, como siempre, nuestro querido Bop Pop y el incordio final de Ana Carrasco-Conde. Ah, también llevamos Inés, el cuento de Navidad de La Marea. ¡No te lo pierdas! ¡Feliz año!
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El futuro ya está aquí y las multinacionales, los grandes tiburones, siguen avanzando engullendo todo lo que encuentran a su paso. Los consumidores, ciudadanía inconsciente, parecen estar encantados de alimentar a estas especies invasoras que arrasan con los derechos humanos, con la poca justicia social y planetaria que nos queda.
«La llegada de Amazon, impacto económico frente a empleo precario y afección al pequeño comercio».
CGT viene detectando desde hace unos años «un cambio en la actividad productiva a nivel mundial» de la que el Estado español «no es ajena» y «tenemos en nuestras ciudades empresas que son multinacionales y que han cambiado el modelo distribución».
Amazon tiene centros logísticos en San Fernando de Henares (Madrid), Getafe (Madrid), Alcobendas (Madrid), Madrid capital, Barcelona capital, El Prat de Llobregat (Barcelona), Martorelles (Barcelona), Castellbisbal (Barcelona), Sevilla capital, Paterna (País Valencià), Illescas (Toledo), Bizkaia y están pendientes de abrir los tres centros de datos en Aragón: en la plataforma logística de Uesca (Plhus), Villanueva de Galligo y El Burgo de Ebro.
«Al igual que ocurre con empresas como Ryanair las autoridades locales, regionales y estatales miran de lado los derechos laborales de los y las trabajadoras en pos de la inversión que puede significar para una localidad la llegada de estas empresas», critica CGT.
«La temporalidad en las plantas de Amazon es muy alta, de inicio se entra por ETT y luego se va contratando gente por la empresa, pero el porcentaje de trabajadores y trabajadoras temporales en muy alto»
«Las condiciones laborales no son las más óptimas; la falta de promoción interna y la presión para cumplir los plazos de entrega son tan altas que hace que la rotatividad de la plantilla sea elevadísima», «Es un centro con unos ritmos de trabajo bastante altos. Normalmente las contrataciones suelen ser gente joven y van dando todo lo que pueden en sus primeros meses, pero cuando ese nivel de exigencia lo alargas en el tiempo, hay un momento en el que el cuerpo dice ‘hasta aquí’. Cuando el personal empieza a bajar el ritmo es cuando vienen a presionar, una presión psicológica que también merma mucho a los trabajadores».
«Lo que es innegable es el impacto directo sobre el pequeño comercio, la destrucción de empleos y del tejido de barrio. Amazon más otras grandes superficies comerciales van a terminar de arrasar con los comercios de barrio», zanja el sindicato que termina lanzando una cuestión: «¿Compensa el impacto económico de la llegada de Amazon con el empleo temporal y precario y con la afección del pequeño comercio y los barrios?».
https://arainfo.org/la-llegada-de-amazon-a-aragon-impacto-economico-frente-a-empleo-precario-y-afeccion-al-pequeno-comercio/