Los mineros salen al encuentro de la Semana Negra

A la una menos diez de ayer, uno de los revisores del Tren Negro que cada año recorre el trayecto Madrid-Gijón con escritores y que da el pistoletazo al festival literario Semana Negra, se acercó a Paco Ignacio Taibo, alma mater del encuentro, con cara de circunstancias. “Los mineros han cortado las vías. Vamos a parar”, le dijo.

El convoy se hallaba en el municipio leonés de La Robla, a apenas diez kilómetros de Ciñera, el pueblo donde durante los últimos días había habido altercados entre los trabajadores y las fuerzas policiales. Taibo sacó su móvil y comenzó a hacer llamadas. En unos instantes, el eco de la noticia se trasladó dentro del tren, despertando a los somnolientos e interesando a los que ya andaban en medio de cánticos y guitarras. Con el tren ya parado, el personal del ferrocarril confirmó la noticia: los trabajadores habían taponado con árboles las vías del tren en señal de protesta por el recorte de sus derechos laborales y como continuidad a las acciones que el sector lleva a cabo desde hace semanas.

Media hora más tarde, después de varias llamadas, el tren comenzó a andar de nuevo. Según confirmaron a este diario fuentes del sindicato de Comisiones Obreras de la minería, había sido este quién había llamado a los mineros para desbloquear la vía y que el Tren Negro pudiera llegar a tiempo a la localidad asturiana de Mieres, donde estaba previsto un recibimiento muy especial que finalmente sí sucedió: cerca de cien mineros de CCOO recibieron a Paco Taibo y los escritores en el andén con aplausos y vítores. Un encuentro que emocionó a algunos a autores como el argentino Guillermo Saccomano, que no pudo reprimir las lágrimas. La marcha negra se hermanó así con el género que mejor ha analizado nunca las problemáticas sociales.

En este sentido, esta lucha minera de las últimas semanas encuentra su correlación en una Semana Negra que desde el viernes y hasta el día 15 de julio celebra su 25 aniversario y cuyo cumpleaños, no obstante, estuvo en duda “hasta última hora”, según señaló Paco Taibo. El exdirector reconoció que muchas veces pensó que “este año la Semana no se iba a celebrar”, después de los enfrentamientos entre la organización del festival y los miembros del gobierno del ayuntamiento gijonés, de Foro Asturias (FAC), por cuestiones de ubicación del recinto, de presupuesto e incluso de identidad del encuentro. “Es un milagro que estemos aquí. Esto sigue porque sigue siendo necesario. Es un pulmón de oxígeno para la cultura y para el país”, aseguró Taibo. El encuentro recordará además la huelga minera de 1962.

El «recortazo»

A pesar del milagro, el exdirector –este año el peso recae en José Luis Paraja debido a las elecciones en México donde Taibo ha hecho campaña por Andrés Manuel López Obrador, el candidato de la izquierda- reconoce que el recorte presupuestario ha sido muy importante. El ayuntamiento de Gijón ha puesto 100.000 euros, menos de la mitad que en 2011. “Es evidente que no le puedes pedir a un parado que pague las medicinas y que no nos recorten a nosotros. Pero lo que no puede ser es que se haya creado un festival como Arco Atlántico que va a tener un presupuesto el doble que el nuestro. Es un agravio comparativo para un festival que lleva 25 años en liza”, recordó Taibo.

A causa de este recorte, el exdirector reconoció que este año ha habido que hacer ajustes y encajes de bolillos: muchos de los escritores se han pagado su propio transporte para llegar a Gijón y muchos tampoco se quedarán los diez días que dura el encuentro literario. “Eso sí, hemos intentado mantener la cifra de invitados, que son 142”, apostilló Taibo, a pesar de que ciertamente el Tren Negro de este año no estaba tan cargado como en ediciones anteriores.

No obstante, la edición de este año se caracteriza, una vez más, por el eclecticismo: abrirá sus carpas a los nuevos nombres de la novela negra, como los argentinos Marcelo Luján y Guillermo Roz, también habrá un homenaje a la revista Nueva Dimensión de la ciencia ficción con Juan Miguel Aguilera, Rafael Marín y Luis Vigil; Javier Calvo, Andreu Martin, Juan Madrid y Jojó Lucena reflexionarán sobre el significado de la Transición, e incluso contará con la presencia de
autores como Agustín Fernández-Mallo y Robert-Juan Castavella, menos dados a vadearse entre la canallesca policiaca y criminal.

“Esta noche la gente votará con los pies”, manifestó Taibo, pocas horas antes de la inauguración. Serán los vecinos los que aprueben con su presencia al festival. De momento, la Semana Negra ha logrado mantener esa asombrosa dualidad entre la fiesta y el festival. Ahí, en el viejo astillero de Naval-Gijón, donde se ubica en esta ocasión, se eleva de nuevo su noria. Ahí está, girando. “Y del futuro, ya hablaremos”, sentenció el fundador y viejo zorro del género negro.