“No queremos que Wert nos imponga de nuevo el nacionalcatolicismo en las aulas”

MADRID // «Va a ser difícil que el anteproyecto de ley de reforma educativa de [el ministro de Educación, José Ignacio] Wert llegue al parlamento tal y como está redactado hoy. Pero quizás nos equivoquemos. En ese caso, habrá que intensificar la lucha por una escuela laica». De este modo ha resumido Francisco Delgado, presidente de Europa Laica, la preocupación que asalta a asociaciones de padres, alumnos, colectivos sociales y algunos partidos de la izquierda.

En un acto unitario, en el que han participado más de una decena de organizaciones, como el Sindicato de Estudiantes, Izquierda Unida, la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (FELGTB) o la Confederación Española de AMPAS (CEAPA), los presentes han denunciado que la reforma educativa que prepara el actual gobierno conservador, además de un recorte «brutal» del presupuesto, significará «aún más confesionalidad y aún más segregación». En suma, un «retroceso hacia el sistema educativo de hace medio siglo».

«Si la LOMCE saliera hoy, se llegaría al punto de que podrían llegar a directores de centros públicos los profesores de Religión, que son puestos a dedo por los obispos»,  ha recordado Delgado, antes de lamentar la «pesada herencia confesional en este país que ningún gobierno ha querido modificar». De hecho, el lema de esta campaña, que suscriben más de 50 organizaciones, recupera un lema que se acuñó hace ya dos décadas: «La religión fuera de la escuela».

Las principales reivindicaciones de esta campaña son la derogación de los acuerdos con la Santa Sede, que la religión deje de formar parte del currículo y del horario lectivo, la eliminación de la simbología religiosa, que se deje de financiar con dinero público el «adoctrinamiento religioso» y, por último, que se impida cualquier tipo de segregación por razones ideológicas, sociales o de sexo en el ámbito escolar.

Por su parte, José Luis Pazos, presidente de la CEAPA, ha reivindicado una escuela «de los ciudadanos para los ciudadanos», que «no imponga dogmas, ni el nacionalcatolicismo de nuevo en las aulas», como pretende avanzar, denuncian, la reforma de Wert. Unos dogmas que, según ha recordado la presidenta de la FELGTB, ha cobrado un «alto precio» a los que tenían una identidad de género distinta a la aceptada por la doctrina católica.