Opinión

Dame tu mano

"No me valen las palabras huecas. No me vale que mientras asistimos al enésimo bucle parlamentario, la gente continúe en su enésimo bucle precario".

Pablo Iglesias y Pedro Sánchez, en una reunión en mayo.

Hay unos versos de Clarice Lispector a los que suelo recurrir cuando tengo un conflicto: «Entre dos notas de música existe una nota, / entre dos hechos existe un hecho, / entre dos granos de arena por más juntos que estén / existe un intervalo de espacio». Pues llegados a este punto, no me entra en la cabeza que sigamos en el cara y cruz, que siendo posible como es ahora mismo un gobierno de izquierdas, de coalición –lo ha llegado a decir literalmente Pedro Sánchez–, lo vayan a impedir, por unas u otras razones, los partidos políticos que podrían conformar ese gobierno de coalición o de políticas de izquierdas.

Llegados a este punto, no me vale ya perderme en quién ha cedido más o quién ha cedido menos, quién es más guapo o quién es más feo, quién tiene más o menos pelos en los sobacos. No me vale a estas alturas que uno diga que lo ha intentado y que otro diga que no le dejan. No me vale. Lo siento, pero no me vale. No me vale que mientras asistimos al enésimo bucle parlamentario, la gente continúe en su enésimo bucle precario. No me valen las palabras huecas. No me vale escuchar decir que será un «error histórico» como si nada tuviera que ver quien lo dice en ese error. No me valen los acercamientos ni las estrategias cuando estamos hablando no de dirigir uno u otro ministerio, sino del pan, la dignidad y la libertad de la gente.   

¿De verdad van a frustrar las izquierdas un gobierno con políticas de izquierdas? ¿De verdad se fraguó una moción de censura para esto? ¿De verdad obligarán quienes no se ponen de acuerdo a quienes sufrimos su desacuerdo a ir de nuevo a lar urnas? ¿De verdad creen que volveremos como lo hicimos hace tres meses? ¿De verdad están pensando en la ciudadanía quienes con tanta solemnidad dicen querer defender a la ciudadanía? ¿De verdad les preocupa el retroceso que supone la ultraderecha a la que tanto desprecian? Ahora no se trata de votar, se trata de gobernar, de dar respuestas, de pelear por los derechos de las personas más vulnerables, de hacer más que de hablar.

Imagínense que su edificio está al borde de la destrucción. Un fuego se aproxima y solo será posible combatirlo arrojando agua entre los dos únicos vecinos que quedan en el bloque. Sí, es verdad, uno de ellos tiene sus días, a veces saluda al otro y a veces no. Y sí, también es verdad: el otro no le abrió la puerta cuando necesitó sal. ¿Dejarían que ardiera el edificio, su casa, los proyectos y los sueños que guardan en su interior mientras negocian qué manguera utilizará cada uno? ¿Dejarían que ardiera el edificio mientras se dan golpes en el pecho de todos los proyectos y los sueños que quieren cumplir? Sería dramático. Y patético.

Por eso, llegados a este punto, no me entra en la cabeza que se siga negociando. O supuestamente negociando. Llegados a este punto, lo único que deberíamos tener es un acuerdo sobre la mesa, el fuego apagado y la ilusión por las nubes para empezar a trabajar. Porque en toda esta historia, la ciudadanía es la única que ya ha cedido demasiado. Entre otras cuestiones, para que no le quemen su casa. El que la tiene, claro. Dame tu mano, se titula el poema de Lispector.

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Comentarios
  1. cuando no se sabe de donde se viene , no se puede saber a donde se va!!!! el socialismo de salón , es una m….y de obreros su google no sabe lo que es je, je

  2. Aquí Olivia confunde los deseos con la realidad.

    La realidad es que el psoe no es un partido de izquierda y no quiere hacer políticas de izquierdas. Lo de Podemos está aún por ver. En los ayuntamientos del cambio poco se ha querido hacer y muchos han acabado como han acabado.

    Confundir el que alguien anuncie en los medios que se ha firmado un papel con que esas políticas se quieran llevar a la práctica, es un error que a estas alturas de la situación es ya imperdonable. Y esa irresponsabilidad no recae ya ni en el psoe ni en podemos ni en jesucristo si no en ti.

    Hasta cuándo hay que esperar que se dignen a escuchar? Hasta cuándo hay que esperar a que se dignen a hacer algo? Por qué hay que esperar a que hagan algo? Por qué son ellos los que han de decidir sobre nuestras vidas?

  3. LA COORDINADORA ESTATAL DE PENSIONISTAS RECLAMA UN GOBIERNO DE PROGRESO
    Transcurridos tres meses desde las elecciones generales, la clase política cobra un generoso sueldo sin merecerlo. Ni siquiera son capaces de formar gobierno. En una empresa privada habrían recibido la carta de despido. Quienes acudimos a las urnas de forma responsable, apoyando a fuerzas que se declaran de izquierdas, frente a las nefastas políticas antisociales de la derecha, tenemos motivos sobrados para revelarnos y denunciar lo ocurrido.
    El resultado electoral del 28 de abril permitía formar un gobierno de coalición capaz de acabar con las regresivas medidas aplicadas en la época del bipartidismo por los sucesivos gobiernos del PP y PSOE. Urgía derogar la represiva Ley Mordaza, así como las últimas reformas laborales y de pensiones impuestas por gobiernos de partido único. Se han perdido tres valiosos meses.
    No parece que a la clase política le preocupen las condiciones de vida de la ciudadanía.
    El empleo es cada vez más precario, está peor retribuido, la brecha salarial entre mujeres y
    hombres aumenta en vez de reducirse. Tener trabajo no garantiza condiciones de vida dignas.
    El empleo no libra de la pobreza. La juventud no puede labrarse un futuro. La infancia sufre
    penurias. Las desigualdades se intensifican mientras crecen las grandes fortunas. Un país
    donde existe marginación social no puede considerarse justo ni democrático.
    Otro tanto ocurre en el colectivo de pensionistas. Nueve millones de personas no tenemos
    asegurada la revalorización para mantener el poder adquisitivo. La brecha de género afecta
    sobre todo a las viudas. El gobierno en funciones no ha dado ningún paso para resolver los
    problemas más acuciantes, ha incumplido sus compromisos. El PSOE prometió mejorar las
    pensiones para compensar la subida de los precios. También iba a suprimir el factor de
    sostenibilidad del PP, que es un plan de empobrecimiento de las pensiones futuras.
    Desde COESPE exigimos un cambio radical en la política actual, sometida a los intereses de los poderosos, mientras la mayoría de la población perdemos derechos básicos conquistados con gran esfuerzo durante generaciones. La avaricia de una minoría acaudalada no puede impedir el reparto de la riqueza, ni arrastrarnos al desastre, haciendo inhabitable el planeta. El olvido de los compromisos asumidos por Pedro Sánchez nos lleva a desconfiar de cualquier gobierno monocolor. La sociedad ha votado pluralidad, reclamamos un gobierno de progreso lo más amplio y representativo posible, sometido a control parlamentario, que cumpla lo acordado.
    Mientras no se atiendan nuestras demandas, hasta que haga falta, seguiremos convocando
    movilizaciones y gritando: “Gobierne quien gobierne, las pensiones públicas de defienden”.
    COMISIÓN DE PORTAVOCES DE COESPE
    22 de julio de 2019

  4. Bien dicho Durruti.
    Estoy totalmente de acuerdo contigo.
    —-
    No se nota, Olivia, la precariedad de la gente. Bien poca gente veo yo protestando y apoyando causas justas. Cada vez menos.
    Gran verdad aquella de que cada país tiene lo que merece. Siempre hay minorías, eso está claro.
    De todos modos, encuentro de lo más cabal y acertado tu artículo.

  5. La realidad es que cuando hablas con alguien, en este caso el P$x€, que se ha distinguido por incumplir su palabra y mentir descaradamente a todo el mundo (implicado en terrorismo de estado, corrupción institucional, concediendo indultos a banqueros y a torturadores,…. vamos, las mismas maneras de gobernar que el partido de la gaviota carroñera), para darle la mano, hay que firmar un contrato que ate perfectamente el que despues te la devolverá.
    Por cierto, me sorprende mucho que se siga con lo del gobierno de coalición de izquierdas. Desde mi punto de vista, sería un gobierno de coalición de centro, o como mucho centro-izquierda (y no por el P$x€)

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