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¿De verdad aún se puede hacer algo contra el cambio climático? (II)
Preguntas y respuestas sobre la necesidad de actuar de manera urgente contra el cambio climático.
Contra el diluvio advierte (una vez más) de la necesidad urgente e inaplazable de tomar medidas contundentes contra el cambio climático. A partir de cuatro preguntas, que iremos publicando en días sucesivos, y un artículo en profundidad, el colectivo explica la gravedad de un asunto que todavía hoy suma negacionistas, con Donald Trump a la cabeza. Como adelanto de la próxima cumbre global de acción climática, este sábado 8 de septiembre se celebrará una marcha por el clima, con acciones en ciudades y pueblos de todo el mundo.
1. ¿Seguro que está cambiando el clima? ¿No es algo natural?
Hay un consenso científico casi absoluto (por poner esto en contexto: mayor que el que existe acerca de la bondad de tomar paracetamol para el dolor de cabeza) acerca del origen humano del cambio climático. Y, dado que este cambio se ha producido esencialmente en los últimos 170 años, en realidad hablamos de un origen capitalista.
Es cierto que ha habido cambios climáticos en el pasado de nuestro planeta, y que incluso en nuestras vidas experimentamos fenómenos de variabilidad natural (el ciclo Niño/Niña en el Pacífico, que calienta y enfría el planeta cada pocos años), pero el cambio climático actual tiene varias particularidades que lo hacen diferente de lo que el planeta pueda haber experimentado antes: ningún cambio anterior ha sido así de brusco y ninguna variación climática ha amenazado con afectar tan brutalmente a tantos seres humanos (la pequeña edad de hielo de los siglos XVIII y XIX afectó a cosechas en medio planeta y provocó hambrunas, y su magnitud no fue global ni su intensidad tanta como lo que estamos sufriendo ahora).
Además, ninguna variación del clima ha podido ser atribuida a la acción industrial de forma tan clara como esta que estamos experimentando. Es indiscutible que, si no estuviéramos emitiendo gases de efecto invernadero, el planeta no se estaría calentando como lo está haciendo, ni estaríamos viendo los primeros efectos del caos climático que llevan ya años dejándose sentir.
2. ¿De verdad aún se puede hacer algo contra el cambio climático?
Sí. El cambio climático es un proceso brusco a escala geológica (nunca ha habido un cambio global de esta magnitud en tan poco tiempo, si exceptuamos impactos de meteoritos), pero eso no quiere decir que sea algo inmediato para nuestros estándares. Sus efectos se sienten más ahora que hace treinta años, pero menos que dentro de cincuenta. El calentamiento es gradual y depende directamente de la cantidad de gases de efecto invernadero que haya en la atmósfera.
Por eso, estamos a tiempo de evitar lo peor del cambio climático. El Acuerdo de París se marcó como objetivo mantener el calentamiento respecto a la época preindustrial (1850, aproximadamente) por debajo de 2ºC (e, idealmente, por debajo de 1,5ºC). Se considera que esto garantiza que se eviten los peores efectos del cambio climático (derretimiento de los polos, alteración de las corrientes marinas, aparición de efectos en cadena de consecuencias imprevisibles…), aunque hay cosas que no son ya evitables, como el aumento de frecuencia de las olas de calor y la desaparición de algunas zonas costeras y naciones insulares.
Esto, por grave que sea, no es nada comparado con lo que podría ocurrir si no actuamos inmediatamente. Es imprescindible presionar para que las naciones del Norte global, principales responsables del cambio climático, reduzcan sus emisiones y descarbonicen su economía cuanto antes, e incluso contribuyan, mediante la mejora en la conservación de ecosistemas, a la eliminación de parte de los gases de efecto invernadero que están ya en la atmósfera y el océano. Es posible avanzar rápidamente en esta dirección, pero es necesario un compromiso fuerte por parte de los Estados, y eso no va a lograrse sin una tremenda presión popular.
Es urgente hacerlo, aunque es imposible parar lo hecho ya pero si podemos frenar el aumento de que la tierra se siga achicharrado por culpa de los golfos que no quieren hacer cambios por el amor al dinero , se tiene que luchar a que nuestros hijos y nietos actuales y futuros no vean la catástrofe de una tendencia brutal .
Sí, aportemos soluciones porque esto ya ha empezado aunque todavía podemos disminuir sus efectos.