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#cuéntalo: La importancia del relato propio de las mujeres

Desde hace dos días, el hashtag #cuéntalo sirve de plataforma para miles de mujeres que explican los abusos y agresiones sexuales que han sufrido, a menudo desde niñas. "Al decir 'me too' te basas en el relato de otra y dices a mí también, pero eso no te da libertad. Lo que te da libertad es contar lo tuyo. En el relato personal está la clave”, analiza la periodista Cristina Fallarás

Manifestación celebrada en Madrid tras conocerse la sentencia contra La Manada. ÁLVARO MINGUITO

En Revolución desde dentro, Gloria Steinem dice que las historias personales de las mujeres son los mejores manuales a nuestro alcance: “La única forma de conceder un lugar central a nuestra propia experiencia”. En menos de 48 horas, Twitter se ha convertido en ese manual gracias al hashtag #cuéntalo, que propone a las mujeres contar las agresiones sexuales que han sufrido a lo largo de su vida.

La etiqueta surgía este viernes, en un ambiente de rabia al conocer la sentencia condenatoria a La Manada por abusos sexuales en lugar de agresión  y tras la difusión de un artículo en el que la periodista Virginia P. Alonso explicaba en primera persona la agresión que sufrió a los 13 años bajo el título La ‘no violación’.  La periodista y escritora Cristina Fallarás lo retuiteó animando a otras mujeres a contar sus propias experiencias bajo el hashtag #cuéntalo. A las pocas horas, esta etiqueta se convirtió en trending topic mundial y este sábado se mantenía en el top 5, con más de 250.000 tuits.

https://twitter.com/LaFallaras/status/990180253392867328

“En el relato personal está la clave”

La inmediatez de respuesta al hashtag en la red social evidencia la necesidad de que sean las mujeres quienes cuenten sus propias vivencias. Para Fallarás, esto ha servido como herramienta “de las mujeres y para las mujeres”. Para que sean ellas las narradoras y que a la vez sus relatos sirvan para que otras mujeres identifiquen situaciones de agresión en sus vidas.

“Las mujeres creamos unos mecanismos de identificación que modifican totalmente lo que somos. Nadie había dado voz a este dolor y muchas de las mujeres que lo han descrito era la primera vez que lo hacían”, explica Fallarás. “Si las mujeres hemos callado es porque no hemos encontrado los espacios en los que hablar”, añade.

La periodista, que ha recibido numerosas respuestas en su cuenta de Twitter en las que mujeres cuentan las agresiones que han sufrido, encuentra grandes diferencias entre este movimiento y el #MeToo que surgió hace algunos meses tras las denuncias al productor Harvey Weinstein. “Al decir me too te basas en el relato de otra y dices a mí también, pero eso no te da libertad. Lo que te da libertad es contar lo tuyo. En el relato personal está la clave”, cuenta Fallarás.

Los miles de tuits que se pueden leer en el hashtag #cuéntalo ponen de relieve también las diferentes formas de violencia sexual. No hay un agresor tipo: en ocasiones, es un desconocido, pero muchas mujeres mencionan a padres, parejas y otras personas cercanas, así como a personal médico o compañeros de trabajo. Lo único que tienen en común es que son hombres y que se aprovechaban de una relación de poder.

Tampoco hay rangos de edad para agresores y agredidas. Muchas mujeres cuentan que sufrieron este tipo de violencia durante la infancia, otras siendo adultas o en la adolescencia. Las situaciones son múltiples: en fiestas, por la calle, en entornos considerados de confianza, en el trabajo o en su propia casa.

Estos son algunos de los testimonios:

https://twitter.com/elvirasastre/status/990028289761832960

https://twitter.com/LeticiaDolera/status/990259455773298688

https://twitter.com/Menta_yCanela/status/989881055749558273

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Comentarios
  1. Me violó un desconocido poniéndome una pistola en la cabeza, después de medio estrangularme, 13 años después lo pillaron, le han caído 12, cumplirá 5-6, a mí me condenó de por vida…me ha costado muchísimo escribir esto, paso miedo cada mañana esperando el bus y cada noche regresando del trabajo…

  2. Lo que quiero contar lo cuento por las que ya no pueden, como mis abuelas. Por esas mujeres que trabajaban en fincas y cortijos como sirvientes y cuando al dueño se le antojaba tenían que hacer lo que él decía, sin rechistar. Si lo hacían, perdían el trabajo, la comida, todo. Algunas tuvieron hijos, que nunca fueron reconocidos. Por ellas. #cuentalo

  3. Tengo 65 años, desde que tengo uso de razon fui abusada sexualmente, toqueteada, por propios y extraños. A los 17 años hui, para no volverme loca. Una vez lo conte a mi madre y la respuesta fue, mientes, el es tan bueno.

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