Internacional | Opinión | OTRAS NOTICIAS
“Mi madre decía que las injusticias no tienen hora y no tienen lugar”
'La lucha' es una novela gráfica de no ficción en la que se relatan parte de las vivencias de Luz (Lucha) Estela Castro Rodríguez, abogada y activista mexicana.
La lucha. La historia de Lucha Castro y los derechos humanos en México (Icaria Editorial y Front Line Defenders) es la novela gráfica de no ficción, escrita e ilustrada por Jon Sack y editada por Adam Shapiro, en la que se relatan parte de las vivencias de Luz (Lucha) Estela Castro Rodríguez, abogada y activista que ha pasado los últimos 18 años trabajando en casos de víctimas de tortura, feminicidios, desapariciones forzadas, trata de personas y violencia doméstica y sexual en Chihuahua.
Una situación de violencia real sobre la que trataron de arrojar luz June Fernández (prologuista de La lucha), Ruth Fierro (defensora de derechos humanos mexicana y directora del Centro de Derechos Humanos de las Mujeres (CEDEHM) y Liliana Aragón Castro, hija de Lucha Castro, y cómplice de la labor social de su madre. Tres mujeres que trataron de dibujar un mapa mental a la audiencia que se congregó en el madrileño Centro Ecoo, con motivo de la presentación de esta novela gráfica, para tratar de entender las bases ideológicas, sociales y económicas que salvaguardan un estado de violencia especialmente sangriento para las mujeres en Ciudad Juárez (México).
Parte de la violencia que se produce en Ciudad Juárez viene provocada por el narcotráfico, como recordó June Fernández, cofundadora y coordinadora de Píkara Magazine. “Pensé en la relación que podemos tener, salvando las distancias de violencia. Parte de la violencia que se vive en Chihuahua es producida por el narcotráfico. Aquí tenemos el caso de Fariña”, explicó. “Al final, la violencia lo que busca es silenciar nuestras luchas”, añadió.
Fernández estableció relaciones entre Lucha Castro, y las activistas asesinadas Marielle Franco (Brasil) y Berta Cáceres (Honduras): mujeres que consagran su vida al cuidado y la visibilización de las violencias que afectan con mayor terror, fuerza e impunidad a las mujeres. “La visibilidad de Chihuahua por el alto nivel de feminicidios es en realidad una situación generalizada en el país. Una sociedad que cree tener poder sobre los cuerpos y las vidas de las mujeres”, afirmó Ruth Fierro.
La lucha transcribe a un lenguaje literario las pesadillas reales de miles de personas (“tan solo en México se cuentan 34.000 desaparecidos”, aseguró Fierro). Un lenguaje que, por su sencillez y su fuerza gráfica, nos hace empatizar y comprender el sufrimiento y el orgullo de otras tantas defensoras: “Esto es un acto de amor. De amor por la dignidad”, reivindicó Fierro durante la presentación. “Aquí, como en cualquier otra parte del mundo, la violencia contra las mujeres se justifica. Esta es una historia de perseverancia y dignidad”, sentenció.
Liliana Aragón Castro complementó el acto con el testimonio de su propia experiencia como familiar de una defensora. “No es fácil ser hija de militante en México”, dijo la hija de Lucha Castro. Su madre, a principios de 2000, fundó Justicia por Nuestras Hijas. En 2005, el CEDEHM. En 2010 cofundó la red de defensoras y defensores de derechos humanos y familias con personas desaparecidas en el norte de México. “De pequeña no entendía por qué mi madre no estaba presente. No entendía por qué mi madre estaba siempre luchando por los derechos de otras personas, cuando nosotras la necesitábamos”, recordó. “Mi madre decía que las injusticias no tienen hora y no tienen lugar”. Lo que sí nos deja esta estela de injusticia son cifras: el 97% de los asesinatos en Juárez continúa sin resolver.
Material de sobra para completar una obra con la que, quizás, podamos llegar a empatizar a un nivel mayor que el del visionado de una triste pieza de telediario, haciendo nuestras las historias de Lucha, Liliana, Ruth y tantas otras defensoras de los derechos humanos.
Que grandes PERSONAS, las mujeres mencionadas en este artículo. ¡que ejemplos!
Estas son las personas que me mueven a arrodillarme ante ellas y besarles respetuosamente la mano.
No es cuestión de quitarles mérito a esas iniciativas,pero sin una?actuación GLOBAL desde una POLÍTICA SOCIAL Auténtica y que está reflejada en la MADRE y MAESTRA, «Mater et Magistra», para la DIGNIFICACIÓN de las Personas y por ende de la MUJER como Gerente de la primera Cooperativa la FAMILIA, Repetible, Escalable y Rentable, en términos Capitalistas, pero a la inversa, Muchos trabajando para MUCHÍSIMOS MÁS en Pobreza Digna, y no MUCHÍSIMOS el la MISERIA trabajando para CUATRO «s»invergüenzas u ONUs cuantos MÁS.
Mater et Magistra
Laudata Si’
Amén.