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El gran proyecto de gas de la UE podría ser más contaminante que el carbón
Es el principal hallazgo de un nuevo estudio publicado por el Observatori del Deute en la Globalització (ODG) y la ONG Bankwatch.
El Corredor Sur de Gas, el faraónico conjunto de gasoductos que traerá gas natural desde Azerbaiyán hasta Italia, podría ser más contaminante que el carbón al que pretende sustituir. Ese es el principal hallazgo de un nuevo estudio publicado por el Observatori del Deute en la Globalització (ODG) y la ONG Bankwatch. Los autores del informe, investigadores del ODG y la Universidad Politécnica de Catalunya, aseguran que en más de la mitad de los escenarios investigados, las fugas de metano harían imposible cumplir los compromisos de reducción de emisiones de la Unión Europea. El comisario de Energía y Acción Climática, el español Miguel Arias Cañete, reconoció el año pasado que no se ha realizado ningún estudio de impacto climático sobre el proyecto, que además ha sido relacionado con tramas de corrupción y abusos de derechos humanos en el país caucásico.
Las organizaciones responsables del estudio han tomado como referencia los límites de fugas de metano establecidos por la propia IEA (3%), a partir de la cual el gas natural no sería más adecuado para paliar el cambio climático que el carbón (para un plazo de 20 años). En cinco de los nueve escenarios simulados, los investigadores hallaron que la tasa de emisiones no deseadas asociadas a la extracción y transmisión del combustible estarían entre el 2,44% y 5,95%. Josep Nualart Corpas, investigador del ODG y uno de los autores del documento, afirmó en una nota de prensa que “los umbrales del carbón deben considerarse como un límite inadmisible para las fugas de metano producidas a lo largo de la cadena de suministro de gas”.
El próximo 6 de febrero el Banco Europeo de Inversión (BEI) podría aprobar un préstamo de 1.500 millones de euros para el Gasoducto Transadriático (TAP), el tramo más occidental del Corredor Sur. La decisión estaba prevista para el pasado 12 de diciembre, pero fue pospuesta por la junta de la entidad de crédito. La fecha original coincidía con la cumbre climática organizada en París por Emmanuel Macron, en la que otras organizaciones similares, como el Banco Mundial, anunciaron su intención de dejar de invertir en proyectos de este tipo. El coste total del proyecto ronda los 45.000 millones de dólares.
El gas natural, la apuesta de la UE
El gas natural se ha convertido en la gran apuesta de la Unión Europea para reducir sus emisiones. El Corredor Sur de gas, que consta de tres tramos entre Azerbaiyán y el sur de Italia, es la mayor obra de hidrocarburos del continente, y cuando esté operativo (está previsto para 2026), transportará entre 10.000 y 31.000 millones de metros cúbicos de combustible.
Las fugas de metano son una de las grandes preocupaciones que rodean al uso de gas natural en producción de energía. A pesar de que la quema de este combustible fósil emite aproximadamente la mitad de gases de efecto invernadero que el resto, su producción y transporte supone a menudo fugas de metano, su principal componente. En un periodo de 100 años, este gas produce 25 veces más efecto invernadero que el CO2 ya que, aunque se descompone antes, es mucho más eficaz capturando calor. Según la Agencia Internacional de la Energía (IEA), 76 millones de toneladas de metano se fugan cada año en operaciones de petróleo y gas.
Entonces segun este articulo es mejor medioambientalmente segir quemando carbon que realizar una mega estructura de gas para sustituirlo. Es decir , como el gas a Europa tiene que venir de lejos, el gas nuca será una alternatica al carbon. Olé!
Sin entrar a valorar la cuestión geoestratégica que posiblemente presenta tantos factores a favor como en contra de la necesidad esta infraestructura, tengo la impresión de que (lamentablemente) este tipo de negocios son como muchas de las infraestructuras innecesarias, o incluso contraproducentes, que se han construido en nuestro país.
La razón principal de su diseño es la de proporcionar «carga de trabajo» (es decir negocio) con dinero público a Bancos, empresas constructoras y grandes gabinetes de ingeniería. Y, tal vez, algunas mordidas a «quien corresponda y sepa estar en el sitio adecuado.
Una vez lanzado el Proyecto y declarada solemnemente su utilidad, o necesidad extrema, ya pueden emplearse todos los atajos y despreciarse todos los procedimientos y cautelas medioambientales.
Y luego, el coste final (económico, medioambiental y social) lo pagamos entre todos, de por vida; Porque al «monstruo» hay que alimentarlo y mantenerlo en funcionamiento y ese es un «ganapán» eterno para los «Florentinos de turno».
Aquí tenemos bien recientes los casos de las Autopistas radiales o el Almacén Cástor.
Saludos.