Opinión
To er mundo e güeno
El gran apagón fue «una lección de ciudadanía a tanto defensor del sálvese quien pueda», escribe Javier Durán. «Somos más y somos mejores».
To er mundo e güeno es el título de una película del infravalorado director Manuel Summers. Se trataba de una serie de cámaras ocultas en la que gente reaccionaba a situaciones tan surrealistas como encontrarse a un león en los baños públicos del Retiro.
Tuvo tanto éxito que dió lugar a una trilogía: To er mundo é mejó y To er mundo é demasiado.
La crítica dijo que «es la fotografía de la sociedad española recién salida de una dictadura. Y, en efecto, en esta película todo el mundo es bueno, o al menos lo parece. Todo el mundo hace un esfuerzo por entender al que tiene delante, sin desconfianza, sin miedo, con ánimo de ayudar».
Una fotografía que podría ser la de ayer durante el Gran Apagón (por cierto, si no habéis escuchado el pódcast homónimo del talentoso José Antonio Pérez Ledo estáis tardando, obra maestra del audiovisual patrio), millones de personas esforzándose por naturalizar y ayudar a los demás en una situación inesperada, sin desconfianza, sin miedo.
Una lección de ciudadanía a tanto defensor del sálvese quien pueda. La sociedad funciona como ente solidario. Somos más y somos mejores.
El apagón nos ha demostrado que somos una sociedad empática:
- Coches y peatones conviviendo en las calles sin semáforos ni accidentes.
- Personas compartiendo sus radios a pilas para que el resto estuvieran informados.
- Restaurantes, comercios, taxistas…que dejaban comprar o consumir fiando a sus clientes. Ni robo, ni asaltos, ni pillaje.
- Gente dejando sus casas para que viajeros que se quedaron tirados pudieran dormir.
- Vecinos disfrutando juntos de las calles para alejar la preocupación y la incertidumbre.
Sin televisión, redes sociales ni panfletos digitales para esparcir bulos la gente tuvo que informarse por la radio, por periodistas. Información frente a intoxicación, muy vintage todo. Ojalá vuelva esa moda, como los chándals, las hombreras o las riñoneras.
Por cierto, la película de Summers se estrenó en 1982. Poco después de que un mamarracho vestido de guardia civil entrara en el Congreso a punta de pistola para intentar dar un golpe de Estado, otra situación surrealista que parecía sacada de una cámara oculta y que el tiempo ha convertido de tragedia en comedia.
Las dos Españas, una vez más.
En esta crisis algunos de la derecha y la ultraderecha, valga la redundancia, también han invocado al Ejército, su comodín cuando una situación les supera o simplemente se vuelve más democrática de lo que están dispuestos a soportar.
A pesar de ellos y como escribió ayer mismo el guionista Eduard Sola, atrapado en un tren en medio de la nada: «Cuando la situación se complica, lo humano prevalece… con algunos defectos y muchas virtudes. A esto lo llamo yo estar vivo y pertenecer a un grupo llamado humanidad».
To er mundo e güeno.
Que triste que tenga que haber un apagón, para volver a vivir como humanos lejos de las pantallas.
A ver si nos acercamos a las plazas , plazoletas, y seguimos siendo humanos no aborregadxs por las redes, y volvemos a encontrarnos en los bancos a la sombra, para charlar,debatir, discutir y reírnos juntxs, como lo hicimos toda la vida hasta hace nada
Salud y anarkia