Opinión
Las FAES contra VOX: ¿qué esconde la pelea dentro de la extrema derecha?
"Las FAES de José María Aznar atacan a Vox y abren un cisma en la extrema derecha. Pero, ¿hay realmente tantas diferencias como quieren hacer ver?", analiza Guillem Pujol en Catalunya Plural.
Este artículo ha sido publicado originalmente en Catalunya Plural. Puedes leerlo en catalán aquí.
El artículo Brazos en alto, publicado recientemente por la Fundación FAES, no es una crítica más a Trump. Es un ajuste de cuentas con Vox, al que acusa de abrazar una “Internacional nacionalista” contradictoria y peligrosa. El texto arremete contra el partido de Abascal por su participación en la reciente convención de Washington, donde Steve Bannon –exasesor de Trump– realizó un saludo nazi durante un mitin.
FAES lo describe sin ambages: “Hemos visto un conciliábulo donde se levantan muchos brazos: para rendirse a la Santa Rusia o para presumir de provocación gamberra”. La fundación de Aznar señala la incoherencia de un partido que, mientras se declara “patriota”, aplaude aranceles de Trump contra productos españoles o “secunda, por activa o pasiva, la victoria de un excoronel del KGB” (en clara alusión al apoyo tácito de Vox a Putin).
La ironía es que FAES, históricamente aliada del neoconservadurismo de Bush, hoy se presenta como guardiana de la ortodoxia atlantista. Pero su crítica no es moral, sino geoeconómica: el proteccionismo trumpista perjudica a empresas españolas del Ibex 35, mientras la alianza de Vox con figuras como Marine Le Pen o Viktor Orbán fractura la unidad europea. FAES recuerda las palabras de Meloni: “Occidente es tan inconcebible sin Estados Unidos como sin Europa”, y culpa a Vox de romper el grupo de la italiana en el Parlamento Europeo para unirse al “Putin club”.
Esta fricción entre espacios ideológicos aparente “amigos” no solo expone las contradicciones inherentes al proyecto neoliberal, sino que también obliga a interrogar el lugar de fuerzas como Vox en el tablero político. ¿Cómo entender que un organismo neoliberal como la FAES cuestione a un icono de la derecha autoritaria como Trump? ¿Qué revela esto sobre las fisuras entre neoliberalismo y neoconservadurismo? Y, sobre todo, ¿dónde se sitúa Vox en este mapa de disputas?
FAES vs. VOX… a través de Trump
La FAES, heredera intelectual de Friedrich Hayek y Milton Friedman, encarna el núcleo duro del neoliberalismo: defensa del libre mercado globalizado, desregulación y un internacionalismo basado en alianzas geopolíticas tradicionales (como la OTAN y la UE). Trump, en cambio, representa un neoconservadurismo reconvertido en nacionalismo económico, donde el proteccionismo comercial y la retórica antiinmigración se fusionan con un autoritarismo político. Como señala Wendy Brown en Undoing the Demos (2015), el neoliberalismo clásico aspiraba a un orden transnacional gobernado por la lógica del mercado, mientras que el neoconservadurismo actual –encarnado por Trump– prioriza la soberanía nacional y la identidad cultural como bastiones contra la globalización.
La crítica de la FAES a Trump no es, por tanto, una ruptura, sino una defensa del dogma neoliberal frente a un proyecto que amenaza sus pilares: el libre flujo de capitales y la institucionalidad multilateral. Aznar, como arquitecto del PP moderno, siempre apostó por un conservadurismo modernizado, es decir, neoliberal en lo económico y proatlántico en lo geopolítico.
Esto no significa en absoluto que Trump haya abandonado el capitalismo, sino que está tratando de reconvertir en un régimen tecnofeudal, donde gigantes como Tesla (con contratos millonarios del Pentágono) u Oracle (controladora de datos estratégicos) actúan como señores del nuevo orden. El proyecto político de Trump consiste en crear una red de dependencia entre el Estado y corporaciones que controlan tecnología, energía y datos, un sistema que recuerda al feudalismo: lealtad a cambio de privilegios. En el fondo, sin embargo, no deja de ser una declinación más de una forma brutal de capitalismo.
Aquí emerge la incógnita de Vox, que baila al son de su propia contradicción. Su retórica combina el ultranacionalismo identitario, el rechazo a la “ideología de género” y un discurso económico ambiguo: promueve recortes fiscales (herencia neoliberal) pero también subsidios selectivos para sectores estratégicos (proteccionismo latente).
Es decir: un proyecto que instrumentaliza el neoliberalismo para financiar su agenda autoritaria, pero sin renunciar a un imaginario de pureza nacional. Pero mientras demoniza el feminismo o el ecologismo, sus políticas económicas (rebaja del impuesto de sociedades, recorte de inspección laboral) benefician a las mismas élites que FAES defiende. Su “nacionalismo” es un teatro para ocultar que, como escribió Marx, la burguesía no tiene patria alguna.
Aznar, arquitecto de un PP moderno?: Falangista, franquista, déspota con los débiles y lacayo de los más grandes capitalistas y genocidas , «botones» de Bush, el Zelenski español, menudo arquitecto.
Los apellidos claves detrás de los llamados «fondos buitre» (Insurgente.org)
En España, los fondos buitre se han convertido en un problema a la orden del día. Entidades multimillonarias compran cientos o miles de viviendas a tocateja y a la vez para especular con ellas, inflando el mercado y dificultando el acceso a un bien de primera necesidad como son los hogares. En concreto, los tres más grandes que se mueven en nuestro país son Blackstone, Cerberus y Lone Star, y son llamativas sus relaciones con apellidos muy conocidos de la política conservadora y de la banca españolas.
Son innúmeros los casos de escándalo que se han ido sucediendo a lo largo de los años en este sector. Algunos ejemplos pueden traerse a la mesa con tres apellidos concretos como principales protagonistas: Aznar, Botella y Botín. El expresidente del Gobierno es ahora uno de los defensores principales de los fondos de inversión extranjeros, en tanto que habla de la «confianza» que depositan en la economía de nuestro país. Su hijo, José María Aznar Botella, estuvo al frente de Haya Real Estate, que estuvo enmarcado en la estructura de Cerberus y que fue vendido a la empresa sueca Intrum por 136 millones de euros tras haber reportado beneficios millonarios durante años.
Haya Real Estate y Aznar Botella fueron responsables de un intento de desahucio múltiple en el municipio de Paterna, después de que quisiera expulsar de sus casas a muchos vecinos con el objetivo de vender los inmuebles por hasta 10 veces más dinero de su coste original. Se estima, según medios de comunicación, que Aznar Botella posee más de 40.000 millones de euros en activos inmobiliarios.
Ana Botella vendió vivienda pública a Blackstone
La cosa no termina en Paterna con la familia Aznar Botella. La excalcaldesa de Madrid, Ana Botella, llevó a cabo la venta de pisos sociales a fondos buitre en 2013, concretamente 1.860 viviendas públicas protegidas a dos sociedades de Blackstone por debajo del precio de mercado.
La venta irregular de 1.860 viviendas de la Empresa Municipal de Vivienda y Suelo (EMVS), realizada en 2013 por el Ayuntamiento, fue archivada por el juzgado 38 de Madrid. El Tribunal de Cuentas consideró que el Consistorio vendió por debajo del precio de mercado estas 18 promociones inmobiliarias. «El precio de venta de todos estos inmuebles fue inferior al mínimo jurídicamente exigible», concluía la sentencia del Tribunal de Cuentas, que el pasado diciembre condenó a Botella y a otros siete miembros de su equipo a abonar un total de 25,7 millones de euros por el perjuicio realizado a la Hacienda Pública con esa venta. Esa investigación concluyó, además, que la operación se hizo aportando información privilegiada a los fondos, «sin pliegos, sin concurrencia, y sin realizar una tasación inicial».
Aznar y sus conatos de lobista
Por su parte, el propio José María Aznar tampoco es ajeno a este submundo inmobiliario. Fiel a las ideas neoliberales que promulgó en su etapa gubernamental, se ha mostrado siempre del lado de estos fondos de capital extranjero. Ya en 2016 se reunía con fondos de capital riesgo y gestores de fortunas familiares extranjeros, a los que presentó las oportunidades que ofrece nuestro país y se ofreció como ‘facilitador‘ de sus inversiones.
Para ello, el expresidente del Gobierno se valió de su hijo, Alonso Aznar, que trabajó en Citi durante cinco años, y de su yerno, el empresario Alejandro Agag. También fue miembro entre 2007 y 2009 del consejo asesor internacional de Centaurus, un fondo de capital riesgo que sucumbió en la crisis financiera. El exlíder del PP se quiso valer, ante los gestores de los fondos, del peso específico de su figura, su conocimiento de los entresijos del mundo político y empresarial en España y sus buenas relaciones con el PP.
https://insurgente.org/los-apellidos-claves-detras-de-los-llamados-fondos-buitre/
Todo sigue bien atado: FAES, VOX, Jefatura del Estado, militares, jueces, poder económico, fuerzas represoras que no del orden, quienes lo denuncian los encarcelan, los escarmienta, o tienen que exiliarse.
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Teniente general Sabino Fernández Campos, jefe de casa real el 23F de 1981:
Los elocuentes recuerdos inéditos del jefe de la casa real durante el golpe de estado del 23F de 1981.
Durante décadas se ha difundido la versión de que el rey Juan Carlos «salvó a la democracia»; pero numerosos testimonios han desmentido categóricamente esa creencia.
Uno de ellos es el de Sabino Fernández Campos…:
Manuel Medina, Canarias Semanal)