Medio ambiente
Blanca B. Landa: “No hay forma de salvar a las plantas infectadas y convivir con la Xylella fastidiosa”
En una semana en la que ha visto muchos micrófonos, puesto que ha sido galardonada con la Bandera de Andalucía 2025 de la Investigación, la Ciencia y la Salud, Blanca B. Landa, investigadora científica en el Instituto de Agricultura Sostenible del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (IAS-CSIC), saca un hueco para hablar con La Marea de un tema al que dedica buena parte de su jornada en los últimos tiempos: la Xylella fastidiosa.
Considerada una plaga prioritaria en Europa, la Xylella es una bacteria que ha causado estragos en Italia. En España, afecta principalmente a almendros en Baleares y a olivos en Alicante, y se ha empezado a detectar en Extremadura. Como apuntan desde el Ministerio de Agricultura, «se encuentra en el xilema, y se multiplica dentro de los vasos llegando a taponarlos y a obstruir el flujo de savia bruta, lo que provoca síntomas que se corresponden con falta de agua o carencia de nutrientes».
Desde Bruselas se han establecido dos estrategias para tratar de controlar el avance de la enfermedad: contención (la adoptada en Baleares), mediante la cual solo se eliminan aquellos ejemplares infectados; y erradicación (se aplica en Alicante y Extremadura), que conlleva la destrucción de las plantas infectadas y de todas aquellas susceptibles de ser atacadas que se encuentren en un radio de 50 metros.
Landa, apuntan desde el IAS-CSIC, “ha logrado que grupos multidisciplinares e internacionales de investigadores trabajen juntos sobre Xylella. Actualmente lidera BeXyl, un proyecto de 6,7 millones de euros en el que participan 31 instituciones de 14 países”.
En la investigación sobre la Xylella fastidiosa que ya se publicó en La Marea, comentaba que en Jaén o Extremadura no se dan las condiciones para que la bacteria provoque tanta afección como en Italia, ¿cuáles son esas condiciones?
Normalmente, en estas zonas, el cuidado que el agricultor hace en las parcelas es más intenso que el que se da en la región de Puglia (Italia). Allí hay un olivar más de tipo extensivo, de olivares pequeños.
Los estudios que se han hecho muestran que la presencia de vectores de Xylella en olivares en Andalucía es anecdótica. Y este es el componente fundamental, la bacteria no se dispersa si no hay un vector adecuado para ello. En la Puglia, en cada copa del árbol te puedes encontrar hasta 100 individuos.
Además, las variedades de olivar que se cultivan tradicionalmente en Andalucía son diferentes a las de Italia y no se ha encontrado que el nivel de susceptibilidad sea similar al de las variedades italianas.
¿Cree, entonces, que no tendrá mucho recorrido en Andalucía o Extremadura?
No se ha detectado en olivar en la península. Pero no se puede saber, porque depende de tantísimos factores… Por ejemplo, de la cepa. En la que se ha detectado en Extremadura, los cultivos más amenazados son el almendro y la vid. Se están estudiando cepas para saber cuáles son las temperaturas óptimas que favorecen más el crecimiento, porque no todas las subespecies tienen el mismo patrón.
¿Por lo tanto, el hecho de que hubiera un aumento de las temperaturas no limitaría el riesgo?
Bueno, tampoco podemos olvidarnos de que al vector no le gusta la temperatura elevada. Si hubiese un cambio hacia temperaturas más elevadas, las poblaciones del vector serían más reducidas. Las plantas, las bacterias, son seres vivos, y el ambiente les afecta, pero no de la misma forma.
¿Por qué en un lugar afecta a los olivos y en otro, como Alicante, principalmente a los almendros y nada a los olivos?
En el caso concreto de Alicante, la cepa que hay, aunque es múltiple, no afecta al olivar, mientras que las cepas que hay en Mallorca y Menorca, que también son múltiples pero de otro tipo genético, sí afectan. De ahí que, en un principio, para la Unión Europea todo fuera general, la Xylella, y se aplicaba lo mismo a todas las subespecies. Hasta que se vio que no todas respondían de la misma manera.
En Baleares se ha apostado por una estrategia de contención. En Alicante, de erradicación. Usted comentó que cada planta infectada había que destruirla. ¿Está, por lo tanto, más de acuerdo con la erradicación?
Una planta infectada hay que eliminarla, porque siempre será un foco. Pero luego ya entraríamos en si hay que erradicar todas las plantas de alrededor. Hay agricultores, cuyos almendros ya no producían nada; si les facilitan la erradicación y les dan ayudas para replantar, están de acuerdo.
En Alicante, comentan que hay plantas que no se están arrancando de raíz y que vuelven a salir infectadas
La bacteria es capaz de migrar a las raíces y sobrevivir a condiciones adversas. Así que sí, si vuelve a brotar, es probable que vuelva a estar infectada.
¿Se sabe cómo llegó la bacteria a Baleares, Alicante y Extremadura?
En cada caso de una manera, porque son cepas distintas. La única forma de que llegue y se establezca es con material vegetal infectado. En el caso de Italia se piensa que entró con material ornamental, porque la zona de Puglia es rica en viveros y la cepa italiana es idéntica a otras encontradas en Costa Rica.
En las Baleares hicimos un trabajo junto al Gobierno autonómico, y se piensa que pudo entrar por la importación de variedades de almendros de California. Es la forma más plausible, porque las cepas de Baleares existen también en los almendros en California.
Y en Alicante no se sabe, porque es la cepa más diferente a las demás y no hemos encontrado nada exactamente igual en otras partes del mundo.
Comentó que en Italia una de las causas que habían favorecido la proliferación eran las grandes extensiones de cultivos abandonados. En Alicante, hay muchos agricultores que no van a replantar y el terreno se convierte en forestal. Esto, además de aumentar el riesgo de incendios, ¿puede provocar también una mayor expansión?
Si están abandonados y la bacteria está allí, no se va a ir. Todo lo que sea que haya más malas hierbas o especies silvestres va a contribuir, no sé si a incrementar, pero, al menos, no a eliminar.
¿Se puede acabar con la bacteria o es imposible?
No hay forma de salvar a las plantas infectadas y de convivir con la bacteria. Estamos haciendo consorcios microbianos, faros que afectan a la bacteria, péptidos antimicrobianos… Hay que sumar todos los métodos posibles, aunque, sin lugar a dudas, lo más rentable y eficaz sería que consiguieran hacerse resistentes.
Esta investigación ha sido posible gracias a la financiación de la organización Jornalismfund Europe.