Opinión
¿Quo vadis, Europa?
"Si el denominado 'proyecto europeo' ya hace aguas en dimensiones fundamentales, el sustancial aumento del gasto militar supone la puntilla", escribe Fernando Luengo.
¿Y ahora qué? La nueva Administración estadounidense parece haber tomado la iniciativa de cerrar la guerra de Ucrania, lo que supone de hecho un importante cambio de guion respecto a la política desarrollada por Joe Biden, consistente en promover y alimentar el conflicto, intentando poner a Rusia y de paso también a Europa contra las cuerdas.
Las consecuencias económicas y geopolíticas de este cambio de guion son enormes. Poniendo el foco en lo que concierne a la Unión Europea (UE), ya es evidente que, de entrada, el gobierno de Donald Trump pretende dejarla fuera del «core» de la negociación, la cual, no es un hecho casual, se oficializará en Arabia Saudita.
Nunca se sabe dónde se cuece la alta política (yo al menos lo ignoro), pero, si nos atenemos a la reacción de Bruselas y de los gobiernos comunitarios, el paso dado por Estados Unidos les ha pillado con el paso cambiado. La reacción oficial ha sido una mezcla de sorpresa (la mas cauta) e indignación (la más atrevida). En ambos casos se ha trasladado la demanda de que Europa esté representada en esa mesa de negociaciones.
Para no perder la costumbre, a remolque de los acontecimientos.
Antes de la invasión de Ucrania por parte de Rusia (claramente rechazable, hay que decirlo con claridad), Europa se alineó, sin pestañear, con la estrategia de Estados Unidos y de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), consistente en dinamitar todos los puentes de diálogo existentes con el gobierno de Putin (que habían sido abiertos en los años de Gorbachov). Y una vez consumada la invasión, cuando se abrió la posibilidad de una negociación que podría poner fin a la guerra a los pocos meses de comenzada, nuevo portazo con un cierre de filas europeo con la posición más militarista de la OTAN y Estados Unidos.
Y en estos tres largos años de guerra, simplemente no ha existido una voz propia europea. Tan sólo, mantener y reforzar las entregas de armas al gobierno de Ucrania, defensa incondicional de la OTAN y reforzamiento de las sanciones a Rusia. Ah, eso sí, una voz cada vez más fuerte se abría camino, la que postulaba un aumento del gasto militar, no sólo porque esta era la exigencia de Estados Unidos (exigencia que cada vez ha sido más pronunciada), sino porque se entendía que esta era una de las claves de «Más Europa».
Así ha sido, en estos años hemos asistido a un aumento sustancial del gasto militar (púdicamente denominado «gasto de defensa»). ¿Estaban las instituciones y los gobiernos europeos atados de pies y manos a esta posición? En absoluto. Una ruta alternativa podría haberse abierto, si en lugar de contribuir a la militarización de la región, Europa se hubiera posicionado claramente en contra de la adhesión de Ucrania en la OTAN y hubiera puesto sobre la mesa posibles alternativas destinadas a pacificar la región.
Pero, simplemente, esa voz europea no ha existido y la supeditación al «imperio» ha sido total. Hay que decir, además, que las empresas estadounidenses han convertido este escenario de confrontación en un estupendo negocio (por ejemplo, en lo concerniente con los suministros de gas natural y armamento).
Que existe esa estrategia imperial (imperialista) de Estados Unidos es evidente. Cambiar las reglas del juego en beneficio de la gran potencia estadounidense y, de paso, sacar tajada de los nuevos parámetros geopolíticos (las tierras raras de Ucrania, convertir en negocio el genocidio palestino, apoderarse de los enormes recursos ubicados en tierras árticas, hacerse con el control absoluto del canal de Panamá…). Unos pocos ejemplos de una larga lista.
Resulta muy inquietante que la voz que está consiguiendo un altavoz más fuerte es la que postula un aumento sustancial del gasto militar; que, por cierto, también reclama Trump, ¡llegar hasta el 5% del Producto Interior Bruto!, las empresas proveedoras de Estados Unidos… y también las europeas.
Si el denominado «proyecto europeo» ya hace aguas en dimensiones fundamentales (reducir de manera sustancial la desigualdad y enfrentar el cambio climático), el sustancial aumento del gasto militar supone la puntilla, porque, digámoslo con claridad, ese gasto se lleva por delante esos objetivos, que pasan a ser mera retórica, muy grandilocuente pero vacía.
¡Y los fascismos frotándose las manos!, porque este es el terreno abonado en el que ganan influencia, que ya es notable dentro de la denominada «Europa liberal».
La U.E exige austeridad pero no para gastos militares (excluirá la norma para armas)
Úrsula lo anuncia a bombo y platillo.
Los países de la UE aprobaron en su día normas que obligaron a un ajuste riguroso de los presupuestos públicos con un impacto negativo en el bienestar presente y futuro de cada uno de los países miembros. El objetivo es que aspectos como la sanidad, educación, salarios, obras sociales, etc. tuvieran un gran descenso en las inversiones con el consiguiente coste para los trabajadores y los derechos adquiridos durante años.
Las reglas fiscales impuestas son vigiladas por las autoridades financieras (con castigo incluido en caso de incumplimiento) y obliga a los distintos gobiernos a ajustar los presupuestos tal como requiere y exige el gran capital y sus empresas.
Sucede que ahora llega la necesidad de que la industria armamentística obtenga un beneficio determinante (los capos de la OTAN obligan a que se invierta un 2% del Producto Interno Bruto como primer paso para llegar al 5%. Y eso no puede hacerse sin romper el marco de austeridad que ellos mismos elaboraron, por eso, en estas horas hablan de que tendrán que hacer una excepción. El «sí señor» de conservadores, liberales, socialdemócratas está garantizado. Es decir, no levantan el marco fiscal impuesto para dotar de dinero a la sanidad, educación , inversiones, transporte… pero si para armas. En algún momento vendrán buscando votos para el europarlamento. Es posible que aún haya quien se lo de.
(Insurgente.org)
MANIFIESTO POR LA PAZ
…La guerra no puede ser un proyecto de futuro ni horizonte de vida para nadie, excepto para los
directamente beneficiarios del tráfico de armas. Aragón apuesta por la paz, la no violencia y la
coexistencia pacífica de los pueblos como forma de resolver los conflictos y no quiere ser
cómplice de una industria destinada a masacrar civiles y mantener guerras cuyas víctimas son poblaciones enteras ajenas a las decisiones de los gobiernos que las provocan. Por todo ello, exigimos al Gobierno de España, al Gobierno de Aragón y a la Alcaldesa de Zaragoza que: Paralicen el proyecto de Hub de defensa y la ampliación de Instalaza para diseñar y fabricar sistemas y subsistemas de misiles.Trabajen hacia la reconversión de la industria armamentística hacia usos civiles, posibilitando ayudas para ello y centren sus esfuerzos en otro modelo de desarrollo industrial más sostenible que no se alimente de la guerra, ni de la escalada belicista Informen de manera adecuada a la ciudadanía sobre las consecuencias y los usos que se va a hacer de nuestro territorio por la industria armamentística. Renueven el compromiso de renunciar a la violencia y a la amenaza del uso de la fuerza como medio de regulación de conflictos, entre países y entre personas.
Aumenten el presupuesto destinado a cooperación al desarrollo y a proyectos comunitarios que mejoran la convivencia como los caminos necesarios para construir territorios de paz. Pongan en marcha la Ley 8/2023, de 9 de marzo, de Cultura de la Paz en Aragón, en especial dotando de fondos y de recursos humanos las materias recogidas en los artículos 3.1.d) y 5 de su articulado. Reviertan los gastos armamentísticos en la salud, la educación, la vivienda, los cuidados, la solidaridad, la cooperación al desarrollo y la igualdad, es decir en las necesidades sociales cuya cobertura genera seguridad en las personas. Denuncien y se opongan a la escalada belicista para entablar otro tipo de relaciones
internacionales….
Manifiesto completo:
file:///C:/Users/internet/Downloads/Manifiesto%20por%20la%20PAZ.pdf
«Antes de la invasión de Ucrania por parte de Rusia (claramente rechazable, hay que decirlo con claridad)»
Pues yo no lo veo en absoluto claramente rechazable. Alguien le tiene que parar los piés al provocador y matón de la clase. A los que viven de sembrar guerras. Bastante se cansó de avisar Rusia de que no se estaban cumpliendo los acuerdos de Minsk y otros pactados anteriormente cuando se desmanteló la URSS.
(Marc Cabanilles, «El mundo entero es un fraude» :
«En este juego macabro de poder e influencia, Ucrania es la pieza usada por EEUU y Europa, para debilitar a Rusia, antes gran enemigo político, pero ahora sólo enemigo económico. Nos dicen que Rusia invadió Ucrania. Pues claro. Cuando se desmanteló la URSS, la OTAN se comprometió a no extender su influencia al resto de antiguos países comunistas, cosa que ha incumplido, instalando bases militares en la mismas fronteras de Rusia (Letonia, Estonia, Polonia, Rumanía, Lituania»…)
https://www.lamarea.com/2025/02/06/el-mundo-entero-es-un-fraude/
Francisco Bergoglio: «los ladridos de la Otan a las puertas de Rusia obligaron a Putín a intervenir».
Igual que tampoco veo rechazable la respuesta de Hamás a más de 70 años de ataques, sometimiento, asedio, hostigamiento, muertes, quema de cosechas, envenenamiento del agua, dificultar acceso a escuelas y hospitales por parte de Israel al pueblo palestino. Por muy pacifista que sea uno, si el agresor abusa de ello y cada vez te pisa más, no haces ningún bien al mundo dejándole hacer.
Los ciudadanos desinformados, manipulados, pusilánimes, de los pueblos que componen la Unión Europea tenemos lo que nos merecemos. La política la tiene que hacer el pueblo y no dejarla en manos de cuatro corruptos e ineptos que están sirviendo a los más ricos y desalmados del Planeta.