Sociedad
El duro informe de la fiscal contra Rubiales: “Mandaba todo y se decía lo que él quería”
La fiscal mantiene su petición para Rubiales: dos años y medio por agresión sexual a Jenni Hermoso. "Tuvo que soportar toda una maquinaria de la Federación contra ella", ha afirmado.
«Mandaba todo«, ha dicho la fiscal Marta Durántez sobre el poder de Luis Rubiales al frente de la Federación de Fútbol. Y ha sido rotunda: los otros tres exdirectivos acusados coaccionaron a Jenni Hermoso para que dijese que el beso que le dio fue consentido. «Si él caía, se caían los demás», ha añadido Durántez.
Tras asegurar que no hay duda de que el beso, del que «el mundo entero» fue testigo, fue «no consentido» y encaja en un delito de agresión sexual, la teniente fiscal de la Audiencia Nacional se ha centrado en su informe en tratar de apuntalar el delito de coacciones por el que también acusa a Rubiales y a tres exdirectivos de la Federación.
La fiscal ha desgranado el «puzzle coactivo» en el que, según ella, participaron Rubiales, el exentrenador de la Selección femenina Jorge Vilda, el exdirector de la masculina Albert Luque y el exjefe de marketing Rubén Rivera, y que se desplegó en varios escenarios: en el vestuario, en el autobús hacia el aeropuerto, en el avión, en el viaje a Ibiza y al no ser convocada tras el Mundial.
La jugadora no va a ser recordada como una de las internacionales que ganó el Mundial de 2023 –ha dicho la fiscal– sino como «Jenni Hermoso, la del beso», y no por su culpa, sino por los acusados.
Un puzzle coactivo con «toda una maquinaria» en su contra
Jenni Hermoso tuvo, según la fiscal, «toda una maquinaria de la Federación contra ella, llamándola mentirosa, tratando de desacreditarla de todas las formas posibles», con unos acusados «dispuestos a hacer lo que hicierta falta» por arreglar la situación, para conseguir «a toda costa» lo que querían.
La fiscal ha subrayado la dependencia jerárquica que los tres exdirectivos tenían respecto a Rubiales, con quien «hicieron carrera» en la Federación, y por eso, dijo, pretendieron obligar a Jenni Hermoso a hacer lo que no quería.
«Así es como actuaba el señor Rubiales», ha indicado al describir una «situación de poder absoluto y omnímodo«. «Se aplicó una absoluta omertá. Nadie podía hablar, nadie podía contradecir, allí se ponía y se decía lo que el señor Rubiales quería«, ha añadido.
Y también ha destacado el «desnivel jerárquico» con respecto a Hermoso: una jugadora frente a altos cargos de la Federación. Ella, ha dicho, acababa de ser «víctima de una agresión sexual y se pretende hacer ver que las cosas no son como ella pensaba que eran».
Hubo violencia psíquica «y mucha»
Aunque, según la jurisprudencia, no es necesaria la violencia para que se dé un delito de coacciones, Durántez ha defendido: «Claro que hubo, violencia psíquica y mucha».
En la Federación, ha subrayado, nadie ayudó ni se preocupó por Jenni Hermoso, «solo para coaccionarla, para no dejarla tranquila» y ha resaltado el peso de Rubiales. «Cualquiera le decía nada», ha dicho con ironía. Es más, ha aludido a las empresas que comparte con dos de los acusados para lanzar una pregunta: «¿No iban a estar dispuestos a hacer lo que fuera por salvarle el pellejo?».
«Si él se caía, se caían los demás», ha aseverado Durántez y, como prueba, ha afirmado que ya ninguno forma parte de la Federación, aunque ha dejado claro que «no los echó» Jenni Hermoso; «fueron ellos con sus hechos».
La fiscal ha contrarrestado la «humildad» con la que declararon los testigos que respaldaron la versión de Jenni Hermoso, frente a la «chulería» de otros como el exdirectivo de la Federación Pablo García Cuervo, de la que también advirtió el magistrado.
«¿Pensábamos que no iban a tener miedo las jugadoras y que no iba a tener miedo la señora Hermoso a lo que podía pasar? Si han sido unos maleducados», ha expresado.
En las coacciones, que ha catalogado de graves por la «contumacia» empleada, ha incluido la ausencia de Hermoso en los primeros partidos tras el Mundial, pese a haber sido una de las mejores jugadoras, algo que, además, no solo le afecta personalmente, sino también económicamente al no recibir la prima correspondiente.
Durántez ha cerrado casi dos horas de informe pidiendo al juez aplicar una ley «clara» ante una «verdad material» y acudiendo al Sinceramente tuyo de Joan Manuel Serrat para zanjar: «Nunca es triste la verdad. Lo que no tiene es remedio»